viernes, 12 de octubre de 2007

2007 Pepe Criado LA DÉCIMA ESCRITA EN LA ALPUJARRA (1850-2000)

INICIOS Y EXPANSIÓN DE LA DÉCIMA ESPINELA







































LA DÉCIMA CASTELLANA


De todas las estrofas utilizadas en la lírica tradicional castellana la décima espinela ha llegado a alcanzar una enorme difusión, en especial entre las clases sociales humildes (Millé, 1937:40) y sobre todo en la América hispana, tal vez en compensación a las ganas con que se quedó Vicente Espinel de vivir la aventura americana de su tiempo (Pérez, 1876:436).

Antigua es en los poetas castellanos la tendencia a escribir en estrofas octosílabas de diez versos (Menéndez, 1986:19) con el deseo de conseguir mayor eficacia para poder expresar un pensamiento completo (Millé, 1937:48).

La décima se encuentra en los primeros cancioneros castellanos. Es todavía una estrofa rara en el de Baena, recopilado en 1445, donde únicamente aparece una, que José Mª de Cossío atribuye a Villasandino (m. 1424) nombrándola como de las más antiguas (Cossío, 1944:431).

En el mismo Cancionero de Baena aparece por vez primera la copla real o doble quintilla (Cossío, 1944:434), una especie de décima rudimentaria (Millé, 1937:49) que Menéndez Pelayo llamó falsa décima (Cossío, 1944:434).

Otra vía para componer la décima fue la de unir una redondilla con una sextina. De esto tenemos ejemplos en los cancioneros de Herbaray y de Stúñiga. Juan Rodríguez del Padrón y Gómez Manrique (¿1412?-1490) perfeccionaron esta fórmula (Cossío, 1944:437).

Otras tentativas en la construcción de la décima, ya a partir de considerar a la estrofa con autonomía y con rima propia son realizadas por Juan de Mena (1411-1456) y el Marqués de Santillana (1398-1458). Están recogidas en el Cancionero General de Hernando del Castillo (Cossío, 1944:440) e incluso en la lírica popular del siglo XV, como ocurre con las Coplas de Mingo Revulgo (Menéndez, 1986:22).

A partir de que se introduce en la estrofa la pausa en el cuarto verso, con Juan del Encina (1468-1529), podemos hablar ya de una décima embrionaria (Menéndez, 1986:20).


LA DÉCIMA ESPINELA

Todo este bullir entorno a la décima toma forma casi definitiva en la estrofa netamente castellana (Clarke, 1936:293) de diez versos octosílabos con rima 1,4,5/2,3/6,7,10/8,9 a finales del siglo XVI.

Según descubrió Sánchez y Escribano, Juan de Mal Lara, un sevillano muerto en 1571, escribió su obra Mística pasionaria en espinelas y señala que no existen pruebas ni indicios sobre el inventor de la espinela (Sánchez, 1940:351).

La obra Mística pasionaria narra la pasión y muerte de Jesucristo en catorce estaciones, siendo cada una de ellas una espinela. Esta es la primera:

Anima devota y pía,
en la primera estación
has de poner atención
en la vil saña judía.
Sangre del Justo pedía
aquella chusma de ingratos
con furiosos aparatos
y voces descompasadas,
y con sus manos lavadas
entrega al Justo Pilatos.

Y la que sigue, la número catorce:

Anima, ya al sumo bien,
envuelto en blanco sudario,
escoltar es necesario
hasta que tierra le den.
Sigue a la madre también
y toma parte en su duelo;
que tras del amargo anhelo
que la humana vida encierra
con la clave de la tierra
se abre la puerta del cielo.

Pero la difusión a la espinela le llegó con la escueta utilización que de la estrofa hizo el rondeño Vicente Espinel (1550-1624) cuando publicó ocho de ellas en su libro, de 1591, Diversas rimas y directamente por la incesante aclamación que a partir de entonces dedicó a la estrofa Lope de Vega (1562-1635), que fue discípulo de Espinel (Millé, 1937:42), hasta el punto de que se le considera el padre espiritual de la estrofa (Menéndez, 1986:41).

Estas son las décimas que publicó Vicente Espinel:

No hay bien que de mal me guarde
temeroso y encogido,
de sinrazón ofendido
y de ofendido cobarde;
y aunque mi queja ya es tarde
y razón me la defiende,
tanto en mi daño se enciende,
que voy contra quien me agravia,
como perro que con rabia
a su propio dueño defiende.

Ya esta suerte que empeora
se vió tan en las estrellas,
que formó de mí querellas
de quien yo la formo agora;
y es tal la causa, señora,
deste mal, que, de pensallo,
confuso y triste me hallo,
y si por vos me preguntan
los que de mi daño barruntan,
de pura vergüenza callo.

Suele decirme la gente
que en parte sabe mi mal,
que la causa principal
se me ve escrita en la frente:
y aunque hago del valiente,
luego mi lengua desliza
por lo que dora y matiza,
que lo que el pecho no gasta
ningún disimulo basta
a cubrirlo con ceniza.

Si me nombran o si os nombro
vivo lleno de cuidado,
de continuo recatado,
con la barba sobre el hombro,
que de mí mismo me asombro
porque en mi corta ventura
no está la suerte segura,
y quizá dicen las lenguas
que ha sido por propias menguas
lo que fue por desventura.

A vos presentaros quiero
desta verdad por testigo:
que un declarado enemigo
sostengo por verdadero,
y aunque desdeñado muero,
ser sin razón desdeñado
no es por lo que en mí ha faltado,
que en todo el discurso nuestro
tan buen gusto como el vuestro
no puede ser engañado.

Solo una satisfacción
me queda de tantos daños,
y es ver que en tan largos años
no os enfada mi razón,
aunque para más pasión
podrá ser que los neguéis
pues cuanto queréis podéis,
mas a tan grave delito
queda vivo un sobre escrito
que de mi letra tenéis.

Esto da fuerza a mi fe
aunque su intento prosiga,
y vuesa merced no diga:
Desta agua no beberé,
podrá ser lo que fue
torne a ser como primero,
que en vuestra clemencia espero,
y no he de desesperar,
que no será justo echar
la soga tras el caldero.

El pensamiento cansado
del inoportuno dolor
busca el estado mejor
(si en amor hay buen estado);
que a un pecho tan lastimado
ni la gloria lo alimenta,
ni la pena lo atormenta,
que elevada la memoria
ni siente pena, ni gloria,
ni el bien ni el mal lo sustenta.

En la serie de poemas de elogio al libro de Don Quijote, Cervantes escribió en curiosas espinelas el poema Urganda la desconocida. Esta es la primera:

Si de llegarte a los bue-
libro, fueres con lectu-,
no te dirá el boquirru-
que no pones bien los de-.
Mas si el pan no se te cue-
por ir a manos de idio-,
verás de manos a bo-,
aún no dar una en el cla-,
si bien se comen las ma-
por mostrar que son curio-. (Cervantes, 1992:11)

El auge de la espinela fue imparable hasta el punto de que en relativo poco tiempo la asumieron tanto dramaturgos como poetas. A esto favoreció la gran difusión y popularidad que alcanzó la glosa, una cuarteta comentada con cuatro décimas de la que abundaban los certámenes en las fiestas públicas.

El investigador Maximiano Trapero señaló la magnífica acogida que tuvo la estrofa entre los escritores del Siglo de Oro:

En España la adoptaron de inmediato los grandes: Lope, Cervantes, Góngora, Quevedo, Calderón, Tirso... y se convirtió en la estrofa de mayor éxito de la lírica española. (Trapero, 1996:50)

Como resulta lógico, las expectativas del uso de la espinela en la literatura culta tuvo su repercusión en la cultura popular, como señala Jesús Orta Ruiz, el Indio Naborí:

Testimonio de su arraigo en las entrañas populares de España en el último tercio del siglo XVIII lo encontramos en un libro titulado Tableau de l´Espagne (4ª ed. París, 1807, págs. 392 y 393). Su autor, el escritor francés J. F. Bourgoing, nos cuenta que vivió en la península ibérica en la época antes mencionada y que allí fue testigo emocionado de una controversia de dos improvisadores decimistas.

Los asistentes imponen pies forzados que ellos toman como versos finales de las décimas que improvisan. Extraordinaria inteligencia reconoce el viajero a estos poetas del pueblo español, que podrían asombrar –confiesa- a grandes poetas en Francia. Señala que a veces, por lo festinado de la creación, pueden faltar al sentido; pero es curioso cómo siempre observan rigurosamente las leyes de la versificación.

Son estos cantores populares, sin duda, los abuelos de los juglares decimistas que aún pululan en Hispanoamérica y se resisten a morir. Los emigrantes íberos de aquellos tiempos trajeron consigo tan bella costumbre. (Orta, 1990:8)

Por el siguiente análisis sobre la esencia poética de la décima espinela del profesor Trapero podemos entender por qué la espinela tuvo aquella espectacular aceptación en la literatura del Siglo de Oro:

La estrofa resultaba novedosa y era muy musical. “Dulce y sonora” la calificó Lope; sus acentos se prestaban para el canto y su ritmo la hacían especialmente apropiada para el diálogo; con ella podían encadenarse largos parlamentos, encerrando en cada estrofa el pensamiento de cada personaje.

Pero también era idónea para los largos monólogos, metiendo en cada décima un pensamiento independiente dentro de una serie. Por eso se utilizó tanto en el teatro del Barroco.

