viernes, 12 de octubre de 2007

2007 Pepe Criado NOTAS SOBRE LA NARRATIVA EN DÉCIMA A PROPÓSITO DEL POETA FRANCISCO LÓPEZ ARCHILLA

En: LÓPEZ ARCHILLA, Francisco.: EL SECRETO DEL MOLINO.
Ayuntamiento de Vícar (Almería), 2007.















































































































































En general las obras literarias se catalogan por géneros, según su contenido, bien lírico o bien épico. El género lírico expresa lo subjetivo del autor y el género épico narra sucesos.

Tradicionalmente se ha utilizado la narrativa tanto en prosa como en verso. Todas las estrofas poéticas posibles han sido empleadas para componer poemas épicos, romances, etc.

Pero hay una estrofa en la poesía castellana que frecuentemente se emplea en la lírica pero también, y desde hace siglos, se utiliza para narrar sucesos o acontecimientos: Es la décima.

Pancho Camacho relaciona la narración poética con la memorización de los relatos, más fácil de conseguir en verso que en prosa pues rima y métrica se convierten en claves nemotécnicas.

En los últimos doscientos años se han publicado en España diversos textos narrativos escritos en décimas. En los ejemplos que doy de estas publicaciones se ha utilizado como base un texto ya existente en prosa para reconstruirlo en la estrofa de diez versos.

Tal es el caso de las siguientes referencias:

. LOZANO, Francisco Xavier
Recuerdos de las eternas verdades confirmados con la Sagrada Escritura y expuestos en décimas castellanas para conservarlos más fácilmente en la memoria.
Valencia, 1800.

. COPLAS NUEVAS GLOSADAS EN DÉCIMAS para cantar los aficionados. Palma. Imprenta J.Colomar. (Mitad s. XIX)

. PEÑA HINOJOSA, Baltasar.
La Constitución rimada para ayuda de olvidadizos y socorro de desmemoriados.
Málaga, 1980.

. CALVO CASAL, José Luis.
La LODE en décimas espinelas.
Málaga, 1986.


Y da la sensación de que este trasvase del texto narrado al texto poético en décima llega desde la tradición oral iberoamericana, donde la narrativa decimística relevó al romance de sus funciones.

El uso de la décima es un elemento común y aglutinador en la mayoría de los países de habla castellana y he seleccionado del corpus general decimístico los siguientes ejemplos de décima narrativa escrita proveniente de la tradición oral para realizar estas Notas, en las que podemos observar el uso mayoritario de la espinela y también variantes a la espinela y otros tipos de décima.

Ya en Canarias

la décima popular ha desplazado al romance en la narración de acontecimientos modernos locales o foráneos. (TRAPERO, 1990:205)


Y como ocurre en el caso de Maximiano Trapero otros hispanistas han comprendido la importancia de la décima en la poesía oral hispana a base de encontrar una y otra vez que su uso está vigente:

Yo mismo me he sentido muchas veces contrariado en mis tareas recopiladoras cuando lo que buscaba era romances y lo que encontraba era sólo décimas, como si éstas estorbaran la presencia de aquellos, o peor, como si las décimas hubieran inundado el terreno que antes habían ocupado los romances. (TRAPERO, 1994:20)


Manuel J. Lorenzo opina que los primitivos poetas populares canarios tenían a los romances y las loas como formas de expresión y que luego por influencia de la emigración a Cuba los poetas usaron en sus composiciones las décimas en el punto cubano:

Los puntos cubanos se interpretan generalmente durante las fiestas, tanto locales como familiares, enunciado aplicado a los más amplios, las “retajilas”. Estas son las más genuinas composiciones y constituyen auténticos relatos históricos, cubriendo el cometido que anteriormente tuvieron los romances como medio de información. (LORENZO, 1989:44)


El decimista Miguel Rocha (n. 1953) así lo demuestra en su libro El trágico incendio de La Gomera, donde narra en 40 décimas el incendio sufrido por dicha isla en el verano de 1984.

Las siguientes son las dos primeras:


Pienso que a todos los hombres
honestos y razonables
los hechos irreparables
es obvio que nos asombre.
Cuando tragedias sin nombre
asolan nuestra región
toda aquella población
que nos afecta en exceso
sentimos que un duro peso
nos oprime el corazón.

Yo no quiero llevar pena
al seno de ningún pecho
analizando unos hechos
con repulsiva condena.
Cuanto pausada y serena
más no resulta la vida
cuando se ve interrumpida
por algo que la perturba,
hacemos frente a la curva
con el alma dolorida. (ROCHA, 1986:11)


Al igual que son otro claro ejemplo de la tradición demística narrativa canaria las décimas de Miguel Betancor (1900-1996), quien con las siguientes comienza su poema El Castillo Frías, compuesto en 10 décimas:


Si me prestan atención
voy a contar una historia
aunque es corta mi memoria
y pobre mi inspiración.
Aunque es abusar de un don
que yo nunca he pretendido
porque poeta no he sido,
nunca he hecho poesía
pero hoy el Castillo Frías
mi alma me ha conmovido.

El viento empieza a soplar
desatando la tormenta,
buen lector téngame en cuenta
nos hallamos en el mar.
Y hay que saber contemplar
el furor que dentro encierra,
brama de un modo que aterra,
con riscos, montes se encara,
parece que se quejara
de que le estrecha la tierra. (BETANCOR, 2003:28)


En Cuba, según Virgilio López Lemus, la tradición narrativa de la décima ya estaba reflejada en la obra de José Nápoles Fajardo “El Cucalambé” (1829-1859?), autor del poema El guateque que comienza:


Ven acá, Rufina mía,
Prenda de mi corazón,
Que esta noche hay diversión,
Algazara y alegría.
Cese la melancolía
Que esta noche es de gozar;
Tenga término el pesar,
No haya disgusto ni pena,
Que ya el tiplecillo suena
Y nos convida a bailar.

La gente con buena idea
A este sitio se encamina,
Porque el baile la domina
Y divertirse desea.
Mi corazón se recrea
Viendo tanta animación,
Y siento tal emoción
En esta noche galana,
Que bendigo esta cubana
Y campestre diversión. (EL CUCALAMBÉ, 1948:106)


Aunque, claro está que Chanito Isidrón (1903-1987) marcó un antes y un después cuando en 1938 publicó su novela en 123 décimas conocida por Camilo y Estrella, pero que tituló Amores montaraces, que comienza así:

Un campo maravilloso
lindo sol que reverbera
sublime brisa campera
cielo azul y suelo hermoso.
Un valle verde y gracioso,
una montaña intrincada,
una límpida cañada
y una espléndida vivienda
toda esta es la gran hacienda
de don Patricio Moncada.

