viernes, 12 de octubre de 2007

2007 Pepe Criado EL TROVO: LA POESÍA VIVA DE EL EJIDO







































Podemos situar a la tradición de la poesía improvisada en La Alpujarra, tanto al trovo de Almería como al trovo de La Contraviesa, con hondas raíces en el cante flamenco.

Es más, señalamos que el trovo fue un elemento más en aquel magma de cultura oral que significó la minería en la Sierra de Gádor y que luego solidificó en los cantes mineros.

Apunto la idea, junto al musicólogo Enrique Durán, de que el trovo del Campo de Dalías, ya desaparecido, es una forma flamenca que se consolidó a partir de 1820 en la masa de mineros que se desplazó desde Almería hasta Murcia y que allí dio lugar al actual trovo de Cartagena.

De cualquier manera esta forma de trovo estuvo vigente en el Campo de Dalías aproximadamente hasta 1960, tanto por la extinción de los trovadores como por la llegada masiva de emigrantes de la zona de La Contraviesa que implantaron en Almería su particular forma de trovo.

Con aportaciones de estas dos formas de trovo, más las características socio-culturales de la zona de cultivo extratemprano en invernaderos, nació el actual trovo de Almería.


LOS ORÍGENES MINEROS: LA SIERRA DE GÁDOR

El investigador almeriense Antonio Sevillano aportó una interesante reflexión al I Congreso Provincial Los Cantes y el Flamenco de Almería, celebrado en 1994, cuando formuló la siguiente pregunta: ¿Por qué los cantes mineros son considerados de Cartagena-La Unión o de Linares cuando en realidad proceden de Almería? (SEVILLANO, 1996:133)

En línea con Antonio Sevillano la investigadora murciana Génesis García (1993) observa que el nacimiento de los cantes mineros indisolublemente está unido a la producción minera que a principios del siglo XX se inició en la Sierra de Gádor y concluyó en las explotaciones de Cartagena-La Unión y Linares en el siglo XX.

La misma Génesis García especifica diez años después (GARCÍA, 2004:23) que

los tarantos alpujarreños hicieron a Linares cantaora y a Cartagena trovera.


Los cantes mineros surgieron, pues, como expresión artística y liberadora de la gran masa de obreros que necesitó la minería a partir de 1820 en la Sierra de Gádor y que se trasladó en bloque desde 1840 a Sierra de Almagrera y a partir de 1870 a La Unión-Cartagena y a Linares.

Génesis García destaca el dato de que, como mínimo, de los mineros desplazados tanto a Murcia como a Jaén el 70% eran almerienses. (GARCÍA, 2004:28)

También coinciden las investigaciones de Luís Díaz Martínez (DÍAZ, 1977:24) que sitúan los orígenes del trovo cartagenero en la forma de trovar de La Alpujarra y señala dos modalidades: Una sin música (sin especificar si la improvisación era hablada o cantada) y otra con música de guitarra, bandurria y violín.

En base a estas investigaciones señaladas y a un extenso trabajo de campo personalmente realizado en Almería y Granada, sugiero, junto al etnomusicólogo Enrique Durán, que el trovo en La Alpujarra se concretó en la Sierra de Gádor durante la primera época de explotación minera, entre 1820 y 1840, en dos formas:

. El trovo de La Contraviesa.
Basado en el tradicional fandango primitivo, o cortijero, aún vigente en la improvisación alpujarreña.

. El trovo del Campo de Dalías.
Que se cantaba con una sola guitarra o sin ella. Ahora esta forma no está en uso.

Estas dos maneras de improvisación fueron características de la cultura minera del siglo XIX en Almería y viajaron con los mineros hasta Cartagena-La Unión.

Así, podemos encontrar una explicación natural a la innovación que el trovero José María Marín (1865-1936) hizo al trovo en Cartagena: Como no sabía cantar se le ocurrió dictar su quintilla a un cantaor, pero desde el estilo de trovo del Campo de Dalías.