Y, en fin, la décima era excelente para la lírica, como medio de expresión del sentimiento más íntimo: en la primera cuarteta se expone la idea, se desarrolla, se refuerza o se contrapone en los cuatro versos siguientes y se concluye en los dos últimos. (Trapero, 1995:1)



LA DÉCIMA EN LATINOAMERICA

El Siglo de Oro español tuvo su repercusión, a través de colegios y universidades, en Hispanoamérica. Estas instituciones, tal como ocurría en España, difundieron enormemente el uso de la espinela con los entonces popularísimos certámenes de glosas.

A partir de que poetas autóctonos se interesaron por escribir espinelas, como Sor Juana Inés de la Cruz o Juan Ruiz Alarcón, se difundió tanto la espinela que llegó a transformarse, desde un origen castellano culto, en una estrofa popular y esencialmente americana.

El poeta Waldo Leyva explica así este proceso:

Muchas de las décimas debidas a la pluma de Calderón, de Lope y posteriormente de Núñez de Arce y otros poetas hispanoamericanos, pasaron al dominio popular y f ueron cantadas o sirvieron de paradigmas al improvisador. (Leyva, 1995:4)

Y la investigadora Ivette Jiménez de Báez desarrolla y completa la idea de Leyva sobre la introducción de la estrofa en América:

Musical y literariamente, la décima popular, tal como la conocemos hoy, se originó, en parte, de la amalgama entre la literatura culta y la popular.

Implica, en las bases mismas de su producción, las contradicciones y el dinamismo propios de una forma nacida del cruce entre la cultura oficial dominante (entonces la española) y culturas marginadas y subordinadas (la árabe con el zéjel y la música; la africana y la prehispánica con sus ritmos e instrumentos). (Jiménez de Báez, 1992:472)

El investigador y poeta Alexis Díaz-Pimienta nos ofrece una jugosa descripción de cómo se desarrolló en general la cultura popular hispana en América:

Los primeros pobladores europeos de los que hoy conocemos como Hispanoamérica fueron andaluces, esa región de España donde desde los tiempos remotos la tradición juglaresca tenía gran vigencia. Con la conquista militar y religiosa, vino el dominio y la imposición cultural.

Desde las primeras décadas del siglo XVI, soldados, marinos, orfebres, alarifes, campesinos... trajeron consigo sus cantos y tonadas: villanelas, villancicos, cantares, coplas y romances con los que fueron creando, en su mezcla con lo indígena y luego con lo negro, nuestro patrimonio melódico-musical, el primer aporte andaluz al actual cultivo de la poesía oral improvisada en América, y más específicamente, de la décima improvisada. (Díaz-Pimienta, 1998:66)

Maximiano Trapero fundamenta la visión de Alexis Díaz indicando la posibilidad de que aquella expansión del sentir popular creara distintas variantes según los lugares por donde iba llegando:

En consonancia con el itinerario ordinario de barcos y tripulaciones hicieron durante siglos (desde el mismo momento del Descubrimiento hasta el siglo XIX) entre España y América, lógico es pensar que el itinerario de la “viajera peninsular” fuera también paralelo: Andalucía – Canarias – Cuba – resto de América. Y que en cada una de estas escalas recibiera improntas que la constituyeron de manera peculiar. (Trapero, 1996:76)

Tenemos, pues, que la décima espinela nació de la poesía escrita en el Siglo de Oro español, se desarrolló en América y España, y terminó por casi desaparecer en los poetas españoles para ser característica propia del canto popular y de la poesía escrita iberoamericana.

Waldo Leyva señala esta conjunción como característica propia del uso de la espinela en tierras americanas:

A diferencia del proceso sufrido por la espinela en España donde pasa del dominio de la literatura escrita a la memoria popular, en Hispanoamérica ambas modalidades empiezan a darse en planos simultáneos.

Al mismo tiempo que el fraile versificador narra asuntos religiosos en extensos poemas, los coros cantan al niño Jesús y a la Virgen en las iglesias levantadas casi siempre sobre la ruina de antiguos templos de la cultura precolombina.

Esos coros contribuyen al surgimiento de ciertos trovadores que prefiguran los populares repentistas posteriores. (Leyva, 1995:1)

María Teresa Linares detalla el uso popular de la décima espinela en Cuba:

Otro elemento hispánico en nuestra música es el uso de la décima como forma de improvisación de nuestros campesinos en el punto guajiro. Antiguamente fue usada por los coros de claveles y guaguancó, al extremo que llamaba decimistas a los solistas improvisadores.

Además se usa cuartetas –llamadas “reginas” en algunas zonas de Oriente- en la improvisación del son. La cuarteta es la forma en que improvisa el pueblo español, no así la décima que nos viene como elemento culto a través del teatro. (Linares, 1979:18)

Efraín Subero coincide con la opinión general respecto al origen y el uso de la décima cuando se refiere a Venezuela:

La relación entre lo culto y lo popular en la poesía venezolana, se remonta al origen mismo de la nacionalidad. Lo que va a ser más tarde popular, viene por la mano culta. Y son conquistadores o misioneros los que enseñan al nativo las primeras canciones españolas que constituyen el primigenio tronco de nuestro cancionero popular. (Subero, 1991:123)

Las VALONAS mexicanas, las DECIMILLAS y la TONADA de Puerto Rico, la PAYA chilena, la PAYADA argentino-uruguaya, el YARABI andino (Ecuador, Bolivia, Perú), el SOCAVON peruano, la MEJORANA panameña, el GALERÓN de Venezuela, el PUNTO CUBANO... y muchas otras manifestaciones campesinas tienen a la espinela como fuente de inspiración.

El desarrollo y arraigo de la cultura popular castellana en América tuvo su origen:

- En la impresionante difusión que en los primeros tiempos de la conquista tuvo el romance. Hasta tal punto que en 1543 Felipe II prohibió su uso en el Nuevo Mundo por los desórdenes a que movía.

- En las oleadas de andaluces que, tras la invasión y expulsión de sus tierras por parte de los Reyes Católicos, llegaron a América. Recordemos que eran los vencidos por las ansias imperialistas católicas y, por lo tanto, pobres de tierra y libertad, pero ricos en cultura y tradiciones.

- En la introducción del caballo y la mula como medio de transporte idóneo para recorrer las grandes distancias necesarias al saqueo y al comercio de los españoles. La gran cantidad de arrieros y tratantes de animales españoles que llegaron a América llevaban consigo una tradición de siglos en la poesía y en el cante.

Andrés Barahona sugiere el uso del ritual como elemento de introducción de la cultura castellana, tesis que comparte Vicente Osorio:

Si se considera, en base a los lamentables escasos testimonios prehispánicos, la gran importancia que tuvo para los antiguos mexicanos, la música y su carácter ritual, se puede comprender que, al darse cuenta de esto, los misioneros incorporaran a los sermones, oraciones y letanías, el elemento musical.

Al intercalar textos rimados, alabanzas, salmos y otras piezas musicales entre las oraciones litúrgicas, se buscaba facilitar al indígena la retención del nuevo credo. (Barahona. Osorio, 1990)

Aquella primera poesía popular americana la podemos clasificar en:

1- ROMANCES.
De versos octosílabos y con rima asonante en los versos pares y sin rima en los impares.

2- CANCIONES.
Con versos octosílabos, rima en consonante y unas estrofas de uso mayoritario que fueron cuartetas, octavas, décimas y glosas.

3- COPLAS.
De metro y rima variables.

Las gentes más humildes muy pronto adoptaron la décima espinela como la estrofa preferida para sus cantos. Y, por supuesto, la décima se mantuvo unida a la improvisación, que es una forma poética exclusiva de las culturas populares.

De toda esta riquísima variedad en la cultura oral el mayor uso y difusión le corresponde a la décima, como acertadamente expresa Waldo Leyva:

Es precisamente en el siglo XVIII donde puede situarse el inicio del triunfo de la décima, tanto escrita como oral; triunfo que será definitivo en el siglo XIX, desplazando lo que pudiera quedar de supervivencia en otras formas del verso improvisado. (Leyva, 1995:5)

El payador Santiago Morales sitúa el comienzo de la supremacía de la espinela sobre las demás estrofas orales en el espíritu revolucionario por la independencia de los distintos países iberoamericanos:

Es preciso reconocer que sólo fue la encendida llamarada que inicia la guerra del Pacífico la que vino a dar el mayor impulso a la poesía popular, siendo la temática constante, en ese momento, el patriotismo que tomaba nuevas formas de expresión en todo el pueblo. (Morales, s.f.)

Más tarde, en un estudio posterior, el mismo Morales profundizó y generalizó en esta exposición de forma intemporal:

Todo parece indicar que el desarrollo de la poesía popular es un proceso claro y predeterminado, en que unido a la toma de conciencia social se van marcando hitos perfectamente definidos que trazan un camino único más allá de las fronteras, resultando comprensible el que se repita continentalmente el sentido de la lucha contra el capitalismo exacerbado, que condena al cantor a la periferia citadina o al medio rural, que lo asimila familiarmente llegando a sentirlo como propio en los inicios de nuestra sociedad indoamericana. (Morales, 1995:9)

Pero profundizamos y ampliamos estos aspectos siguiendo la voz del poeta cubano Waldo Leyva:

La coincidencia entre nacimiento del romanticismo y la lucha por la independencia en nuestra América, hace del siglo XIX el momento culminante en el proceso de nacionalización de la décima.

El movimiento romántico hispanoamericano, cuya voz primera es la del poeta cubano José María Heredia, nos dejó un conjunto de poemas en décima que merecen un estudio particular, no sólo por el hecho de que significa el triunfo definitivo de la espinela en la literatura escrita (como ya lo era en la oral, especialmente cantada), sino porque en esas estrofas está la esencia de la expresión americana.