Tiene el viejo don Patricio
una posición que encanta,
lugar donde se levanta
un señorial edificio.
Enemigo del bullicio
huyó de la sociedad
y en aquella soledad
cómodamente albergado
cuidadaza de su ganado
y de su gran propiedad. (HERNÁNDEZ)


Más recientemente Alexis Díaz Pimienta (n. 1966) publicó en 2005 una versión escrita en poemas del Quijote que comienza con las siguientes décimas:


En un lugar de La Mancha
de cuyo nombre no quiero
acordarme, un caballero
de alto porte y mente ancha,
de los de pleito y revancha,
de los de arenga y motín,
de adarga antigua, rocín
flaco y galgo corredor,
con lanza de gladiador
y estampa de paladín,

no ha mucho tiempo vivía,
entre duelos y quebrantos,
sin más tesoros ni encantos
que su verbo y su hidalguía.
Una olla vieja tenía
de más vaca que carnero,
viernes de frías lentejas,
sábado de broncas viejas,
palomino dominguero. (DÍAZ PIMIENTA, 2005:13)


En Venezuela, al igual que en Chile y Argentina, es tradicional el uso de las décimas a lo divino, como ocurre con el tema De los signos del día del Juicio Final procedente desde el siglo XIII de Gonzalo de Berceo. (SUBERO, 1991:76)

Ramón y Rivera, en una tradición de narrativa en décima de tema histórico, señala el episodio de Ulises con el cíclope en la cueva del Etna, cantado por el margariteño Julián Guevara en 1941:

Melrod descendió furioso
llevando consigo un báculo,
y sólo tenía po´ostáculo
un incesto pernicioso.
Polifemo pesaroso
y abrumado por la crisi(s)
contra esos infelices
el filósofo Platón,
así mismo escribió:
“me lo contó Ulise(s)”. (RAMÓN Y RIVERA, 1992:81)

En la Isla de Margarita José Joaquín Salazar Franco, conocido popularmente por Cheguaco, publicó en 1988 la biografía en 50 décimas titulada El general Santiago Mariño en décimas populares, que comienza:

Nace Mariño en El Valle
dicho de “La Margarita”,
la historia así lo acredita
sin que mi mente me falle.
Éstos, más otros detalles
el niño debe saber
como el hombre y la mujer
amantes de nuestra historia
que tuvo fulgor de gloria
con el gran acontecer.

Fue de julio un veinticinco
del año mil setecientos
ochenta y ocho, en su asiento
se nos muestra con ahínco
y a estas versiones me afinco
en este bicentenario
del prócer extraordinario
que Margarita legó
y al cual Bolívar tildó
de Oficial extraordinario. (SALAZAR, 1988:12)

En esa isla de Margarita en épocas pasadas

se acostumbraba mucho a componer “argumentos” o hacer “composiciones” para llevarlos a los llamados “Velorios de Canto”. Algunos los vocalizaban los propios autores o se valían de personas que tuvieran “buena garganta” para que lo hicieran ellos. Fueron famosas las “composiciones” a Genoveva de Bravante, al Mártir del Gólgota, al Hijo del Trueno, al Hijo Huérfano, al General Arismendi, al Ciclón del 33, etc. (SALAZAR, 1988:11)


En el Río de la Plata Abel Zabala opina que la décima asumió el rol del romance dada la capacidad del gaucho para contar historias en verso.

Esteban Echevarría (1805-1851) publicó en 1837 La cautiva, un relato escrito en diversas estrofas, entre ellas décimas como las que lo inician:

Era la tarde, y la hora
en que el sol la cresta dora
de los Andes. El Desierto
inconmensurable, abierto,
y misterioso a sus pies
se extiende; triste el semblante,
solitario y taciturno
como el mar, cuando un instante
el crepúsculo nocturno
pone rienda a su altivez.

Gira en vano, reconcentra
su inmensidad y no encuentra
la vista, en su vivo anhelo,
do fijar su fugaz vuelo
como el pájaro en el mar.
Doquier campos y heredades
del ave y bruto guaridas,
doquier cielo y soledades
de Dios sólo conocidas
que Él sólo puede sondar.


Hilario Ascasubi (1807-1875) publicó en 1846 Paulino Lucero o Los gauchos del Río de La Plata cantando y combatiendo contra los tiranos de la República Argentina y oriental del Uruguay, donde incluye 18 décimas de Jerónimo Galigniana que cuentan cómo se perdió la batalla de Cagancha. Le siguen otras 18 compuestas por Hilario Ascasubi con el mismo tema.

En 1851 publicó Santos Vega o Los mellizos de la flor: rasgos dramáticos de la vida del gaucho en las campañas y praderas de la República Argentina (1778-1808) mayoritariamente escrito en décimas, al que pertenecen las siguientes:

Luego, después de ensillar,
al chifle, lo que montaron,
otro beso le pegaron,
y salieron a la par,
y, después de caminar
cinco leguas de un tirón,
cruzaron un cañadón,
y por último llegaron
a un rancho, donde se apiaron,
cerca de San Borombón.

Aunque la facha tristona
era el rancho, en la ramada
con cuero estaba colgada
media res de vaquillona,
porque la Juana Petrona
era algo regaloncita,
y desde esa mañanita
esperaba a su marido,
que con el recién venido
cayeron de tardecita.


Estanislao del Campo (1834-1880) publicó en 1857 Carta de Anastasio el Pollo sobre el Beneficio de la Sra. La Grua, que narra en 23 décimas la primera vez que entró a un teatro. Así comienza:
Si me quieren emprestar caballeros su atinción, velay con satisfaición me arremangaré a puntiar, porque pretiendo contar un caso que me ha pasao a causa de haber dentrao antinoche al caserón que es el Treato de Carlón asigún me han indilgao.
En ancas de churrasquiar, antiyer al mediodía, me largué a la Polecía ande me jui a presentar por si me querían dar, como otras veces me han dao, un como certificao de marcación o boleto, que me encargó ño Anacleto a fines del mes pasao.
En 1866 publicó Fausto, donde cuenta las Impresiones del gaucho Anastasio el pollo en la representación de esta ópera. El libro está escrito en 21 décimas y 267 cuartetas.


Rafael Obligado (1851-1920 publicó en 1885 Santos Vega: (Tradiciones argentinas), que comienza:

Cuando la tarde se inclina
sollozando al occidente,
corre una sombra doliente
sobre la pampa argentina.
Y cuando el sol ilumina
con luz brillante y serena
del ancho campo la escena,
la melancólica sombra
huye besando su alfombra
con el afán de la pena.

Cuentan los criollos del suelo
que, en tibia noche de luna,
en solitaria laguna
para la sombra su vuelo;
que allí se ensancha, y un velo
va sobre el agua formando,
mientras se goza escuchando
por singular beneficio,
el incesante bullicio
que hacen las olas rodando.