Si a partir de 1850 el trovo de Cartagena-La Unión se hacía con la forma del trovo de los mineros, procedentes de Almería, debieron de coexistir las dos formas de improvisación mencionadas: La del Campo de Dalías y la de La Contraviesa.

Resulta imposible que Marín fundara el trovo de Cartagena partiendo del estilo de La Contraviesa, pues el improvisador ha de adaptarse cantando a la música del fandango, que le aboca a una tremenda velocidad en la improvisación, y rompería el ritmo y la estructura musical si el trovador tuviera que dictar sus versos.

Pero sí es viable que Marín hiciera ese cambio a partir del trovo del Campo de Dalías, donde el hecho de que el improvisador dicte sus versos a un cantaor no interrumpe en absoluto el tiempo de la controversia.

Observemos las siguientes descripciones de la música del trovo del Campo de Dalías. Juan G. García Escobar, músico y hermano del cantante Manolo Escobar, que en su familia estuvieron muy ligados al trovo cuando vivían en El Ejido, dice:

La guitarra solía acompañar las coplas con el ritmo clásico del fandango, es decir, como una seguidilla lenta y los mismos troveros que sabían tocar algo lo hacían así. (GARCÍA ESCOBAR, 1992)


El trovador de El Ejido José Barranco López, nacido en 1926, también definió esta música:

Este trovo se hacía con guitarra, era un toque de guitarra mu adecuao al trovo, que ni se parecía al flamenco ni a la música del trovo alpujarreño. (EL TROVO…, 1993:82)

Es de notar que cuando José Barranco nombra “trovo alpujarreño” se está refiriendo al trovo de La Contraviesa.

Y veamos también algunas descripciones sobre la música del trovo de Cartagena. El musicólogo Juan Lanzón Meléndez la analiza:

La malagueña trovera escapa a encasillamientos y se nos hace en cierto modo inasequible; el compás se difumina y pierde, derivando en un canto que podríamos considerar “ad limitum”, que resulta melismático y acompañado de vibratos y micro-intervalos inferiores al semitono y que evidencian un origen claramente oriental o incluso africano. (LANZÓN, 2004:17)


Casimiro Bonmatí (1988:43) señaló un origen a esta malagueña cartagenera:

La malagueña del trovo, también llamada “cante del trovo”, es un cante de personalidad bien definida, más sobrio y desgarrado que otras malagueñas y deriva de un cante autóctono, el “cante de madrugá”, que entonaban los mineros por la sierra unionense hace más de cien años.

Un análisis musical comparativo entre el trovo del Campo de Dalías y el trovo de Cartagena determinará hasta qué punto el uno es la evolución del otro.



EL TROVO EN EL CAMPO DE DALÍAS
(1820-1960)


El trovo del Campo de Dalías pudo tomar forma a partir de la concentración de mineros en la Sierra de Gádor, viajó hasta Cartagena y permaneció vigente en El Ejido hasta, aproximadamente, 1960, año en que murió José Gómez “El Vicario”, uno de los trovadores de más prestigio.

A la desaparición de los trovadores de la zona se unió, de forma decisiva para el olvido de esta forma de trovo, la llegada masiva de personas de La Contraviesa, para trabajar en los invernaderos, que llevaron su propia forma de trovar.

Actualmente, y pendiente de un estudio en profundidad, la documentación que existe sobre el trovo del Campo de Dalías está solamente en la memoria de quienes fueron sus protagonistas y testigos.