La pintura de lo típico, la exaltación de la libertad, la descripción del hombre americano y de su entorno, la voluntad de subrayar la criollidad, lo diferente, la creación de una poesía donde se muestra, a modo de leyenda, la más de las veces, la vida y costumbre de los primitivos habitantes de nuestras tierras, es una constante que alimenta la expresión poética, tanto de la llamada poesía culta como de la poesía popular. (Leyva,1995:6)

Coincidiendo con las anteriores exposiciones de Waldo Leyva y de Santiago Morales, y siguiendo su excelente estudio sobre el tema, el investigador Alexis Díaz-Pimienta sitúa en el siglo XVIII el primer paso en el uso oral de la espinela:

Sólo algunos poetas menores del Neoclasicismo harán uso de la décima, con un carácter festivo y circunstancial, sirviendo, sin proponérselo, como una especie de puente en lo que sería el devenir histórico de la estrofa, que pasó, definitivamente, de la alquimia elitista en que surgió a las manos del pueblo, perpetuándose y universalizándose luego con la expansión americana. (Díaz-Pimienta, 1998:67)

Del uso actual de la décima en Latinoamérica, tanto en su aspecto oral como escrito Carlos Tamayo nos da noticias de Cuba:

La tradición decimista cubana no es una hipótesis, es una conclusión tácita avalada por la permanencia y evolución de la estrofa en guateques, canturías, controversias transmitidas por radio y televisión; desde el triple y el güiro hasta la guitarra eléctrica y el sintetizador; en bibliotecas públicas y particulares, promisorios catálogos de editoriales, concursos y sesiones de talleres literarios…, la décima siempre. (Tamayo, 1991:13)

El investigador Carlos Chacón generaliza el uso de la décima a la América entera:

Es cierto que no parecen muy lejanos los días en que Lope de Vega elogió las décimas publicadas en Diversas Rimas, por su maestro Don Vicente Espinel, si al revisar múltiples bibliografías descubrimos la permanencia de la estrofa rondeña en disímiles poetas iberoamericanos. (Chacón, 1993:1)

Y es Santiago Morales quien llama la atención sobre el hecho de que la tradición decimista pertenece a la comunidad castellano-hablante en general como una herencia común a los distintos países hispanos:

Me parece natural que la décima haya permanecido en el tiempo ya por cuatro siglos y es la tarea de nosotros los cantores populares, los poetas repentistas, los trovos de España, los cantores llaneros, los decimistas de socavones y cumananas en Perú, los payadores del Cono Sur Americano, quienes en conjunto la hagamos tarea principal y meritoria, para que se respete y logre alcanzar los mayores escenarios, que dignifiquen al creador decimista y se le presente como un poeta en su verdadera estatura y no como un caso raro o especie en extinción. (Morales, 1996)



LA DECIMA ESCRITA EN LA ALPUJARRA


La décima, como estrofa literaria escrita, se ha utilizado en La Alpujarra desde que fue difundida por Lope de Vega y los escritores del Siglo de Oro.

Calderón de la Barca, tal vez Espronceda y Pedro Antonio de Alarcón son algunos de los ilustres escritores que han compuesto décimas sobre o en La Alpujarra.

Igualmente los escritores cercanos a esta comarca, como Gaspar Estévez de Motril (Granada), Vicente Ruíz Llanos de Puerto Lumbreras (Murcia) o Álvarez de Sotomayor de Cuevas de Almanzora (Almería), utilizaron la décima en sus textos.

De cualquier manera, la décima escrita en La Alpujarra proviene de:

1- La escritura.
2- La oralidad.

Como vemos, la tradición desde la escritura proviene del Siglo de Oro. La tradición desde la oralidad ha llegado a La Alpujarra desde Iberoamérica.


ORIGEN ESCRITO


Probablemente la décima entró a La Alpujarra con Pedro Calderón de la Barca (1600-1681), que viajó por la comarca en 1635 (Cuenca, 1985. Carrascosa, 1984). Las siguientes estrofas pertenecen a su libro El tuzaní de la Alpujarra:

DON JUAN Ya que rendida Galera
en ruinas se eterniza,
y que en su propia ceniza
es el Fénix y la hoguera;
ya que la ardiente esfera,
entre el escándalo sumo,
un fragmento la presumo
adonde voraz y ciego
es el Minotauro el fuego
y es el laberinto el humo,

no tenemos que esperar,
sino antes que la aurora
cuaje las perlas que llora
sobre la espuma del mar,
empiece el campo a marchar
a Berja; que mi atrevido
corazón, nunca vencido,
descanso no ha de tener
hasta a Abenhumeya ver
a mis pies muerto o vencido.

DON LOPE Si quieres, señor, que hagamos
de Berja lo que hemos hecho
de Galera, satisfecho
estás de tus armas: vamos.

Pero si el orden miramos
del Rey, no fue su intención
destruir gentes que son
sus vasallos, sino dar
escarmientos, y templar
el castigo y el perdón.

MENDOZA Yo lo que don Lope digo:
piadoso y cruel te crean,
y la cara al perdón vean,
pues vieron la del castigo.
Sea su perdón testigo
de tus piedades, señor:
témplese ya tu rigor,
pues más se suele mostrar
el valor en perdonar,
porque el matar no es el valor.

DON JUAN Mi hermano (es verdad) me envía
a que esto apacigüe yo,
mas rogar sin armas, no
sabe la cólera mía.
Pero ya que de mí fía
castigo y perdón, me obligo
a que el mundo sea testigo
que uso en cualquiera ocasión
con las armas, del perdón,
con los ruegos, del castigo.
Don Juan...

MENDOZA Señor...

DON JUAN Vos iréis
a Berja, donde está hoy
Válor, y que a Berja voy
de mi parte le diréis.
Público el perdón le haréis
y el castigo, y con igual
providencia al bien y al mal,
le diréis que si rendido
se quiere dar a partido,
daré perdón general
a todos los rebelados,
con que vuelvan a vivir
con nosotros y asistir
en sus oficios y estados;
que de los daños pasados
hoy mi justicia severa
más satisfacción no espera:
que se rinda al fin, porque,
si no, a Berja soplaré
las cenizas de Galera. (Calderón, 1998:219)

Y tal vez el mismo Espronceda compuso alguna de estas estrofas cuando estuvo oculto en el término municipal de Turón, en el Cortijo Los Navazos,(Manzano, 1986:189).

De cualquier manera, la décima se escribe en La Alpujarra, mayoritariamente, en la forma de espinela. Muestra del continuo uso de la décima son las siguientes, que abarcan la época de estudio de este monográfico:

1823
Riego tomó el poder para la Constitución de 1812 ante el grave fracaso que significó el reinado de Fernando VII. Se inició así un corto período liberal, pues el rey, apoyado por Francia, volvió a reinar y reprimió durante al pueblo de España.

Partidario del rey y su poder absoluto fue el primer periódico que salió en Almería. Se llamó El Norte de Almería y publicó la siguiente décima:

Militar revolución
usurpó el trono Fernando.
Sedicioso grito alzando
en la Isla de León.
Jura la Constitución
de mil ochocientos doce.
La Nación la reconoce,
mas los que a ellos la incitan
cetro suave le quitan
y ponenle otro de bronce. (Verdagay, 1983:123)

El Ayuntamiento de Almería celebró esta nueva etapa del reinado de Fernando VII con una serie de actos en los que se repartió la siguiente décima:

Noble pueblo de Almería,
De quien el continuo anelo
Ha premiado el justo cielo
Desterrando la anarquía;
Tributa en aqueste día
Gracias al Dios poderoso,
Que hollando aquel ominoso
Monstruo, que proclamó muerte
Te ha devuelto ¡feliz suerte!
Un Rey que te hará dichoso. (Descripición…, 1997:48)


1872
En la convocatoria de elecciones para diputados a Cortes presentó su candidatura por Albuñol Federico Hoppe y éste invitó a su amigo Pedro Antonio de Alarcón a que le acompañara en su visita al pueblo.

El domingo antes de las elecciones se reunió en Albuñol la Junta Inspectora del Censo Electoral para hacer el escrutinio de personas propuestas para constituir la mesa electoral, proceso que no podía ser interrumpido una vez comenzado.

A la segunda noche de escrutinio los reunidos, agotados, decidieron pedir a Pedro Antonio de Alarcón algunas provisiones. Mateo Hidalgo, miembro de la Junta, escribió la petición en verso:

Los que suscriben están,
insigne vate Alarcón,
hambrientos por salchichón,
por tabaco, vino y pan.

Así pues, si no lo dan
abundante cual queremos,
de seguro nos comemos,
aunque nos cause amargura,
toda la candidatura...
Y, después, no respondemos.

Sabían que a aquellas horas Alarcón solía jugar al tresillo en la casa donde se hospedaba y allí le enviaron la décima. Pedro Antonio de Alarcón les respondió con abundante comida y los siguientes versos:

Sin que esto sea soborno,
caballeros, allá van
vino, salchichón y pan
recién sacado del horno.

Solo suplico en retorno,
presidente y secretarios,
hablo hasta con los contrarios,
que durante esta merienda
se olvide esta contienda
entre amigos y adversarios.
(Manzano/Vargas,1986:,220)
(Programa Oficial.1977)

1879
A un madrileño que se encontraba enfermo alguien le recomendó el clima y las aguas de Bérchules para restablecer su salud. Llegó al pueblo en agosto, donde escribió el siguiente poema titulado La fuente de la salud:
I
En un lugar apartado
y en medio de varias lomas
y cual nido de palomas
se haya tal vez olvidado:
un pueblo tan encantado,
tan rico en vegetación,
que loca imaginación
nunca pudiera soñar
que aquí podría encontrar
joya de tal ambición.