En 1915 José Alonso y Trelles (1857-1924), el admirado poeta de Gardel conocido por El viejo Pancho, reunió sus versos en un volumen que tituló Paja brava, en el que está incluida esta décima:

Sí, Chiruza, entuavía vivo
sepultao aquí en mi choza
con la tristeza rabiosa
del ñacuruntú cautivo.
No me preguntés si altivo
sigo retando al dolor,
vos sabés que ingrato amor
abrió en mi pecho una herida
por donde va con la vida
escapándose el valor. (BARRIOS, 1983:192)


Tanto Zabala como Wilson Saliwonczyk coinciden en destacar como relevantes ejemplos de la narrativa decimística en Argentina y Uruguay el libro Diez años sobre el recao, de Wenceslao Varela, publicado en 1978 y compuesto por 1.049 décimas, y el relato Vida y muerte del Yuyei y su tutor, de Héctor Umpiérrez, compuesto de 336 décimas y publicado en 1988.


En Chile los poetas populares denominados roto y huaso casi nunca compusieron romances y la forma métrica que utilizaron fue la décima, subordinada a una cuarteta inicial.

Uno de ellos fue Bernardino Guajardo (1812?-1886) que en su canto Mi herencia parece haber utilizado una cuarteta de origen hispánico:

Cuando salí de mi casa
dos cosas no más sentía:
la callana en que tostaba
y la piedra en que molía.

Cuando mi padre testó
estaban en gran abundancia,
ricas prendas de importancia
por herencia me dejó.
Lo mejor que me tocó
fue una cuchara, una taza,
un cacho, una calabaza,
una horqueta y un rebenque.
Todo esto quedó al palenque
cuando salí de mi casa. (DE PAULA, 1986:132)

En este país tuvo mucha difusión la literatura de cordel con la denominación de lira popular. Hubo poetas que imprimían pliegos sueltos para venderlos.

Generalmente los poetas narraban en estos pliegos tanto hechos nacionales o internacionales como sucesos locales. Diego Muñoz publicó Brito, poeta popular nortino, sobre las composiciones de Abraham Jesús Brito, que incluye una sección dedicada a narrar sucesos de la Segunda Guerra Mundial. El tiempo de mayor auge de esta prensa popular se dio aproximadamente entre los años de 1860 y 1920.

Usualmente glosaban una cuarteta en décimas. Las siguientes estrofas son las primeras del poema El capitán que asesinó a los dos marineros, de Pepa Aravena:

Un capitan altanero
a dos marinos mató
del modo más criminal
el gran crimen cometió.

Voi a contar como fue
el suceso que menciono
sin haber ningún encono
efectuó el hecho diré
los motivos lector sé
como aquí yo lo refiero
un astuto marinero
con otros dos se robaron
una pipa, i los pillaron
un capitan altanero.

Siempre los dos con empeños
la pipa hacían rodar
i así pudieron burlar
al capitan muy ruiseños
favoreciendo a los dueños
un largo rato pasó
porque nada consiguió
trató disparar un tiro
i en menos de un suspiro
a dos marinos mató.

En 1942 se publicó el libro Una campaña gloriosa que contiene un relato en 42 décimas referido a la llegada de Juan Antonio Ríos a la presidencia del país.

El relato, firmado por Alcadir, comienza:

Fue el año cuarenta y uno,
mes de noviembre al final,
que un buque presidencial,
zarpara en tiempo oportuno,
llevando en él de consuno,
hombres rectos, principales,
sin miedo a los temporales
ni a las artes del demonio:
almirante: JUAN ANTONIO,
capitán Raúl Morales. (UNA CAMPAÑA…, 1942:64)


Nacida en 1919 Águeda Zamorano Castañeda publicó en 1999 una recopilación de sus composiciones publicadas en la Lira Popular de los diarios Democracia y El Siglo en la primera mitad de la década de 1950.

Son cuartetas glosadas en décimas con otra décima final como despedida, como en sus poemas La madre obrera, Miseria y riqueza, La casa de los mil sustos, Sucedió una madrugada o Tragedia en “Bella Esperanza”, que comienza:

Nuevamente una tragedia
agrega a mi situación
la total imprevisión
con que nada se remedia.

Aún no estaba repuesta
del susto del temporal
cuando mi sino fatal
de nuevo llamó a mi puerta;
¡Ay Señor! ¿Qué vida es esta
que tan sólo el mal me asedia?
Si parece una comedia
de las que dan por serial
empieza y termina igual:
nuevamente una tragedia.

Me encontraba resignada
en medio de la pobreza
que me esperaba en la pieza
hecha de tabla embarrada;
me dormía esperanzada
repitiendo el corazón
el nombre ‘e la población
que, piadosa, me albergaba,
mas lo que yo no esperaba
agrega a mi situación. (ZAMORANO, 1999:22)


Imprescindible en Chile es señalar la tradición narrativa en las décimas a lo divino, que tiene un exponente en Emiliano Bravo Contreras, autor del siguiente poema:

LA VECINA DE ALLI AL FRENTE
DICEN QUE LO TIENE FRÍO,
ALLÉGATE CONTRA EL MÍO
PARA QUE SE TE CALIENTE.

Mucho padeció mi Dios
cómo no padecería
enclavado noche y día
hasta que en la cruz murió.
Los siete cielos formó
con su dolor permanente,
ese gran omnipotente
formó la luna y el día,
comarca de que es María
LA VECINA DE ALLÍ AL FRENTE.

El día del prendimiento
cuando enclavaron a Cristo
con setecientos ministros
en un madero sangriento
ahí pasó sus tormentos,
lo pasó muy atingido
con el corazón herido
el divino redentor
y el rostro e nuestro Señor
DICEN QUE LO TIENE FRÍO.

Luego que el Señor murió
un apóstol fue avisar
con su anhelo y su pesar,
la Virgen se desmayó
de ver que su hijo cayó
en manos de los judíos;
aquí vengo arrepentido
dijo San Pedro a San Juan
y dijo San Sebastián
ALLÉGATE CONTRA EL MÍO.

Cuando al Señor lo enclavaron
lo coronaron de espina,
rompió su sangre divina,
hasta las piedras lloraron.
Tres clavos le remacharon
con un dolor permanente,
con la sangre floreciente
de aquel divino Señor
busque otro paño mejor
PARA QUE SE TE CALIENTE.

Por fin dos ángeles fueron
en pasión muy dolorosa
de aquella sangre preciosa
con cuidado recogieron.
Juan y Magdalena vieron
aquel madero afrentoso,
María en llanto amoroso
llora con angustia y calma
sangre preciosa de su alma
un cáliz muy misterioso. (BRAVO, 1990:14)


César Huapaya expone que Domingo Pontigo trabajó una reseña histórica y geográfica de su país titulada El paraíso de América. También comenta el caso de Nelson Álvarez, conocido como “El Canela” que “prestó su pluma” al dirigente sindical Manuel Bustos para escribir su biografía en décimas con el título Avatares. Vida de un dirigente sindical.