TROVADORES

José Barranco López expresaba a finales de la década de 1980:

To mi familia ha trovao siempre. Mi familia viene de La Aldeílla, de la Venta Cazurro. Somos de la familia más vieja de aquí de El Ejido. Mi padre se llamaba José Barranco Palmero y era trovador y mi abuelo José Barranco Figueredo y también era trovador. (EL TROVO…, 1993:81)


Mercedes Ruíz Valdivia, nacida en 1924, recuerda a Indalecio “El Peluco”, otro de los trovadores sobresalientes de El Ejido:

De niña tenía de vecino a Indalecio “El Micando”. Yo iba al colegio de las monjas. Me acuerdo que Indalecio tenía a su madre, si tenía padre no me acuerdo, una mujer alta gorda, y tenía una hermana, una mujer mu alta y mu gorda que se llamaba Feliciano. Indalecio era alto y delgaíco. Y allí estaba él… Más bien lo que apañaba ese hombre era como albarcas y cosa desas, con ruedas… zapatos. (CRIADO, 1992)


Ya en 1999 publiqué un censo de trovadores del trovo del Campo de Dalías (CRIADO,1999:194) que incluía los siguientes nombres:

. Rafael Fornieles “El Panadero”. Las Norias.
. Jerónimo Morales Zapata. El Toril.
. Juan Martínez “El Casablanquero”. La Aldeílla.
. Antonio Gonzálbes “El Justo”. La Mojonera.
. Manuel González “El Justo”. La Mojonera.
. José Gómez “El Vicario”. La Aldeílla.
. Indalecio Fernández “El Peluco”. El Ejido.
. Antonio García Escobar. El Ejido.
. Ramón “El Fragüero”. La Mojonera.


Los dos trovadores más señalados en esta forma de trovo fueron José Gómez López “El Vicario”, nacido en Vícar en 1884 y “El Peluco”, Indalecio Fernández Rubí, que nació en El Ejido en 1896.

La familia de “El Vicario” se fue a vivir a La Aldeílla cuando él tenía 6 o 7 años. Fue pastor y murió en 1960, a los 76 años. Según su hijo José Gómez Amat (CRIADO, 1991)

en fiestas muy señaladas, como en la pascua o el carnaval, solían venir a buscar a mi padre y se tiraba dos o tres días de fiesta.

Uno de sus hijos contaba que una vez la Guardia Civil quería denunciar a su padre por cruzar la carretera con el ganado y que en versos se defendió:

Son vereas pastoriles
las que tiene nuestra nación
como el tren por sus raíles.
Yo no sé por qué razón
me denuncian los civiles.


Resulta curioso el testimonio de José Barranco Fuentes, de Las Norias, (CRIADO, 1992a) respecto a la especial capacidad del “Peluco” para improvisar:

Yo estuve tres años con “El Peluco” que todo lo que hablaba con él tenía que ser trovao. Él se empeñó en que yo me enseñara a eso. Porque yo estaba en la playa, tenía 18 años, y me fui a vivir ahí al Ejío mu cerquita de donde él vivía.

Y “El Peluco” y yo no podíamos hablar, teníamos que decirnos las cosas en coplas. No me contestaba si le hablaba normal.

“El Peluco” era apreciado por su calidad humana y por lo espontáneo de su trovo, pues improvisaba coplas a cualquier situación cotidiana. Además, debía de ser muy certero en sus mensajes si damos crédito al refrán que se oye en El Ejido:

Las coplas del Peluco
son como tiros de trabuco.

Precisamente un aficionado al trovo le preguntó al propio Indalecio si era verdad este refrán que decían de él y le respondió:

Soy un trabuco que disparo
para donde me pongan el giro
y al que le parezca raro
de la forma que yo tiro
que me lo pregunte claro.


MÚSICOS

En el censo antes indicado también incluí una nómina de músicos con los siguientes nombres:

. José Pedrosa “El Chulo”.
. Francisco Navarro Muñoz.
. José Gómez García.
. José Martín Jiménez.
. José Ruíz.
. Santiago “El Gitano”.
. Baldomero García.
. Antonio Aguilera.

Como homenaje a los músicos de aquel trovo del Campo de Dalías el poeta de tradición oral José Fernández Sánchez, de El Ejido, escribió en el año 1990 el siguiente poema:

Con setenta años de estudio
el maestro de nuestra barra
de notas tiene un diluvio;
laud, bandurria y guitarra,
don José Pedrosa Rubio.