La hermosura de su suelo
llena de frondosidad
la infinita variedad
de encantos; su puro cielo
que presta luz y consuelo
dando vida a este lugar
llega, pues, tanto alegrar
y a tanto placer convida
que aquí, en fin, hasta se olvida
la Patria y el dulce hogar.

II
En este pueblo hechicero
y bajando al mismo río
por tortuoso sendero
hay un joyel verdadero
de sin igual poderío.

Esa fuente milagrosa
cuyas aguas dan la vida
con celeridad pasmosa
tan líquida y tan hermosa
que a saborearla convida.

Aquí vienen a porfía
y de apartados lugares,
llenos de melancolía
con el alma la agonía
con zozobra y con pesares.

Muchas gentes que al probar
de sus aguas la virtud
llegan a experimentar
y empiezan a recobrar
su ya perdida salud.

Así, todos alabando,
¡oh Bérchules! tu hermoso suelo,
y de alegría llorando
se marchan pero llevando
dentro del pecho el consuelo.

Consuelo que el corazón
conserva toda la vida
con locura y con pasión
cual la más grata ilusión
que a dicha y placer convida.

A oír tu nombre llegué
en alas de su virtud
y a recobrar la salud
muy gozoso me presté:
diligente preparé
mi viaje, y al momento
contigo mi pensamiento
dejé a Madrid y su ruido
cuando el vibrante silbido
puso al tren en movimiento.

Hoy que al fin restablecido
dejo tus bosques y prados
tus valles y tus collados
y tu suelo tan florido
quiere el pecho enternecido
y pulsando mi laúd
al darte mi gratitud
que es cuanto te puedo dar
himnos de gloria cantar
¡Mi fuente de la virtud!. (PROGRAMA DE FIESTAS, 1982)


1884
Eloy Muela y López, profesor titular de Instrucción Pública y Normal de Santafé escribió este año un extenso poema en décimas describiendo la historia de Lanjarón desde su fundación. La siguiente pertenece a la última parte del poema:

Un bienhechor propietario
de nuestra localidad,
fue a fundar, por caridad
un asilo hospitalario
con correcto mobiliario
para escuelas gratuitas
regidas por señoritas
las dos de esta población,
ambas mercedarias son;
también para pensionistas. (Carrillo, 1999)

1891
La siguiente décima fue esculpida en la lápida de la tumba de la «Sta. Dña. Ana Josefa Fernández García. Muerta el 25 de febrero de 1891 a los 15 años». Esta tumba se encontraba en el cementerio parroquial de Dalías, anterior al actual.

¡Cuán bella fue tu vida, errante estrella!
te dio temprano ocaso el ataúd
mas vives todavía oh, virgen bella
dejaste en pos de ti, perenne huella
de inocencia y de amor y de virtud
solo el cuerpo murió lo deleznable
que del lodo viniendo al lodo va
tu recuerdo bendito inalterable
en el dolor profundo, inconsolable,
de tus padres y hermanos vivirás.

1921

El doctor Manuel Bazán, médico de Lanjarón, describió en décimas las excelencias de los manantiales minerales de Lanjarón:

Esta agua prodigiosas
Con su excelente virtud
Destierran con prontitud
Enfermedades gravosas;
Las caquexias más penosas,
Las antiguas obstrucciones,
Debilidad, convulsiones,
Flujo blanco y mestrual,
El cólico más fatal,
Clórisis y opilaciones.

Destierran la hidropesía,
Sea accitis o anazarca,
Hasta la pasión celiaca
Y también la cardialgia:
Restituye su energía
A la fibra laxa y floja;
A los flatos desaloja,
Y en la istérica pasión
Tranquiliza el corazón
Y destierra la congoja.

Además aconsejó el modo de vida conveniente al tratamiento con las aguas:
Vida honesta y recatada,
Trato afable y asociado,
Ejercicio moderado
Y no alterarse por nada:
La comida moderada,
La cena parca y mesquina,
Vever agua como inclina
La enfermedad con suceso,
Y si hubiese algún ecceso
Vever de La Capuchina. (Castro, 1992:13)


Estos casos sobre el uso de la décima escrita en La Alpujarra nos indican algunos caracteres sobre la estrofa en el siglo XIX:

1- El uso de la décima cubre todo el espacio geográfico de la comarca, atendiendo a los pueblos mencionados: Lanjarón y Bérchules (Alpujarra Alta), Albuñol (Contraviesa) y Dalías (Baja Alpujarra).

2- Es más común la utilización de la espinela y del verso octosílabo.

Otro motivo de reflexión es la cotidianeidad que se desprende en el uso de la estrofa, particularmente en los casos de Albuñol y Bérchules, próximos a la improvisación.

Evidentemente la décima ha sido utilizada a un lado y otro de la comarca de La Alpujarra. En el siglo XVII, en Jaén, Fermín Sarasa y Arce describió así a los sacerdotes que acompañaban a la Virgen de la Cabeza:
Un clérigo encaramado
Sobre las andas subido,
De cólera revestido.
Con un bastón, no delgado
Sacude de uno a otro lado,
A aquella devota gente;
Y yo digo de repente:
El papa que concedió
Aquesta indulgencia, no
Era Pío, ni Clemente.

Luego que la fiesta empieza,
Comienzan los coscorrones:
Y dicen los bellacones;
Que es fiesta de la cabeza
Unos caen, aquel tropieza,
Y el clérigo en Talanquera
Reparte por donde quiera,
Tanto al bueno como al malo,
Absoluciones de palo,
Bendiciones de madera. (Gómez Martínez, 1998:292)

En 1875 la Pastelería del Malagueño se anunciaba en la prensa de Almería con la siguiente décima titulada Aprovechad el momento:

Aquí tenéis al vapor
pasteles de vuestro agrado
de almíbar, carne y pescado,
que ayudados del licor
tienen el rico sabor
del manjar más suculento;
y sabed pues que no miento,
que si probarlos queréis
seguro estoy que diréis
aprovechad el momento. (Bonillo/Cruz, 2001:216)

En los primeros años del siglo XX Gaspar Esteva publicó en Motril su libro Zarzuela motrileña en un acto y en verso en el que incluyó la siguiente espinela:
La prenda de más valor
la de más exactitud
es esa noble virtud
que se llama patrio amor.
Hasta por ser la mejor
contra todo atraso vil
pudo una obrilla pueril
decirnos esta verdad,
si quieres Prosperidad
ten patriotismo, Motril. (Ayudarte, 2003)

Vicente Ruiz Llamas, nacido en Puerto Lumbreras (Murcia) publicó su libro Poesías en Lorca en el año 1892 y dedicó esta espinela a Granada:
Soñé, con tu Alhambra hermosa,
aun antes de conocerla;
mas hoy que he llegado a verla
gentil, aérea y misteriosa,
la imaginación reposa
de tanto sueño perdido,
comprendiendo que no ha sido
ningún sueño, en puridad,
cual la hermosa realidad
que tu Alambra me ha ofrecido. (Ruiz Llamas, 1892)

También el poeta Álvarez de Sotomayor, de Cuevas de Almanzora, escribió en espinela, como la siguiente titulada Caminante:

Por amor a los azares
y zozobras del camino,
soy constante peregrino
de mis eternos soñares.
Y en ruta de mis andares
busco siempre en mi partida
la senda desconocida
que el fin la vista no alcanza,
¡porque andar es esperanza
y la esperanza es vida! (Alvarez de Sotomayor, 1973:322)

Celia Viñas compuso las siguientes, tituladas Décimas al amor niño vestido de marinerito:

No sé dónde tu velero,
piloto de azúcar fino,
ni en qué prado submarino
navega más marinero,
más salado y pinturero.
Las rutas de mi albedrío
esperan a tu navío
mareadas de esperar.
Capitán, mira en la mar
las Islas del Amor Mío.

Las Islas del Amor Mío
en la mar, sobre la mar,
si quererte es navegar,
vamos al mar, desafío
del escollo y del bajío.
Si naufrago en tu ternura
-¡ay, qué dulce aventura!-
que me entierren en la arena
y tú tendrás tanta pena
que encallarás de amargura. (Viñas, 1980:330)

Y, por supuesto, la décima escrita también se ha difundido en esta comarca a través de las oraciones cristianas, como la siguiente, que es una espinela dedicada a San Nicolás de Bari:

Lleno de dulce esperanza
Hoy vengo a ti, Santo mío,
Pues en tu bondad confío
de encontrar mi bienandanza.
Yo sé que mi confianza
No ha de salir defraudada
Y que veré despachada
Mi ferviente petición
Pues calmará la aflicción
De esta alma atribulada.
(Caminata…, 1943)
(Novena a San Nicolás…, 1994)

De la posible difusión política de la décima tenemos una que circuló por toda España de forma oral durante la dictadura franquista cuando al primer nieto varón de Franco se le impuso el nombre de Francisco y además se le invirtió el orden natural de sus apellidos para que se llamara también Francisco Franco:

Por la alta bondad de Dios,
que en sus favores no es manco,
en vez de un Francisco Franco
nos encontramos con dos.
El uno del otro en pos
nos llegan por nuestro bien,
pero Dios nos libre, amén,
de que doblando la hazaña
salvada por uno España
la salve el otro también. (Campmany, 1996:17)

Ya en la actual época democrática española también tuvieron repercusión las décimas escritas en la prensa, como las siguientes, de Alfonso Ussía, tituladas Décimas a Doña Isabel. Isabel Tocino, preferida de Fraga para la “sucesión”:

No debe Su Señoría
encaramarse tan alta,
que en sobra, y jamás en falta,
puede echar tanta osadía.
No debe la rubia pía
meterse tan de repente
en los pozos de un ambiente
tan distante de los cielos,
y en el que, seguramente
va a chamuscarse los pelos.