Roberto Parra Sandoval escribió dos historias personales en décimas. Una fue Décimas de la negra Esther (100 estrofas) y la otra La Carmela güena gente o la flor María de la calle Aurora (166 estrofas).

Lázaro Salgado publicó su autobiografía en 143 décimas. la tituló A la pinta y comienza:

En mil nobecientos dos
es la fe de mi bautismo
que sería un cataclismo
dijeron en alta voz.
Yo por eso creo en Dios
que me a dado la virtud
ser payador con salud,
músico cantor de nota,
escribo una pura gota
lo que fue mi juventud.

En mil nobeciento sey
tenía como cuatro años,
cantaba mil desengaños,
niño me creía un rey.
En mis memorias lo vei
que sigue más adelante
como el cariño constante
de mis seres queridos
que no están en el olvido
en mi cerebro brillante. (SALGADO, 1987:9)


Eduardo Parra Sandoval publicó dos libros de tema autobiográfico en décimas: Mi hermana Violeta Parra (302 estrofas) y Eduardo “Lalo” Parra (356 estrofas).

En 1968 nació Moisés Chaparro Ibarra y publicó algunas de sus décimas en 2004, entre las que destacan por su corte narrativo Los orígenes, Por las calles de Codegua, Descripción de un paraíso: ”La buitrera”, Señor Robles y Yo soy de un lugar del sur, que comienza así:

Soy hijo de campesinos
crecí en el campo y el cerro,
no sé de ritualidades,
nunca conocí el encierro.

Si no te gusta mi acento
o si me río muy fuerte,
disculpa, no tuve suerte
y nací con este viento.
Es que soy igual que el tiento
sobado por los caminos,
soy quizás como los vinos
que el paladar desechó,
qué le voy a hacer si yo
soy hijo de campesinos.

O si mi garganta suena
con dejos de brusquedad,
es por cantar la amistad
a todo campo y sin pena.
Fue por no tener cadena
en la montaña de hierro,
discúlpame si cencerro
se te figura mi voz,
qué le voy a hacer si yo
crecí en el campo y el cerro. (CHAPARRO, 2005:21)


En Ecuador la poesía popular de Esmeralda mantiene una función narrativa y las décimas

desempeñan también la función que tienen para nosotros los medios de información. (HIDALGO, 1990:98)


Comunican las historias del pasado y los hechos del presente, a la vez que instruyen, censuran, entretienen o divierten a los oyentes, pero siempre contando con el hecho de que la obra literaria es la recreación

de una visión del mundo, pero esa obra no nace casual ni espontáneamente sino que es creada por un grupo humano sometido a la red de relaciones sociales que determinan su cosmovisión. (HIDALGO, 1990:22)

El esmeraldeño Julio Micolta Cuero publicó en 2006 diversos poemas narrativos en décimas, como El pueblo venezolano a Chávez le dio la mano, escrito en 7 estrofas, y que comienza:

Sucedió que en Venezuela
la tierra de don Simón
se hizo vital la expresión
del progresismo que vuela.
En la conciencia una estela
con claridad meridiana
rayó tan bolivariana
en la suprema entereza
reafirmada en grandeza
de la actitud soberana.

Un Coronel diferente:
virtuoso y esclarecido
a su pueblo ha decidido
conducirlo a otra corriente.
Conectando con la gente
que forma la mayoría
enfrenta a la oligarquía
sin amarres truculentos
buscando los nuevos vientos
con actos de valentía. (REGATO/MICOLTA, 2006:20)


El poeta José Regato, de Quito, define así el uso popular de la décima:

Esta décima es clasista,
sale a luchar a la calle,
allí radica el detalle,
su postura principista.
La lucha antiimperialista,
de dignidad nacional
y de progreso social,
por la paz y la armonía
inspiran a la poesía
con su porte universal!

La décima es castellana,
es la alegría, la tristeza,
es el pan sobre la mesa
y es el sol de la mañana.
Así, por sencilla y llana
la acaricia el campesino
a manera de amorfito,
de contrapunto o de copla,
y no perdona una copa
de aguardiente mi vecino!

En rimas canta al amor,
como tesoro preciado…
al otro ser bienamado
le ofrece el verso y la flor.
Y le pone más candor
que la rosa perfumada,
y que la luna plateada,
y que el agua cantarina,
porque la magia divina
es la gente enamorada!

En Colombia Lolita Acosta aporta la obra de Luís Gregorio Maestre Acosta, que vivió entre los siglos XIX y XX, y escribió algunas décimas de cabecilla, como La guerra, una historia que inventó sobre una supuesta lucha entre los pueblos de Atánquez y Patillal por la comida, y La vida mejor ganada, sobre la vida del sacerdote de Patillal, su pueblo:

La vida mejor ganada
en el mundo es la del cura
no trabaja ni se apura
y la suma es duplicada.

Cuando se ofrece una fiesta
viene el doctor a gastar,
el cura viene a ganar
y ni el pasaje le cuesta;
sale del templo y se acuesta
ya con la tarea empezada:
a las seis misa cantada
y en la tarde procesión
y así lleva el gran campeón
la vida mejor ganada.

Donde se halla un sacerdote
no faltará un matrimonio,
casa al diablo y al demonio
y en todo gana, el padrote;
las mujeres van al trote
por llevarle sus criaturas
y gana hasta por la postura
de un agua en la mollera
la vida más placentera
en el mundo es la del cura.

Él no va por no gastar
a parrandas ni a galleras;
corre donde alguno muera
porque allí sí va a ganar.
Lleva al muerto hasta el altar
y después a la sepultura
cantando de contentura
porque es un negocio cierto
y en robarle al pobre muerto
ni trabaja ni se apura.

Pasados algunos días
cuando recibe el dinero
es un hombre caballero
con las Hijas de María
y les dice: “hijitas mías
vosotras estáis confesadas;
cuidaréis a la Inmaculada
y la tendréis por vuestra madre...”.
Ya con esto trabaja el padre
y la suma es duplicada.


También Lolita refiere la obra Historia de Colombia narrada en verso a los niños, escrita en 401 décimas, de Raimundo Rivas (1889-1946), que se inicia con las siguientes estrofas:

Reinaba Isabel Primera
-noble dama sin mancilla-
en los campos de Castilla
y al par en España entera;
Fernando su esposo era
Soberano de Aragón,
y a los dos en su misión
que le atrajo eterna gloria,
tras de larga trayectoria
“Nuevo Mundo dio Colón”.

A la India creyó errado
descubrir el Almirante
y en busca del Sol
Levante hizo otros viajes osado;
después de haber explorado
con sus naves y piraguas
de las Antillas las aguas
recorrió una costa inmensa
y obtuvo por recompensa
el Ducado de Veraguas.