De tres miembros componía,
la música fue sus bienes
de El Ejido y cercanía
con José Martín Jiménez
y José Gómez García.

Trabajo de gran magnitud
y con las cuerdas estudia
todo nuestro toque andaluz
trineando en la bandurria
con la guitarra y el laud.

Francisco Navarro Muñoz
es de Pedrosa el alumno
el músico bueno y veloz,
ya le ha llegado su turno
para serle su portavoz.

Pasodobles en su rango
a mazurcas más fecundas,
otras danzas como el tango
entre valses, vals y rumbas
y en flamenco el fandango.

El músico más reconocido fue José Pedrosa “El Chulo”, tanto por su habilidad en el toque como su capacidad para formar a nuevos músicos.

José Ruíz, de la Venta Criado, solía acompañar en sus controversias al “Peluco” y al “Vicario”.

Santiago “El Gitano” manejaba la guitarra con la suficiente soltura para que su toque fuera apreciado tanto por los espectadores como por los propios trovadores.

Pero veamos el testimonio directo de un músico, de Constantino Martín Jiménez, nacido en 1921 en Dalías, y conocido por Pepe “El Sereno”:

A tocar me enseñó “El Chulo”, ya tenía yo dieciséis o diecisiete años. Entonces vivía yo en Las Tejas y estaba él ahí también viviendo. Entonces tocaba con “El Carbonero” pero se pelearon y me buscó a mí.

A mí me gustaba la música pero le dije: ¿Yo a tocar contigo? ¿Cómo? Yo no había tocao nunca una guitarra pero me enseñó las tres posturas más facilillas la, re y mi. Yo sí tenía mucho oído y cuando pasaron cuatro días ya lo acompañaba yo a tocar.


CARACTERÍSTICAS DEL TROVO

Los caracteres que definen al trovo del Campo de Dalías son los siguientes:

Tema

El tema generalmente no era propuesto, sino que surgía durante la controversia.

Las reuniones eran fiestas donde todos los asistentes se conocían, por lo que los trovadores basaban la controversia en motivos personales de los presentes o algún hecho fortuito que ocurriera.

Pero cuando los trovadores cogían el tema improvisaban sobre el mismo asunto mientras durara la controversia, que solía llegar al amanecer.

Rol sexual

Era una diversión exclusiva para hombres.

La estructura social determinaba el ocio en actividades específicas para hombres, como las cacerías y el ritual de beber vino entre amigos, en las que el trovo era un importante ingrediente.


Clase social

Se recuerda a los trovadores como agricultores o pastores.
Una característica del trovo fue servir de desahogo, significó la fiesta en contraposición a la dureza del trabajo.


Estrofas

La única estrofa utilizada por estos improvisadores fue la quintilla de rima 1,3,5/2,4.

La rima solía ser en asonante.

El verso era octosílabo, oscilando entre las 7 y las 9 sílabas, y no parece que hubiera interés en los trovadores por ajustarse a una métrica rígida.


EL TROVO DE ALMERÍA
(1960-2000)


A partir de 1960 el Campo de Dalías experimentó un tremendo crecimiento económico y demográfico. (RODRÍGUEZ, 2003:11)

Este desarrollo socio-económico estuvo basado en el auge de las explotaciones agrícolas bajo plástico. En 1960 vivían en el Campo de Dalías (Berja, Dalías, El Ejido, Félix, La Mojonera, Roquetas y Vícar) 36.907 personas y en 1994 la población se situó en 109.194 personas (RODRÍGUEZ, 2003:48). En el año 1969 había 25 hectáreas de invernadero y en 1993 las hectáreas invernadas eran 8.500 (PONCE, 1994).

Según el investigador Pedro Ponce una gran mayoría de los protagonistas de este crecimiento demográfico provenían de las montañas alpujarreñas (PONCE, 1994), debido especialmente a dos factores: La rentabilidad de los frutos cultivados en los invernaderos y la incapacidad de mecanización de la agricultura en las zonas de origen (LUNA, 1984:51).