No debe blandir la espada
de su soberbia famosa,
ni pretender presurosa
liderar otra cruzada.
No debe, la rubia alzada
catequizar su partido
con el plácet consentido
de un líder en el talego;
que el votante está dolido
y el soponcio viene luego.

No debe, doña Isabel
volvernos a la caverna
de aquella derecha eterna
con solidez de papel.
No debe, la rubia fiel
caminarnos hacia atrás,
a unos tiempos que jamás
retornarán, Dios mediante,
con el Opus Dei detrás,
y la intriga, por delante. (Ussía,1996:49)

Durante todo el siglo XX, los poetas alpujarreños se han expresado cómodamente escribiendo en décimas, tal como podemos apreciar en este libro. Encontramos décimas románticas, populares, intimistas, cultas e, incluso, algún que otro experimento.

Pero es a partir de 1990 cuando el uso de la décima se consolida en la poesía alpujarreña. En ese año comenzó una continuada relación entre poetas cubanos y alpujarreños auspiciada por el Festival de Música Tradicional de La Alpujarra. De la mano cubana también llegaron decimistas de otros países hispanos, tanto en congresos como en festivales organizados en Cuba o en La Alpujarra.

Los decimistas caribeños pusieron en alza el matiz político de los textos, bastante descafeinados en la comarca alpujarreña. Un ejemplo es el siguiente poema del méxicano Andrés Barahona, titulado Basta ya:

ES UNA VIL TIRANÍA
INDIGNA DEL SER HUMANO
CON SAÑA Y ALEVOSÍA
BLOQUEAR AL PUEBLO CUBANO.

Francamente es indignante
que los Estados Unidos
se erijan autoelegidos
como nuestros “vigilantes”.
Les queda grande el desplante
de su obsoleta osadía
pues la verdad hoy en día,
ese histérico deseo
de mantener el bloqueo
ES UNA VIL TIRANÍA.

Es una vil tiranía
que no vamos a avalar:
nadie a Cuba va a negar
derecho a su autonomía.
Y si el cubano hoy en día
en su suelo soberano
vive duro el cotidiano,
se debe a la imposición
del yanqui en su cerrazón
INDIGNA DEL SER HUMANO.

Indigna del ser humano
es toda guerra, cualquiera…
Lo sabes Guantanamera
en tu trovar cotidiano.
Nunca tu pueblo cubano
con su gran sabiduría,
perderá ni la alegría,
ni el optimismo en la vida.
Ni por ser Cuba agredida
CON SAÑA Y ALEVOSÍA.

Con saña y alevosía
nuestro mundo no mejora…
Necesitamos ahora
dejarnos de hipocresía.
Que gran mejora sería
entre los americanos,
asumirnos como hermanos
y sin tanta verborrea
ya no avalara la O.E.A.
BLOQUEAR AL PUEBLO CUBANO. (Barahona, 1993)

El siguiente ejemplo es del poeta argentino Martín Castro:

Ven guitarra libertaria,
libertaria y redentora
del que sufre, del que llora,
del delincuente y el paria.
Tu acorde no es la plegaria
del servilismo indecente;
del bardo altivo y valiente
cuando te pulsa en sus manos
ante todos los tiranos
sabe atacarlos de frente.

Quiero que seas la campana
de las lides del trabajo;
yo soy el rudo badajo
en vibración soberana.
Tu sencillez artesana,
tu acorde sentimental,
en la redención social
de la grey triste y hambrienta
te empuño como herramienta
de mi gran obra moral. (Morales, 1995:6)

También de la zona trovera de Alicante - Murcia llegó a La Alpujarra algún que otro ejemplo de textos en décimas con clara definición política, como es el caso del siguiente poema, escrito en el año de 1986 por el trovero José María:

SOY TOSCO CORREVEIDILE
POR MODESTO PREGONERO
MÁS PIDO COMO TROVERO
LA LIBERTAD PARA CHILE.

Por derrocar al tirano
mi musa no se adormile
ni debilite mi mano
que del sentir de mi hermano
SOY TOSCO CORREVEIDILE.

Me duele la dictadura
que ciega todo venero
de libertad y cultura
y abomino de tortura
POR MODESTO PREGONERO.

Reclamo la libertad
para Chile, compañero,
es poca mi autoridad
para pedir, en verdad,
MAS PIDO COMO TROVERO.

Y con cantos de esperanza
en el general desfile
de popular confianza
se ha de ver cómo se alcanza
LA LIBERTAD PARA CHILE.

Vamos a completar esta visión general sobre los temas y el uso de la estrofa en la comarca alpujarreña con las siguientes décimas. Las siguientes espinelas de corte narrativo y tema histórico pertenecen al Preámbulo del poema La generación silenciosa, que fue presentado con el lema “Alcántaro” al II CERTAMEN DE POESÍA “LA RAMBLA”, de La Aldeílla, en 1996.

Cuando vinimos al mundo
dominaba España entera
Miguel Primo de Rivera,
y aunque del Rey era el segundo,
su poder era rotundo
y el único responsable
sólo por virtud del sable.
Hacía y dictaba la ley,
siempre en el nombre del Rey
haciendo al país gobernable.

La monarquía ya madura
como en otoño el racimo,
quiso salvarla este Primo
imponiendo mano dura
mediante la dictadura;
pero el Rey acaba con él
y designa a Berenguel
que impone la “dictablanda”
y cuando el Rey cree que manda
nadie permanece fiel.

El monarca va al destierro
y en España, la República
proclama la opinión pública,
que saliendo de su encierro
pone voluntad de hierro
para exigir libertad
y una mayor igualdad;
pero no faltan violentos
que van quemando conventos
con total impunidad.

Las siguientes, bajo el título de Gozos al Santo Cristo de la Luz y sin especificar autoría, cierran el librito titulado Novena del Santo Cristo de la Luz, publicado en Dalías por el Colectivo Dalías Tercer Milenio en el año 2002:
No para aceptar el dolor,
nunca las carencias sufrir;
es en la Perfección vivir
la eterna voluntad de Dios.

Tu pura voluntad de Amor
siempre es mi inquebrantable unión
con todo hombre en un corazón
para que la paz venga aquí
y podamos todos decir:
¡Cúmplase en mí Tu Perfección!

1
Mi santo espejo es mi hermano:
Reconocer su perfección
me hace salir de la ilusión
de creer que hace algo en vano.

Si parece que yo ataco
a mi hermano, sólo altero
lo que Dios puso certero;
porque si veo conflicto
y a la paz yo me resisto,
corregirme es lo primero.

2
Acepto de Dios el Amor
porque quiero confiar en mí
y quiero, mi hermano, en ti
ese resplandor interior.

En nosotros tiene Su voz.
Parecemos separados
pero somos libertados
por la unidad de conciencia,
por la Perfecta Presencia
que Uno nos quiere expresados.

3
Mis pensamientos y acciones
a los hombres reconocen
con palabras que les gocen,
con apoyo y oraciones.

Ya veo las perfecciones
habitar en mis hermanos
y por eso van mis manos
siempre llenas de Luz santa,
¡ellos son Amor, la tanta
Luz que habitamos!

4
Sólo dicen los sentidos
lo contrario del corazón
y por eso es la razón
la justa cárcel para huidos.

Así, los cuerpos, temidos,
plenos de miedo nos duermen;
pero quiero un nuevo germen:
El propósito en mis venas
de tenerlas de Luz llenas
para cuerpos que no enfermen.

5
La radiante felicidad
se extiende juntas las manos,
protege y une hermanos
en ríos de seguridad.

Así nace la libertad:
De eterna benevolencia,
de una profunda conciencia
y paciencia infinita.
¡Es la humildad exquisita
que nos enseña Tu ciencia!

6
Si a mí mismo oculto mis errores
los elevo a ser siempre secreto
y no liberarme me receto
para yo convertirme en temores.

De mis iguales sólo temores
tendré, me creeré sin derecho
y me justificaré el hecho
de vengarme. ¡Pero es un escape,
una trampa, que dejo que me atrape,
de la muerte escondida en su lecho!

7
Tengo miedo a mirar dentro de mí
porque creo que en mí está el error
pero, si no miro porque el Amor
es mi terror verdadero, ¿aquí
qué pasa?, ¿qué ocurre dentro de mí?

Sólo son resistencias a la Unión,
a entregarme a la liberación
que deshace el miedo, que de Luz me da
un corazón de paz y santidad,
de pura libertad y de perdón.

8
Con igual ternura se nos llama
a permanecer todos unidos
para andar con Tu Luz los caminos
que nuestra angustia y dolor reclaman.


Mi deseo no es sólo caminar
sino reconocer los hermanos
para andar con certeza los pasos
que nos guían al Amor fraternal,
a comprender esa visión igual
que crea el Cielo entre nuestras manos.

9
Ante los demás hombres quiero estar
en Amor, como ante Ti estoy.
Deseo Tu paz, ahora, hoy;
así toda mi vida quiero estar.