En México Pancho Camacho menciona las investigaciones de Vicente T. Mendoza relativas al rol que desarrolló la décima como medio de información durante la primera mitad del siglo XIX.

Eleazar Velázquez describe la función del trovador, del improvisador, en la tradición del huapango arribeño y la poesía decimal campesina:

Es el personaje central de la tradición, recupera en décimas lo trivial, lo maravilloso, lo trágico y lo festivo del devenir social.

Es el cronista de su propia existencia y de la existencia de otros, es histrión y profeta, líder de opinión. (VELÁZQUEZ, 1988:16)


Uno de estos trovadores, comunicadores sociales, es Francisco Berrones Castillo, nacido en 1898, que compuso en una cuarteta y 8 décimas el poema Calaveras a los briagos de Cerritos, que comienza:

Ya se murió don Andrés,
falleció el día de finados;
están muy apesarados
los clientes de la embriaguez.

Murió en casa de Justino,
se veló en casa de Arcadio,
la noticia la dio el radio,
que murió lleno de vino.
Don Amadeo fue el padrino
que le puso la corona.
Como es buena persona
y el finado era su cliente,
le echó un litro de aguardiente
porque durmiera “la mona”.

Dicen que una borrachera
fue la causa de su mal,
que un litro de mezcal
se llevó de cabecera,
que iban en busca de Cabrera
para llevarle la ofrenda
y como allá no hay quien venda,
él llevaba prevención
para echarse un vacilón
y una parranda tremenda. (BERRONES, 1988:148)


El trovador Guillermo Velázquez Benavides, nacido en 1948, presentó en el año 1992 en México, con motivo del V Centenario de la conquista europea en América, un espectáculo que denominó Fiestas y Quebrantos.

Allí cantó la siguiente composición de cinco décimas y cuarteta inicial:

NO SÓLO HAY PRUEBAS DE LA BRAVURA
CON QUE PELEARON LOS CHICHIMECOS
EN ESTOS CERROS, PIEDRAS Y HUECOS,
HAY MUCHOS RASTROS DE SU CULTURA.

Historiadores que han estudiado
los avatares de la conquista
hablan de un modo que hasta contrista
cuando los indios han retratado.
Dicen del “meco” que era un malvado,
bárbaro, inculto, cabeza dura
pero eso es fruto de la amargura,
de la impotencia y de lo incapaz
¡al no poder vencer jamás!

Los españoles a los aztecas
fácil los fueron esclavizando
y a medio siglo de estar guerreando
seguían altivos los chichimecas;
cuando la plata de Zacatecas
prendió el pábilo de la locura
por real decreto o por aventura
las ambiciones buscaron ruta
y ese fue el germen de la disputa.
(VELÁZQUEZ, 1992:38)


En 1948 nació el también trovador Elías Chessani, que dentro de la tradición de la Valona, al igual que Guillermo Velázquez, también escribió un poema para la celebración del V Centenario:

América despierta de aquella ingenuidad
después de cinco siglos celebra su conquista
y hoy brota entre las patrias la sed de ser realista
y uniendo las conciencias reclaman libertad.

Quinientos años de luchas sostenidas
de penas y quebrantos por los conquistadores,
gobiernos, pesadumbres, mil penas y dolores,
dominios del más grande que agravan las heridas
indígenas cual presos aún mascando bridas
inmersos al atraso como a perpetuidad
aún viven aferrados con esa identidad,
defienden lo que es suyo, su sangre y su cultura,
ante un imperialismo voraz, de mano dura,
América despierta de aquella ingenuidad.

No todo es mestizaje, también queda pureza
de razas que se apartan en contra de lo nuevo
y aún ante este avance la pájara y su huevo
soportan la inclemencia de un cosmos que se espesa,
aún se ve algún niño que gime y también reza
y un inocente bueno que evoca dignidad,
también la flor exige su aroma y castidad
ante un embate enorme de un giro de progreso,
después de mucho tiempo de estar hasta el pescuezo
América despierta de aquella ingenuidad.
(CHESSANI, 1999:72)

Desde 1996 Pancho Camacho ha publicado numerosas décimas con función narrativa, como El Simposio, El Fantasma de Coayoacán, Pachuca, Endó, El Chuchumbé o El Santanazo.

Las dos siguientes son el comienzo de su poema en 22 décimas El Centro Nocturno:

Cuando acabamos el turno,
ahí me gritan los cuates:
¡vámonos para el Saturno
a chupar unas Tecates!
que lo del centro nocturno
queremos que nos relates.
Y aunque no falta el chismoso
en la bola de cencoates
para mí siempre es un gozo
cotorrearles mis embates.

Amigos, ¿qué les diré?:
A un antro de mala muerte
mis pasos encaminé,
y una sacudida fuerte
yo bien sentí cuando entré,
los lindos ojos miré
de una joven que, ¡ay mi suerte!,
al verme que se sonroja
dejándome casi inerte,
temblando como una hoja.


En Perú César Huapaya presenta en su libro Perú: Canto a lo divino. Décimas religiosas una espectacular recopilación decimística en la que abundan los aspectos narrativos, como ocurre con Mateo Chuecas y Espinosa (1788-1868) al que pertenece el poema Qué se hicieron de Sansón, que consiste en una cuarteta glosada en décimas:

En esta vida prestada
que es de la ciencia la llave,
quien sabe salvarse, sabe,
y el que no, no sabe nada.

¿Qué se hicieron de Sansón
las fuerzas que en sí mantuvo,
y la belleza que tuvo
aquel soberbio Absalón?
¿La ciencia de Salomón
no es de todos alabada?
¿Dónde está depositada?
¿Qué se hizo? ¡Ya no parece!
Luego nada permanece
en esta vida prestada.

De Aristóteles la ciencia,
del gran Platón el saber,
¿qué es lo que han venido a ser?
¡Pura apariencia! ¡Apariencia!
Sólo en Dios hay suficiencia;
sólo Dios todo lo sabe;
nadie en el mundo se alabe
ignorante de su fin.
Así lo dice San Agustín
que es de la ciencia la llave.


Edelmira Lizarzaburu (1915-1991) escribió el poema Cirugía plástica, en 6 décimas, que comienza:

Era tan linda María,
con su carita ovalada
y su nariz respingada,
¡qué gracia que tenía!
Y su amiga le decía:
“Estás muy fuera de moda,
debes arreglarte… toda;
mi amorcito el cirujano
que tiene tan regia mano,
puede hacerte buena poda.

