jueves, 11 de octubre de 2007

2002 Pepe Criado CONTROVERSIAS DE TROVO: PEÑA TROVERA AÑORANZA

En: PELEGRINA MINGORANCE, Emilio.: LA LUZ DE MI VENERO.
Ayuntamiento de Roquetas de Mar (Almería), 2002.














En la vida tenemos la oportunidad de participar en experiencias extraordinarias. A veces ocurren y estamos tan inmersos en la vivencia que simplemente quedamos satisfechos por ella.

Pero cuando las rememoramos, pasado algún tiempo, algunas de esas experiencias se tornan excepcionales, no porque las mitifiquemos sino porque realmente así lo fueron.

Y este es el caso de los trovos transcritos a continuación. Emilio reunió a los trovadores en su bar, la Cafetería Brenan en El Parador, a puerta cerrada, en una noche dedicada expresamente a improvisar para incluir un capítulo de trovo en este libro.

Vivir aquella noche, la ilusión puesta por todos los trovadores y los pocos invitados, fue una de esas oportunidades maravillosas que desde el primer momento sabemos excepcionales.

La voluntad de todos los que estábamos allí apuntaba a dar lo mejor de nosotros mismos como entrega a los literarios deseos de nuestro amigo Emilio. Y se respiraba en el ambiente. Una armonía enriquecedora sobrepasaba las naturales diferencias entre unos y otros, las humanas y banales rencillas con las que presumimos diferenciarnos las personas.

También es verdad que aquella cohesión tenía un motivo primordial: Todos los trovadores pertenecían a la Peña Trovera Añoranza.

Está aún por analizar la historia de la Peña Trovera Añoranza, y su influencia en el desarrollo del trovo actual. Desde luego, esta asociación de músicos y trovadores de todo el Poniente almeriense ha sido el acontecimiento más importante ocurrido en nuestro trovo durante la década de 1990.

La Peña aglutinó a todos los trovadores que estaban fuera del circuito comercial, aunque desde el principio estuvo abierta a los trovadores de renombre, los buscados para las actuaciones públicas. Estos no quisieron participar en ella porque la consideraron poca cosa, unas reuniones de simples aficionados para perder el tiempo.

Pero fue una suerte para el trovo de Almería que en la Peña no estuvieran las figuras porque esto hizo que la única pretensión de ese grupo de aficionados al trovo fuese cultivar el trovo mismo, sin las presiones de buscar dinero, de público o de organizadores de espectáculos.

La Peña Trovera Añoranza, por el contrario, siempre fue una reunión de amigos con el interés común de fomentar el arte del trovo. Los constantes encuentros en Aguadulce, El Parador, La Mojonera, El Ejido, y sobre todo en Santa María del Águila que fue donde se instaló la sede, hicieron que cada uno de los participantes adquiriera la madurez necesaria para consolidar un estilo propio en el amplio espectro artístico del trovo en el Poniente almeriense.

Evidentemente, esto ocurrió con las naturales limitaciones individuales. Pero la acción colectiva pulió errores y acrecentó la personalidad poética de sus integrantes. Fue el catalizador necesario para el crecimiento de cada músico y trovero en su arte y, por añadidura, para el fomento, la expansión y la riqueza del trovo en general.

Todos estos aspectos son evidentes en las controversias que siguen. Cada uno de lo trovadores tiene un estilo propio, un peculiar enfoque, un lenguaje distinto.

Pero también es visible una cohesión, esa armonía general que aglutina todos los diferentes caracteres individuales para conformar un cuerpo poético colectivo por el anhelo a la poesía oral tradicional y por la autenticidad creadora.

Así pues, la publicación de los siguientes trovos tienen la importancia añadida de ser la primera vez que un libro se difunden los logros, virtudes y desaciertos de unos hombres ocupados en fomentar el arte del trovo popular.



Desde la base del pueblo llano, desde la inocencia del saber tradicional y desde la inquebrantable voluntad por mantener las propias señas de identidad, nos llega este regalo de versos como un delicado y, a la vez, altivo homenaje a la singular altura humana que quienes le tratamos sabemos en Emilio Pelegrina.

Estos versos improvisados salen de los abiertos corazones de sus compañeros de la Peña Trovera Añoranza para florecer en el corazón universal que late en el pecho de Emilio.

Y son una muestra de calor humano.

Una ofrenda de palabra viva dispuesta al apoyo y la convivencia.

Un misterio que vivifica.

En honor de Emilio Pelegrina y, por añadidura, de todas las personas empeñadas en el progreso de la humanidad a través de la cultura, la justicia social y de la paz.

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