Elijo en Tu reino mi voluntad
de que el Amor sea mi desvelo,
mi felicidad, y Tu Luz, celo,
para que mis planes, sin excepción,
sean los mismos que Dios creó
tanto en la tierra como en el Cielo.

En el año 2004 Ana María Rivera Alonso publicó la siguiente espinela en la revista PIERDO EL SENTÍO, de Cádiar:

Mi mayor placer
es el quererte con empeño,
no me importa que seas dueño
del amor de otra mujer.
Mi amor lo viste crecer
como planta en el vacío,
de esas cosas yo me río
mirando a las demás mujeres
que tontas son si te quieren
sabiendo que tú eres mío. (Rivera, 2004:3)


A partir de asistir al Taller de Poesía dirigido por Pepe Criado en Dalías, dentro de la programación ofrecida por el Casino de Dalías para celebrar su primer centenario, Inmaculada Márquez, de 13 años, escribió en agosto de 2005 su primera décima espinela, titulada Dalías:

El pueblo de Dalías,
pueblo almeriense
poblado por los dalienses,
pueblo lleno de alegría
donde he vivido mi vida.
Con su Cristo de la Luz
vemos el cielo azul,
es admirado por todos
y el paso de agosto
esperamos con inquietud.

De Dalías también es Sergio Gómez, que gusta de escribir en décimas, como las del siguiente poema titulado Al amor de mi vida:

A ella la conocí
en un día soleado.
En un banco sentado,
en el momento que la vi,
el placer que sentí
no cabía en mi corazón
y llenó de ilusión
los rincones de mi alma,
¡no sabría mantener la calma
si la viera en otra ocasión!

Y buscando esa ocasión
ya nunca la encontré
y llorando yo pensé
¿dónde fue toda la pasión
que despertó en mi corazón?,
¿dónde fue el deseo ardiente
que tenía yo al día siguiente?
En ese momento la encuentro,
como un valiente me acerco
y me convertí en su pretendiente.

Y al ser su pretendiente
con su preciosa mirada
mi alma se quedaba helada
y en tan sólo un instante
me convertí en su amante.
Mi corazón iba a explotar
y por eso nunca podré olvidar
el día que la conocí
y el momento en que la vi
porque conocí lo que es amar.

Desde el Barranco Oscuro (Cádiar) Manolo Valenzuela describe, también en el año 2005, el paisaje interior que habita en la siguiente décima:

Su mirada en la lejanía
dibujaba un horizonte
caprichoso como el monte
sin saber lo que venía.
Amaneció un buen día
y la lluvia que le moja
más el hombre se despoja
de toda su armadura
convirtiendo la natura
en elixir de fruta roja.

Miguel Milán Salazar, de Turón, escribió también en ese año la siguiente espinela, incluida en su novela El último derecho de pernada:

No sabré con quién las gasto,
tú no sabes con quién trovas,
tengo el arte por arrobas
para hacer tu trovo pasto.
Pues con mi mente me basto
para achicarte, canalla,
y darte dura batalla
sin cuartel en campo vasto
y hacer tu sino nefasto
porque mi trovo es metralla.



ORIGEN ORAL

La poesía popular alpujarreña es rica y compleja. A grandes rasgos podemos distinguir tres grupos, todos dentro de la oralidad: la canción tradicional, el trovo o poesía improvisada y el romance.

Entre las estrofas utilizadas en la poesía popular de La Alpujarra predominan la cuarteta y la quintilla, normalmente octosílabas. La décima espinela es una estrofa característica de los poetas populares y los trovadores y también lo es, aunque de raro uso, la guajira, una espinela irregular de doce versos.

CULTURA TRADICIONAL EN LA ALPUJARRA

Consciente de la complejidad de significado en la definición del término «cultura popular» me remito a las palabras de Néstor García Canclini, que, paralelamente a la estructura social, define a la cultura popular «como resultado de una apropiación desigual del capital cultural, la elaboración propia de las condiciones de vida y la interacción conflictiva con los sectores hegemónicos». (García Canclini, 1983: 12)

La amalgama de pueblos y de movimientos migratorios e inmigratorios que constituyen la historia de La Alpujarra dieron lugar a la creación de unas formas de expresión populares insertas tanto en los procesos históricos como en la propia funcionalidad de una sociedad campesina en un hábitat singular.

La cultura popular de La Alpujarra conserva múltiples referencias, no sólo de las culturas que han tenido presencia directa en la comarca sino también de las culturas dominantes en los distintos colectivos receptores de las constantes oleadas migratorias de los alpujarreños.

- La cultura andaluza musulmana, con presencia histórica hasta el siglo XVI la encontramos mezclada con canciones renacentistas cristianas (bailes de ánimas, rosario de la aurora, fiesta de los Doblones).

- Influencias cubanas, y latinoamericanas en general, (habaneras, rumbas) por las continuos viajes de ida y vuelta.

- Las emigraciones, sobre todo en el siglo XIX, a los países centroeuropeos (mazurcas, polkas, valses).

- Los cantes de origen gitano-andaluz y de trabajo (canto de muleros, arrieras, fandangos).

- La poesía oral (romances, coplas, poemas), la narrativa oral (cuentos, chistes, leyendas) y las escenificaciones (fiestas de moros y cristianos, pujas).


INTRODUCCION DE LA ESPINELA

Parece ser que con los hermanos Juan y Paco Fuentes, agricultores del Campo de Dalías, se inicia, a primeros del siglo XX, el uso en la poesía popular alpujarreña de dos estrofas, la espinela y la guajira, espinela irregular de doce versos octosílabos y rima 1,4,5/2,3/6,7/8,9,12/10,11. Curiosamente, los hermanos Fuentes llamaban guajira tanto a la espinela como a su variante de doce versos.

Hasta este momento tenemos pendiente de investigar en La Alpujarra cómo llegaron hasta nuestros poetas populares estas estrofas debido a que sobre los trovadores alpujarreños no existe documentación alguna (Criado, 1991. Ponce) .

Pero vamos a ver las posibles vías de introducción de la espinela en La Alpujarra:

. Por influencia de la literatura escrita.
. Por influencia cubana.
. Por influencia de los troveros de Cartagena-La Unión.

Es muy probable que el uso popular de la décima se potenciara en La Alpujarra a través de la enorme popularidad que consiguió esta estrofa en los cantes populares de los mineros de Cartagena-La Unión. Como afirma el investigador cartagenero Casimiro Bonmatí:

La guajira trovera es una agradable variante del conocido cante aflamencado de origen antillano. La guajira es un cante de ida y vuelta («guajiro» es el nombre de los campesinos cubanos) que, cuando nuestros «cantaores» fueron a aquellas tierras, adoptaron, a su manera, de los indígenas y luego trajeron a España, haciéndose muy popular por esta zona en el siglo pasado. (Bonmatí, 1988:44)

Tomemos como ejemplo del uso de la décima espinela a finales del siglo XIX en esta zona minera murciana las siguientes, escritas por el trovero José Castillo en 1898 con motivo de una manifestación de mineros:
Una manifestación
que más origen no tuvo
que pedir por donde anduvo
para el pobre protección.
¡Y han reducido a prisión,
a desgraciados sin cuento!.
Dadles libertad al momento,
compadeced la inocencia,
que nunca vuestra conciencia
invada el remordimiento!.

Los pobres desheredados
que el trabajo es su vivir,
¿cuándo van a resarcir
los gastos ocasionados?.
Llamarse desventurados
los que libertad desean,
ya que esta dicha posean
vertirán llanto sin tasa
cuando lleguen a su casa
y el cuadro del hambre vean.

Dice el niño: «!Pan, mamá!»
y la madre, entristecida,
contesta: «¡Hijo de mi vida!,
el pan se ha acabado ya».
«¿Por qué no lo trae papá?».
Pregunta el niño inocente,
y ya del dolor que siente
dice la madre llorosa:
«¡Toma!». «No tengo otra cosa»;
y le da un beso en la frente. (Castillo,1994:45)

Otra posibilidad es que los hermanos Fuentes fueran iniciados en el uso escrito de la espinela y de la guajira por el Tío Juan «el Pechinero». El «Tío Pechinero» fue un maestro que, posiblemente, entre 1900 y 1910, recorría los cortijos del Campo de Dalías a lomos de un burro dando clases a cambio de cama y comida.

Rodolfo Fuentes, hijo de Paco Fuentes, recuerda, oídos de su padre, cuatro versos del «Tío Pechinero», que bien podrían ser el inicio de una espinela:
¿El por qué la providencia
me castiga tan severo
que me tiene que no puedo
dar curso a mi inteligencia?

Ejemplo de las que pudieron ser las primeras espinelas populares de la cultura alpujarreña son las siguientes. En cierta ocasión la mujer de Juan Fuentes enfermó y él tenía que hacer todas las faenas de la casa, circunstancia que plasmó en versos:

Este tiempo traicionero
me ha enredado con su trama,
puso a mi mujer en cama
y a mí a hacer de cocinero.
A veces me desespero,
no sé encontrar los aliños,
trato al fuego sin cariño
porque se apaga la tea
y me hace la humarea
llorar lo mismo que a un niño.

Juan Fuentes dedicó las siguiente espinela a su mujer, en una ocasión que se encontraba enfermo:

Siento ser yo el primero
en buscar la desunión,
pero en las cosas de Dios
nadie interponga su fuero.
Es divino y caballero,
es amable y generoso,
es el Todopoderoso,
protege al que necesita.
Cuando El te lo permita
ven, que te espera tu esposo.