Así podrás atrapar
cuanto antes a tu Pitucho,
porque él te querrá mucho,
pero casorio… ¡ni hablar!
No le dejes escapar,
ya no eres tan jovencita,
y como no eres tan bonita,
por eso está retrechero”.
El golpe fue tan certero,
que aceptó, la pobrecita. (HUAPAYA, 2000:13)


Javier Arturo Valera de la Cuadra (n. 1923) publicó los libros Décimas, que incluye la narrativa El duelo, donde dos varones se disputan una dama, y El desconocido, que cuenta su encuentro con otro poeta en un bar donde realizan un contrapunto. De Blanca Nava López, nacida en 1925, es el poema Señor que me diste todo, que tiene la misma estructura que el anterior y que comienza así:

Señor que me diste todo
Señor que estás en el Cielo
Señor que colmas mi anhelo
Tú que consuelas mi lloro.

Señor, Dios de las alturas,
rey y dueño de la tierra,
a tu amor mi fe se aferra
Señor que el mal lo conjuras.
Desata mis ataduras
y levántame del lodo,
mi corazón a tu modo
logrará hacer maravillas
y ponerme de rodillas
Señor que me distes todo.

Y tanto me confundí
en el pasar de la vida
permite que te bendiga
tengo que decirlo aquí.
Tantas tristezas sufrí
pero me diste consuelo,
tú descorriste mi velo
calmando mi padecer,
ahora tengo en quien creer
Señor que estás en el Cielo.


Juan Antonio Urcariegui García (n. 1928) publicó los libros en décimas Torturas de la Santa Inquisición y Décimas de buena madera. Breve historia de España.

Entre la numerosa obra de César Huapaya Amado (n.1950) hay publicadas décimas narrativas como en los poemas siguientes (HUAPAYA, 1992) Pachamama, tierra mía, Revisemos bien la Historia, Veintiocho de julio fue. También publicó los poemas Cantos danzas de mi tierra, El Perú en departamentos, Algunos ríos peruanos y Las frutas de mi país (HUAPAYA, 1994).

En 2006 publicó, entre otros, los poemas Caballero de los mares, Científico y gran peruano, A Lima en su aniversario y Nuestra décima peruana, que comienza así:

Nuestra décima peruana
brilla en clase y tradición,
escuchen con atención
buena lista que engalana.

Nuestro pueblo en su pasado
tuvo canto y poesía
haravicus de porfía
amautas de don preciado.
Lo que estaba cimentado
se inyectó con habla hispana
también con sangre africana
y el asiático sabor,
tiene un mestizo candor
nuestra décima peruana.

Primero Fray Del Castillo
después Gabriel Aguilar
el Padre Chuecas, Melgar
con El Tunante y su brillo.
Sánchez, Mora, Jaramillo
Hijinio Quintana un don
Pedro Delgado es botón
Niño, Villanueva o Boza,
Baldés, Román y Mendoza
brilla en clase y tradición. (HUAPAYA, 2006:25)


En Estados Unidos tenemos un ejemplo del cultivo de la décima en castellano por Philip Pasmanick, (n. 1953) de California. La siguiente narración la tituló DeciMancha y la compuso como ejercicio docente:

Una niñita al jugar
causó una tremenda mancha,
larga pero no muy ancha
y de forma irregular.
Y en su plan de castigar
su mamá le dijo así:
‘Calcularás para mí
el área de este manchón
con sólo regla y cordón
o no puedes ver tiví’.

La niña tomó el cordón
y matemáticamente
trazó cuidadosamente
por el borde del borrón.
Lo cortó a su dimensión
y un rectángulo formó,
con su regla lo midió
y multiplicó su altura
por la cifra de la anchura
y así el área calculó.

Ella dijo a la señora
de que el área en cuestión
era la misma extensión
de aquella mancha ofensora.
Y la niña dijo ‘Ahora
eso tienes que aceptar.
Tú tendrás que demostrar
dónde yo me he equivocado
porque si no, yo he triunfado
otra vez en nuestro hogar.’



La décima narrativa en Murcia y Almería



El uso oral de la décima se extendió por las provincias de Almería y Murcia a partir de la segunda mitad del siglo XIX procedente de Cuba.

En Almería se le llamó guajira en las dos zonas en que se desarrolló: La zona de levante, en Turre, Mojácar, Garrucha y Cantoria (GRIMA, 1994:76) y en la zona de poniente, en Las Norias (El Ejido) (CRIADO, 1999).

En ambas zonas la décima se utilizó como poesía oral, bien a través de guajiras aprendidas o con las compuestas por los propios poetas del lugar. Con la diferencia de que en el levante almeriense se cantaba y en el poniente se recitaba.

En Murcia la décima se introdujo en el trovo y se improvisó cantada por guajira flamenca (BONMATÍ, 1992), además de ser utilizada como otra estrofa más por los poetas orales.

Desde un primer momento la décima tuvo un claro carácter narrativo tanto en Murcia como en Almería.


En Murcia

El trovero José Castillo (1872-1958), minero en la zona de Cartagena-La Unión, escribió en décimas narrativas algunos poemas, como La cárcel, de 9 estrofas, ¡Pechina! Pueblo natal, 11 estrofas, “El Pitorro”, 8 estrofas, o el siguiente, de 1898, ribió en 14 espinelas la vida en la cárcel de Cartagena:

¡La libertad! Flor querida
que el Sol de la vida dora;
que solamente se llora
cuando se tiene perdida.
En los mares de la vida,
puerto que el náufrago anhela,
lenitivo es que consuela
los males del corazón;
¡Angel de consolación,
por quien el ser se desvela!

Ni el ruiseñor que ha buscado
en vano por la pradera
su perdida compañera,
ya su dolor agotado.
Ni el amante infortunado
que al ser que amaba perdió,
ni el cautivo que imploró
en vano su libertad,
ni el nauta en la tempestad
tienen más pena que yo. (DÍAZ, 1977:129)

En 1927 murió toreando en Cartagena el torero de la ciudad Enrique Cano “Gavira”, a cuya memoria compuso el trovero José María Marín (1865-1936) un poema de 6 décimas:

Pobre Gavira, el destino
fue contigo harto cruel,
gozó, sembrando a granel,
espinas en tu camino;
morir fue tu negro sino
por el toro “Saltador”,
que mató a su matador,
y así, que morir debía,
el hombre que le rendía
tan grande culto al valor.

Con ánimo grande y fuerte,
Enrique, luchar supiste,
pero en el mundo tuviste
de espaldas siempre la suerte;
desafiando a la muerte
con decisión y bravura,
vives pobre y sin ventura
cuando ser feliz mereces,
apurando hasta las heces
el cáliz de la amargura. (SERRANO, 1980:220)

El trovero Manuel García Tortosa “El Minero”, que vivió entre el siglo XIX y el XX , compuso poemas narrativos en décimas como La inocencia ofendida, 7 estrofas, Campaña contra la guerra de Melilla, 6 estrofas, Mi calendario, 18 estrofas, La protesta, 32 estrofas, o La laboriosidad de la hormiga, en 5 estrofas, al que corresponden en su principio las siguientes décimas:

Estoy cansado de oír
que tantas veces se diga
que el ejemplo de la hormiga
debiera el hombre seguir.
No es que voy a discutir
si es o no aplicado
ese insecto aprovechado,
pero quiero demostrar
de que su ejemplo al tomar
estaba el mundo arreglado.