Todos estos miles de emigrantes desplazados impulsaron el desarrollo de su cultura tradicional en el Campo de Dalías en un proceso natural de las migraciones que refuerza el propio bagaje cultural en los nuevos asentamientos con el fin de mitigar el desarraigo (CRIADO, 1999:64).

Así, al igual que el entorno social, el trovo también cambió:

. De fiesta entre amigos se convirtió en espectáculo, primero como atracción en las fiestas patronales y luego con la celebración de festivales.

. Difundiéndose en los medios de comunicación y con la edición de libros.


- DE FIESTA A ESPECTÁCULO

En 1961 “Candiota” llegó a trabajar al Campo de Dalías. Miguel “Candiota”, José “El Quinto”, Eduardo Garbín, Antonio “De las Joyas” y Rafael “El Panadero” iniciaron un cambio de función en el trovo, primero actuando en bares para luego llevarlo al escenario, desde las fiestas patronales de los pueblos hasta los festivales.

Los primeros bares que frecuentaron fueron el bar La Alegría, de Ramón “El del Viso”, y el bar Cuatro Vientos, de Tarambana.

A la vez que se hicieron imprescindibles las actuaciones de los trovadores en las fiestas patronales de los pueblos se iniciaron los primeros festivales.

En 1972 se organizaron en Murtas las I Justas del Trovo Alpujarreño para conmemorar el centenario del viaje de Pedro Antonio de Alarcón por La Alpujarra.

En 1975 se celebró el I Festival de Trovo de Las Norias, que tuvo la virtud de mostrar a improvisadores de distintas comunidades españolas y de otros países.

En 1980 trovero murcianos y trovadores de Almería ofrecieron en Pechina el Homenaje a Castillo.

En 1982 en Yegen inició su andadura el Festival de Música Tradicional de La Alpujarra con el reto de dignificar lo alpujarreño, tanto en su dimensión cultural como social.

En 1985 en La Gangosa (Vícar) se reunieron los trovadores y aficionados en el Homenaje a Eduardo Garbín y comenzó el Festival de Trovo de la Costa Alpujarreña que dio el mayor protagonismo al fandango cortijero.

En 1986 Equipo de Trovo celebró en El Ejido el Homenaje al Trovo Alpujarreño en su maestro Miguel García “Candiota”.

Así, reuniendo distintos elementos de los dos estilos de trovo existentes en La Alpujarra, el del Campo de Dalías y el de La Contraviesa, y adaptado a las características del nuevo entorno social basado en la economía de la agricultura de invernadero, surgió el llamado trovo de Almería, con una personalidad propia caracterizada principalmente por el uso de la décima espinela en la improvisación, por la constante relación con improvisadores nacionales e internacionales y por la difusión en los medios de comunicación y en la publicación de libros.


-DIFUSIÓN

La difusión, tanto en prensa como en radio y televisión y la constante publicación de libros, es otra de las características propias del trovo de Almería. Éste es un paso muy importante porque por primera vez en la historia del trovo en Almería y Granada se empezó a generar suficiente documentación como para iniciar su estudio en múltiples facetas: música, poesía, sociología, lingüística, antropología, etc.

Potenció esta apertura la Asociación Cultural Equipo de Trovo que en 1987 se creó en El Ejido con los fines específicos de difundir y documentar el trovo.

La primera publicación sobre el trovo de Almería la imprimió en El Ejido Antonio Escobar y la pagó “Candiota” en el año 1977 y se tituló Mano a mano entre Candiota y Mariaurora. Treinta años después, en 2007, se han publicado los poemarios de dos trovadores de Almería: Cosas de la vida, de Manuel Manrique (Ayuntamiento de El Ejido) y El secreto del molino, de Francisco López Archilla (Ayuntamiento de Vícar). Cerca de 20 títulos relacionados con el trovo se han publicado entre estas dos fechas.