La tradición de la espinela escrita se mantuvo en el Campo de Dalías con un trovador, un familiar de los hermanos Fuentes llamado Rafael Fornieles Amat «el Panadero».

«El Panadero» mantuvo, en solitario, y alternándola con quintillas y glosas, el uso de la espinela durante bastantes años. Pero su verdadera aportación a la poesía popular fue que con su incansable labor de difusión de la décima preparó a la afición y a los trovadores para el momento que el uso de la espinela se generaliza en La Alpujarra.

Rafael escribió un largo poema titulado Décimas poéticas en feliz viaje sobre un viaje en coche desde Almería a Lérida del que las siguientes son las primeras:

Si puedo voy a intentar
un viaje describir
porque quisiera decir
que fue un viaje triunfal.
Siendo necesario hablar
tal como la ruta fue,
aún siendo para ofender,
no se debe estar callado;
si alguien saliera enfadado
que no se embarque otra vez.

En un coche mil quinientos
de matrícula Almería
seis fueron la compañía
que en él tomamos asiento.
Unidos y muy contentos
rumbo a Lérida salimos,
que en uno nos convertimos
para el bien o mal que llegue,
a pegar o que nos peguen
o en placeres confundirnos.

También en Las Norias, y como El Panadero, siguiendo la influencia de los hermanos Fuentes, José Maleno cultivó la poesía popular propia de la zona del Campo de Dalías incluyendo en su producción la característica décima espinela, como en el poema que sigue, titulado Ofensa y disculpa del dedal y la aguja:

¿Sabes que eres muy chulo
y que me estás enfadando,
porque estando trabajando
siempre me tocas el culo?

Te voy a tratar de mulo,
de imbécil y de alcornoque,
y al tanto, no te equivoques
porque estamos te diré...
si es que quieres, tócame,
pero al culo no me toques.

Mujer tú tienes razón,
no te diré que es mentira,
pero recobra tu ira
y concédeme el perdón.
Si yo te doy un empujón
lo hago pasando fatigas,
tú sigue siendo mi amiga
y no me tomes por loco,
que si yo el culo te toco
lo hago porque me obligan.

Para verte producir
es necesario tocarte
y ha de ser en esa parte
y además tirar de ti.
Porque si no tu rendir
nunca jamás se vería
y entonces sucedería,
cosa que no te conviene,
y es que el mérito que tiene
al momento perderías.

No he pensado ni un momento
en el favor que me hacías,
ahora quedo agradecida
y a ti te dejo contento.
Tu valor yo lo fomento,
lo aprecio y lo estimulo,
sígueme tocando el culo
con bastante frenesí
que si no lo haces así
mi trabajo será nulo.
(ASOCIACIÓN DE MUJERES… 2002:116)


En 1985 los trovadores José Martín Martín y Francisco Rodríguez Valverde publicaron el libro Poesía y trovos de La Alpujarra, donde incluyen, como poemas, y no como improvisaciones, once espinelas. De Francisco Rodríguez (Rambla de Huarea, 1917 – Granada, ...) son las siguientes:

A UNA MARÍA

Qué guapa eres María,
tu sonrisa me disloca
y por besarte tu boca
María mi vida daría.
Y aún estando en agonía
emprendamos dulce roce
introito de mutuo goce
colocándonos los dos
como agujas del reloj
a tiempo de dar las doce.


MARÍA NO SE CALLA

Las gracias te doy por
el piropo que me ofreces,
que la verdad descarneces
víctima de un grande error.
Impulsado por dolor
porque tu mal no remedia
tu triste ilusión se asedia.
Y de emprender algún roce
tu aguja en vez de las doce
imita a las seis y media. (Rodríguez, 1985:37)

Fue en 1985 cuando grabé los dos siguientes poemas a Epifanio Lupión, que él les titulaba décimas (Lectura 2, 986:279):

DÉCIMA RELIGIOSA

Creo que no me confundo,
la providencia es mu hermosa
y siento algo profundo
porque hay una mano misteriosa
que domina a todo el mundo.
Pero esa mano no lan visto
en la sierra ni en la playa
pero pusieron a Cristo
en los libros y en la pantalla
porque fue pobre y mu listo.


DÉCIMA A LA BOLA AZUL

Epifanio se orgullece
emocionado de alegría
porque se rejuvenece
operase en Almería,
porque la Bola Azul merece
el amor de Andalucía
si España la favorece
para entrar en categoría
y no como otras veces
que fue la más reducía.

Como muestra de otros ejemplos de la décima escrita de tradición oral tenemos las de Bartolomé Oliver Masegosa, de Chirivel:

De tus delicias y goce
a Dios ruego Chirivel
que no vuelvas a caer
en mano que te destroce
y los hilos de unión roce
de nuestra generación,
que no cambie de opinión
este honrado Ayuntamiento
y siga el público contento
¡viva su corporación!

También tiene un gran Hotel
y talleres de metal
una Iglesia parroquial
y junto al Retiro el cuartel
en verdad que el Chirivel
tiene mucho a su favor
para el estudio menor
escuela pa los chiquillos
y fábrica de barquillos
y de gas un surtidor.

Para la edificación
se pueden contar por miles
aprendices albañiles
y maestros de profesión
porque aquí la construcción
es numerosa la .lista
aunque no la tengo vista
en verdad que me ha chocado
que hayan dejado parado
este bar del pensionista. (Lectura 1, 1986:132)

A partir de 1986, los trovadores “Candiota” y Sevilla comenzaron a utilizar esta estrofa en sus textos escritos. De 1989 es la siguiente publicada por Sevilla:

Eres rincón de Almería
donde da el sol cuando sale,
eres la tierra que vale
por su climatología.
El producto que se cría
en el mundo es el mejor
gracias a nuestra labor
y por eso mi mensaje
a que sirva como homenaje
para todo agricultor. (López Sevilla, 1989)

Sevilla y “Candiota” se convirtieron en la puerta por la que la décima se reencontró con el trovo de Almería. Así lo reconoció el poeta y trovador Constantino Berenguer, que escribió la siguiente décima reconociendo su labor a Miguel “Candiota”:

Si me pides José Criado
que haga una espinela
tomaré como escuela
la que “Candiota” ha dado.
Aunque aún no he aprobado
la nota de sus lecciones
quiero desde mis renglones
mejorar algo la nota
y que vea Miguel “Candiota”
que sigo sus lecciones.

Casi todos los trovadores almerienses se iniciaron también en el uso escrito de la décima, como es el caso de Francisco Megías, que escribió las siguientes en 1991:

En este pregón quisiera
honrar a nuestros vecinos,
versos como torbellinos
al que viene desde fuera.
Porque la mayor espera
para todos los humanos
es tener fe y estar sanos,
no guardar ningún rencor
y todo será mejor
llevándonos como hermanos.

Mejorando la estructura
de nuestro barrio costero
nos visita el forastero
y la vida es limpia y pura.
Porque, ¿quién nos asegura
una vida de amistad,
la honradez y la verdad
de la vida cotidiana?
El futuro del mañana
es la honradez y verdad. (Megías, 1991)


EL USO DE LA GUAJIRA

En espinelas han escrito los poetas de habla castellana, hispano y americanos, desde el Siglo de Oro hasta nuestros días. Y bastantes, además de utilizar la espinela en su estructura clásica, han jugado con la estrofa aumentándole, quitándole o quebrándole los versos. Estas variantes sobre la espinela son las denominadas espinelas irregulares.

Una de las irregularidades, consolidada en la literatura castellana desde el mismo tiempo en que se fijó la espinela, es la estrofa de doce versos octosílabos y rima 1,4,5/2,3/6,7/8,9,12/10,11.

Esta estructura fue utilizada por Lope de Vega, Tirso de Molina (¿1584?-1648), Quevedo (1580-1645), Sor Juana Inés de la Cruz (1651-1695), el Duque de Rivas (1791-1865), Núñez de Arce (1834-1903). (Menéndez,1986:440)

Pero, ¿cómo llegó hasta los poetas orales de Almería esta espinela irregular?. Una vía puede ser la influencia de la literatura castellana. Otra posibilidad bien podía ser el intercambio cultural surgido del gran acercamiento humano entre el pueblo de Cuba y el español a través de la emigración y del obligado servicio militar en la isla hasta finales del siglo XIX, que pudo tener sus repercusiones en la cultura popular. (Díaz, 1977:39-Roca,1976:69)

Esta segunda vía de introducción de la guajira en La Alpujarra pudo tener dos orígenes:

1- Directamente desde Cuba.
2- Desde Cuba hasta las minas de Cartagena-La Unión y desde allí al Campo de Dalías y otras zonas almerienses, como el Levante (Grima, 1994:75).

Sobre el uso concreto de la guajira en La Alpujarra, la investigadora cubana María Teresa Linares me comentaba, primero en Canarias durante el simposio internacional La Décima Popular en la Tradición Hispánica (1992) y luego en Las Tunas (Cuba) durante el II Encuentro Festival Iberoamericano de la Décima (1993), que puede ser un caso de cambio de uso en la expresión de la décima cubana. Pudo ser que algún andaluz cantara en Cuba la espinela, allí llamada guajira, con la costumbre de repetir dos versos de los diez originales. Luego, al regresar a España, es posible que dejara de cantar y recitara o escribiera la estrofa, añadiendo un pareado a la espinela buscando los doce versos resultantes de cantarla.