¿Qué la hormiga es hacendosa?
Discutirlo es cosa vana,
nadie a trabajar le gana
ni le gana a codiciosa;
y también tiene otra cosa
que no se puede negar,
el gustarle acaparar
lleno el granero tener
y la vemos recoger
más no la vemos sembrar. (MOUZO, 1996:177)


En 1973 David Castejón Fernández (1892- ¿), trovero llamado el patriarca del trovo, publicó varias noticias en décimas en un libro sobre su vida y sus poemas, como Saludo al director y empleados del Banco Mercantil en el día de su inauguración, 7 estrofas, Décimas a don Adrián Prisuelos Robles en su homenaje de despedida de Santomera el día 4 de agosto de 1972, 7 estrofas, o Inauguración en Elda del Banco Exterior de España, en 4 estrofas, poemas que comienza:

Llegó la inauguración
del Banco Exterior de España
donde el lucimiento baña
al artista Castejón.
El que pone el corazón
del empiezo al acabado
solo cumplir ha pensado
sin temor a trabajar
procurando de quedar
como el hombre más honrado.

Yo, su padre emocionado
de esta limpia maravilla
hago esta trova sencilla
pensando ser perdonado.
Ya que el momento ha llegado
que se cumplió esta promesa
soy quien de pensar no cesa
de obsequiar buscando honores
para los trabajadores
de nuestra pequeña empresa. (SERRANO, 1976:204)


En 1976 la trovera Loli “De los Parises” publicó un poema en 6 décimas en el que describió a su pueblo, Águilas, que comienza:

Escúchame pueblo amigo
Águilas cuna del arte
que a tantos artistas cunaste
escucha lo que te digo
que mi corazón mendigo
quiere hacerte un homenaje
contemplando el oleaje
de este mar embravecido
por nosotros tan querido
fructífero y susurrante.

Eres reina de los mares
y el pescador te requiebra
y su garganta se quiebra
cantando por soleares
y su canto airoso sale
extendiéndose en la tierra
y se conmueven las piedras
y te piropean a pares
porque todo el mundo sabe
que subes como la hiedra. (MARTÍNEZ, 1976:31)


En 1984 el trovero José Montoya “El Repuntín” (1928-2000) publicó sus poemas en décimas narrativas Mi pueblo es orgullo mío, 8 estrofas, Mi tierra, mi huerta, 7 estrofas, y A nuestros mayores, 8 estrofas (LUENGO, 1984). En 1997 publicó una descripción de los pueblos de la Comunidad Autónoma de Murcia en 135 décimas y 2 romances que tituló Murcia verso a verso. Las tres siguientes espinelas son las que dedicó a San Pedro del Pinatar:

San Pedro del Pinatar,
bellísima caracola
que se mece en una ola
a la orilla del mar.
Cuando se para a mirar
el sol tus playas divinas,
tanta envidia le originas
que, como un pájaro chico,
quiere llevarse en su pico
la nieve de tus salinas.

Dios te ha dado el Mar Menor
y un manto lleno de estrellas,
para sentirte entre ellas
con más hermoso fulgor.
Te ha dado todo el valor
que la luz puede crear,
¡ay! si Emilio Cautelar
volviera a tu Costa Cálida,
le servirían de reválida
los barros que hay en tu mar.

El alma de tus pinares
y el sueño de tu molino,
es un paisaje divino
engarzado entre dos mares.
Tus románticos lugares
hacen de ti un talismán,
bello como un tulipán
y, en el Mojón y la Llana,
el sol sus rayos desgrana
bañándose en Lo Pagán. (TRAVEL, 1997:87)


José María Gil publicó algunos decimarios, poemas en 10 décimas que el primer verso de la primera es el mismo que el segundo de la segunda, al tercero de la tercera y así sucesivamente, en 1987 (JOSÉ MARÍA, 1987) y difundió otros de su autoría mecanografiados, como El riesgo circulatorio, 10 estrofas, Por no dar un tropezón, 10 estrofas, y En las barras de los bares, 11 estrofas, que comienza:


EN LAS BARRAS DE LOS BARES
se bebe, se fuma y parla
en amena y larga charla
de todos los avatares.
Mezclando los calamares,
cerveza, vermut y vino
con lo humano y lo divino,
se pasan lentas las horas
del tiempo devoradoras
sin avanzar un camino.

En oratoria barata,
EN LAS BARRAS DE LOS BARES
oradores singulares
te sueltan la perorata.
Pues demostrarte se trata,
aunque razón no se lleve,
que el que hablando mucho bebe
poco acierta y mucho yerra,
hable de paz o de guerra
cuando a decirlo se atreve.


Fernando Zaplana Hernández (n. 1939) publicó en 1993 los poemas Fue de Agosto el veintitrés, 5 décimas, A mi tierra Cartagena, 8 décimas, Mi pueblo, 9 décimas, Eres la perla más fina, 9 décimas y 4 quintillas, y Por su buena voluntad en 6 décimas y que es la crónica de la inauguración de una plaza que comienza:

Le saludamos, señor
cuya vida Dios le guarde,
hoy, muy querido alcalde
La Aljorra le rinde honor.
Con cariño y con fervor
y con lealtad decidida
y por su ayuda ofrecida
sentimos satisfacción,
y de todo corazón
le damos la bienvenida.

Admiramos sus valores
que anulan el retroceso,
pues con su sabio proceso
convierte espinas en flores.
A pequeños o mayores
trata con sinceridad,
vemos su capacidad
por éxitos cosechados
y nos honra ser guiados
por tan digna autoridad. (LUENGO, 1993:134)


En 2004 Diego Ortega “El Molinero” (n. 1980) contestó en el foro El Palacio de mis Versos a una pregunta hecha por Philip Pasmanick en una décima que terminaba: Y me podrán contestar/ Si la décima espinela/ se utilizaba en tu escuela/ de una manera escolar:

Fue durante la primaria,
querido amigo rumbero,
en donde vio ‘El Molinero’
la quintilla legendaria.
Aunque siendo extraordinaria
con vetusta construcción,
no vi en mi instrucción
nunca estrofas de Espinel
ni el valor del dintel
de la repentización.

Aunque debo comentarte
que en eso se ha mejorado
puesto que aquí ha entrado
en las escuelas el arte.
La región, de parte a parte,
recorren las piernas nuestras
y las décimas maestras
se explican sin privilegios
realizando en los colegios
cerca de cuarenta muestras.