CONCLUSIONES

Aunque el trovo de Almería se da en toda la llanura costera que se extiende desde Adra hasta Roquetas, en el territorio del municipio de El Ejido, ahora y cuando pertenecía a Dalías, se concentra una gran actividad sobre la poesía improvisada.

El trovo en El Ejido sigue vivo, vigente, tanto a nivel de espectáculo con los trovadores más profesionales como a nivel de reunión de amigos, de las que sirven de gratificante ejemplo las constantes controversias de los miembros de la Peña Trovera Añoranza alrededor de una comida y un vaso de vino.

En el municipio de El Ejido se celebra cada año, todavía pendiente de un empuje institucional que le de la relevancia que se merece, uno de los festivales más antiguos de España entre los dedicados a la improvisación: El Festival de Trovo de Las Norias.

Y, ciertamente, la costumbre de improvisar poemas en El Ejido merece ser destacada como un elemento identificador social, como una característica propia de su población al menos en los últimos 200 años.




Documentación

- BONMATÍ LIMORTE, Casimiro. Los trovos. En: NARRIA, n. 49-50. Madrid, 1988.

- CRIADO, Pepe.:
.1991 Entrevista a José Gómez Amat. Grabación sonora. Sta. María del Águila, 21.10.1991.
.1992 Entrevista a Mercedes Ruíz Valdivia. Grabación sonora. Dalías, 23.2.1992.
.1992a Entrevista a José Barranco Fuentes. Grabación sonora. Las Norias, 6.10.1992.
.1997 El trovo en el Campo de Dalías. En: 10 DE ABRIL. La Mojonera, nov. 1997.
.1999 Hombres de versos. IEA. Almería.
.2007 Entrevista a Constantino Martín Jiménez. Grabación sonora. Dalías, 17.3.2007.
- CRIADO, Pepe/DURÁN, Enrique. Música y poesía de tradición oral en El Ejido. En: Mirando al tiempo. Asociación Cultural Athenaa. El Ejido (Almería), 2007.

- DÍAZ MARTÍNEZ, Luís.:
.1977 Marín-Castillo-“El Minero”. Los tres puntales del trovo. Edición del autor. Murcia.
.1994 Vida del trovero Castillo. Arráez Editores. Almería.

- EL TROVO EN EL FESTIVAL DE MÚSICA TRADICIONAL DE LA ALPUJARRA 1982-1991. Libro + casete. Dirección y Coordinación Pepe Criado y Francisco Ramos. CDMA. Granada, 1993.

- GARCÍA ESCOBAR, Juan G. Carta a Pepe Criado. Mairena del Alcor (Sevilla), 26.2.1992.
- GARCÍA GÓMEZ, Génesis.
.1993 Cante flamenco, cante minero. Anthropos. Barcelona.
.2004 Sociología del trovo cartagenero. En: Revista Murciana de Antropología, n. 11. Universidad de Murcia.

- LANZÓN MELÉNDEZ, Juan. El cante por cartageneras y el cante del trovo. En: Revista Murciana de Antropología, n. 11. Universidad de Murcia, 2004.
- LUNA, Paco.: Demografía de La Alpujarra. Universidad de Granada, 1984.

- PONCE, Pedro. Historia agraria de El Ejido. Conferencia en el I Congreso Europeo de Derecho Agrario. Almerimar/El Ejido, 1994.

- ROCA, Ángel.: El trovo (1865-2002). Editorial KR. Murcia, 2002.
- RODRÍGUEZ GARCÍA, María Margarita.: La agricultura intensiva, medio y modo de vida del poniente almeriense. IEA. Almería, 2003.

- SERRANO SEGOVIA, Sebastián.: Marín, rey del trovo. Ministerio de Cultura. Madrid, 1980.
- SEVILLANO, Antonio. Cantes de Levante: Denominación errónea. En: Los cantes y el flamenco de Almería. IEA. Almería, 1996.




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