En cualquier caso las noticias que tenemos sobre el uso de esta espinela irregular de doce versos en los poetas orales de La Alpujarra nos sitúa en los primeros años del siglo XX. Dos hermanos, Paco y Juan Fuentes, agricultores, y el Tío Pechinero, que vivían en el Campo de Dalías parecen ser los primeros poetas populares que utilizaron no sólo esta espinela irregular sino la espinela misma. (Criado, 1992a y 1992b)

Contamos con un documento excepcional sobre la guajira alpujarreña. Se trata del libro La inscripción de mi vida, del ya mencionado Juan Fuentes. Es un manuscrito, principalmente desarrollado en espinelas y guajiras, alrededor de 1950, donde el autor, ya en la vejez narra su vida con el acierto de incluir bastantes de sus producciones en la juventud. Así comienza:

Fue triste mi nacimiento,
al parecer desgraciado,
nací desperfeccionado
perdido el conocimiento.
Pero sólo unos momentos
tardé en volver a la vida
y una mujer entendida,
que ni siquiera le vi,
ropa tuvo que pedir
a la pobre de mi madre
para cubrirme las carnes
porque hasta en cueros nací.

Es de mi venida al mundo
que en versos voy a explicar
y que por mi tierna edad
no lo recuerdo un segundo.
Y si empiezo tan profundo
a explicar mis aventuras
es porque así lo aseguran
los que me dieron el ser
pues a poco de nacer,
cuentan una cosa seria,
estuve con la difteria
a punto de perecer. (Fuentes:1)

Fechado en 1913, Juan Fuentes, según una hoja mecanografiada por José Navarro de Las Norias el 19.9.1968, compuso un largo poema dedicado a un burro, que sus dueños querían matar nada más nacido pues esperaban un mulo. Juan se interpuso a tal actitud con sus versos, que podemos leer en su libro inédito:

Pues entonces publiqué
un caso bien lamentable,
la muerte que habían de darle
a un pollino y lo salvé.
El día que me enteré
de la sinrazón azaña
en mi cuerpo a las entrañas
el espacio les faltaba
porque solo le acusaban
de que a este mundo vino
arrebatando el destino
a un muleto que esperaban.

¿Pero qué culpa tenía
aquél infeliz jumento
para darle tal tormento
si su madre lo paría?.
¿Y cómo él se oponía
a vivir en este mundo
si en un ladero profundo
fuertemente le empujaban?
Y cuando en el mundo estaba
acabado de nacer
sin tiempo para ofender,
¿por qué sus dueños le odiaban? (Fuentes,11)

De Paco Fuentes, aunque parece ser que fue bastante prolífico escribiendo poemas, apenas se conserva documentación. Uno de sus hijos refiere que tras la guerra que desencadenó en España el golpe de estado militar en 1936 fue encarcelado y tras su salida de la cárcel quemó un baúl lleno de sus escritos, temiendo a posibles represalias fascistas.

Precisamente estando en prisión Paco Fuentes le escribió una carta a su hermano Juan contándole de su vida en la cárcel:

¿Qué se llama entendimiento
que todos lo desconocen?
Los que entendimiento gocen
¿dónde tienen su aposento?
Yo por mi parte protesto
de este ideal permanente,
queda en recurso pendiente
y dispuesto a censurar,
que en diciendo de tomar
y meterse en el bolsillo
ricos, pobres, necios, pillos,
todos pensamos igual.

Aunque lo estoy convencido
que el llorar no me aprovecha,
como nadie me despecha
de las penas en que vivo
lloro a mis hijos queridos,
a mi mujer y demás,
la familia en general
y a mis amistades todas.
La libertad me acomoda,
no la tengo, es un quebranto
y lo pago con el llanto
y el llanto me desahoga. (Fuentes:25)

Cuando Paco Fuentes salió de la cárcel comentaban sus conocidos que estando entre rejas había perdido la razón, según hoja mecanografiada facilitada por José Maleno de Las Norias. A esto Paco dedicó la siguiente guajira:

Es cierto que la prisión
me ha trastornado el cerebro
pero aún con eso conservo
la gracia que Dios me dio.
Pues si conmigo nació
y en mi persona reside
imposible es que me olvide
y cuando algo me acontece
en todo me favorece
con su pericia y valía
y no le da la categoría
a quién no se la merece.

Otro de los comentarios que circulaban por la vida de Paco Fuentes es el de muchas personas que preferían los versos de su hermano Juan y decían que sabía más. A esto Paco escribió:

Si él sabe más yo sé menos
y huelga la discusión
pero no es una razón,
desconociendo el terreno,
llamarle malo ni bueno
puesto que verdad se ignora.
¿Quién es el que nos valora
en ciencia o capacidad
sin entrar en catedral,
sin asistir a academia,
si el que no sabe nos premia,
el premio a quién se lo da?

A finales del siglo pasado también se designa guajira a la décima espinela en la zona oriental de la provincia de Almería. Esto, tal vez, pueda tener alguna relación de origen con la introducción de la espinela y la guajira en La Alpujarra, pues «los testimonios que hemos recogido en Turre nos muestran que las guajiras llegaron hasta nuestro pueblo procedentes de Cuba» (Grima,1994:75). Veamos el siguiente ejemplo de guajira en Turre:
Bajó el pintor del Oriente
a retratar tu persona
y a ponerte una corona
del oro más reluciente,
por ver tu brillante frente
y tus ojos vida mía,
tu fuiste la idolatría
contigo no hay quien se iguale,
eres el sol cuando sale
al amanecer el día. (Grima,1994:77)

Curiosamente la guajira de Turre puede oscilar entre los 8 y 12 versos. Veamos un ejemplo de 12 versos, hacia 1900:

Es la Fuente mi penar
y la Plaza mi vivir,
y la esquinica de Cruz
un recreo para mí.
Desde allí veo venir
los hombres de la taberna,
veo la casa y la tienda
de Juanico «el de la Roca»,
veo las muchachas locas
que van en busca de novio,
porque la que no lo tiene
se la llevan los demonios. (Grima,1994:78)

También en la cercana provincia de Málaga existe una tradición oral en el uso de la décima. El investigador Juan Benítez publicó las siguientes guajiras de Antequera:

Yo quisiera ser la luz,
de la reciente mañana;
para entrar por tu ventana,
y ver tu rostro andaluz.
Yo quisiera ser la cruz,
que adorna tu cabecera,
y ser la brisa ligera,
que tu aliento perfumó,
yo quisiera ¡qué sé yo!,
qué sé yo, lo que quisiera.

Yo tengo celos, si mira,
de cuanto tus ojos ven;
y tengo celos, también,
del aire que tú respiras;
pienso, si estás pensando;
lloro, si llorosa estás;
y en eso comprenderás,
vida, lo que es amor.
No te quiero, cual me quieres,
que te quiero mucho más. (Benítez, 2000:140)

En la poesía oral alpujarreña renació la guajira alrededor de 1985, cuando “Candiota” comienzó a utilizarla improvisada y escrita. Como ejemplo de guajira improvisada de “Candiota” sirva la siguiente dicha el 26 de abril de 1986 en Santo Domingo (El Ejido):

Soy como aquel nacimiento
que brota en la serranía,
nadie me vio todavía
carecer de pensamiento.
Soy rápido como el viento
cuando algo estoy imaginando,
los versos me van brotando
igual que el agua en el río,
tanto en mi mente confío
que al tiempo de improvisar
nadie me puede quitar
mi grado de poderío. (Criado, 1993: 63)

Como posterior ejemplo, y curioso, en el uso de la guajira alpujarreña contamos con la siguiente, escrita en la tarjeta de invitación a la boda de Natalia Padilla y Alexis Díaz-Pimienta:

En Adra ya se comenta
que habrá una boda sencilla
entre Natalia Padilla
y Alexis Díaz-Pimienta.
Habrá –ya se darán cuenta-
en esta boda entre amigos,
cómplices y no testigos,
un concejal y no un cura
se promete y no se jura),
vino, mojitos y amor.
¡No falte usted, por favor!
la diversión es segura.

El poeta Francisco López Archilla también utiliza la guajira en sus textos. En su primer libro, titulado Verdades versificadas, escribió la siguiente dentro del poema Un retozo en el peñón:

Al tener capacidad
yo me encuentro desbordado,
yo diría anonadado,
soy pleno en felicidad.
Estoy con mi Trinidad
que yo la llamo Trinilla,
es algo peseterilla
pero en el fondo se entrega,
siempre en su Paco delega,
¡para mí es un tesoro
y con mi alma la adoro
y en eso nadie me gana! (López, 2003:114)

En su libro El sendero de los no elegidos Francisco López Archilla escribió gran parte del capítulo Baldomero en guajiras. Así comienza:

Cuando me llega sosiego
y tengo tranquilidad,
¡qué grata serenidad
y a los recuerdos me entrego!
Sólo en mi mente delego
que me transporta al pasado,
aquello que me ha gustado,
también lo que me ha afligido
cosas que me han conmovido,
dudas que tuve al crecer
por no saber comprender
que por ello he padecido.

Recordar lo más hermoso
siempre es más confortable,
resulta más agradable,
se impone lo doloroso.
El pensar no es generoso,
es quien siempre nos domina,
quien implanta disciplina
y nos lleva donde él quiere,
recuerda lo que él prefiere,
hace uso de su apaño,
no le importa hacernos daño,
le da lo mismo si hiere.

No existe medio ni apaño
para poder doblegarlo
y a nuestra manera usarlo,
quien se lo crea es de engaño.
Es tan frío y tan huraño,
por nadie es sometido,
es soberbio y atrevido,
siempre funciona a su antojo
sin importarle el enojo
en el que a veces nos mete,
sin clemencia nos somete
con intolerante arrojo. (López, 2004:196)

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