En Almería

ZONA DE LEVANTE

En Turre María “La Guapa” (1895-1980) cantaba las guajiras con brillantez y compuso la siguiente:

El veintiocho de mayo
¡qué presente lo tendré!
el día que te operaste
y yo en la posá quedé.
¡Ay! que noche tan amarga
que en aquel suelo pasé,
pensando en ti Juan Agüero
que en el hospital te ves,
tan malico como estás
y yo sin poderte ver. (GRIMA, 1994:77)


De Mojácar cantó Francisca Serrano la siguiente guajira:

Abajo a la fuente por ver
a las muchachas lavar
y los trapos golpear
en las piedras con tanta fe,
que es todo mi placer
verle las pantorrillas,
otra cosa más sencilla
poder hablar con ellas
que creo que están doncellas
y tienen rota la crima. (GRIMA, 1994:76)



ZONA DE PONIENTE

Las primeras décimas que conocemos escritas en Almería desde la tradición oral, por los hermanos Juan y Paco Fuentes (1894-1948), en los primeros años del siglo XX, ya cuentan con un carácter narrativo característico.

Los hermanos Fuentes, poetas de Las Norias (El Ejido), narraban los sucesos especiales de sus vidas o los de su comunidad en dos estrofas a las que denominaban guajiras, la décima espinela y la décima espinela irregular de doce versos.

Ejemplo de las que pudieron ser las primeras espinelas populares de la cultura alpujarreña son las siguientes. En cierta ocasión la mujer de Juan Fuentes enfermó y él tenía que hacer todas las faenas de la casa, circunstancia que plasmó en versos:

Este tiempo traicionero
me ha enredado con su trama,
puso a mi mujer en cama
y a mí a hacer de cocinero.
A veces me desespero,
no sé encontrar los aliños,
trato al fuego sin cariño
porque se apaga la tea
y me hace la humarea
llorar lo mismo que a un niño.

Juan Fuentes dedicó las siguiente espinela a su mujer, en una ocasión que se encontraba enfermo:


Siento ser yo el primero
en buscar la desunión,
pero en las cosas de Dios
nadie interponga su fuero.
Es divino y caballero,
es amable y generoso,
es el Todopoderoso,
protege al que necesita.
Cuando El te lo permita
ven, que te espera tu esposo.

La tradición de la décima escrita se mantuvo en el Campo de Dalías con un trovador, un familiar de los hermanos Fuentes llamado Rafael Fornieles Amat «el Panadero» (1915-1981).

«El Panadero» mantuvo, en solitario, y alternándola con quintillas y glosas, el uso de la espinela durante bastantes años. Escribió un largo poema titulado Décimas poéticas en feliz viaje sobre un viaje en coche desde Almería a Lérida del que las siguientes son las primeras:

Si puedo voy a intentar
un viaje describir
porque quisiera decir
que fue un viaje triunfal.
Siendo necesario hablar
tal como la ruta fue,
aún siendo para ofender,
no se debe estar callado;
si alguien saliera enfadado
que no se embarque otra vez.

En un coche mil quinientos
de matrícula Almería
seis fueron la compañía
que en él tomamos asiento.
Unidos y muy contentos
rumbo a Lérida salimos,
que en uno nos convertimos
para el bien o mal que llegue,
a pegar o que nos peguen
o en placeres confundirnos.


Francisco Rodríguez Valverde (n. 1917) publicó en 1985 su poema Al primer Apolo que subió a la luna, glosando en décimas una cuarteta, que comienza:

A rusos y americanos
Dios no le dará el perdón,
tiran, no ven sus hermanos
muriendo de inanición.

Yo no encuentro las razones
para que la ciencia alabe
del Apolo sus acciones
si lo que allí ven se sabe,
hace de años millones.
Y si a conciencia tocamos
cada cual a sus antojos,
todos los seres cristianos
no miran con buenos ojos
a rusos y americanos.

Provocan de odio la guerra
de nervios que es por fortuna
al no ser de valle y sierra.
¿A qué conquistar la Luna
sin administrar la Tierra?
Por lo que creo en razón
y en mi cristiana experiencia,
que a esa mala condición
de unos sabios sin conciencia,
Dios no le dará el perdón.
(RODRÍGUEZ, 1985:19)


El trovador Miguel García “Candiota” (n. 1936) usa la décima al escribir sus poemas, como en el que titula Lo que no puedo olvidar contando su experiencia al visitar Cuba en los primeros años de la década de 1990, que comienza con estas dos estrofas:

Cuba, al pisar tu suelo,
me dio temblor de alegría
porque en tu suelo veía
eso que llamamos cielo.
La pasta de un caramelo,
es tu trovo popular
y en los pulmones del mar
que se aprieta sobre ti,
eres Cuba para mi
lo que no puedo olvidar.

Tus líricos trovadores,
de evolutivo talento,
han cuajado el firmamento,
de ramilletes de flores.
Por eso los ruiseñores,
con trinos de poesía,
al amanecer el día,
se enredan entre la palma,
porque tienes en tu alma,
la vida de Andalucía.

Tomás Iborra (n. 1938) publicó en 2005 su poema José Castillo en el que narra cómo conoció a ese trovero cuando era niño:

Como comida no había
y el hambre nos afectaba
yo con mi padre viajaba
a llevar chumbos a Almería.
Un día tras otro día,
cuarenta años o más,
cuando yo era un chaval,
o mejor dicho un chiquillo,
un día vi yo a Castillo
en la Posá de la Mar.

Mientras los chumbos vendía
a peseta el esportillo,
“Ese hombre es José Castillo”
alguien a mi padre le decía.
La gente iba y venía
y yo me quedé mirando,
aunque no estaban trovando
recuerdo como chiquillo
a un hombre con tanto brillo
con otros hombres hablando. (IBORRA, 2005:25)


Emilio Peregrina dedica su poema A la muerte de un trovero, en 8 décimas, a uno de sus compañeros en la poesía, Antonio Fernández “El de las joyas”, y empieza así:

“El de las joyas” ha muerto,
ya le llegó la hora,
el mundo del trovo llora
por el que fuera maestro
del humor del arte nuestro,
que repartiendo alegría,
con su popular poesía,
su nombre dejó sembrao
hasta el momento llegao
y hoy le tocó su día.

Cuando un trovero fallece
muere un hombre soñador,
se oye en la tierra un clamor
popular que resplandece.
Al tiempo que se entristece
quien por el mundo camina,
su semilla aquí germina
en los hombres de conciencia
y recogiendo su herencia
su existencia no termina. (PELEGRINA, 2002:113)


Manuel Manrique (n. 1942) recomienda en su poema de 12 décimas ¿Por qué correr tanto? precaución a la hora de conducir un automóvil:

No corras más de la cuenta
aunque fuese necesario,
tú cumple tu itinerario
sin poner tu vida en venta.
No hagas la ruta violenta
ni abuses de tus reflejos,
piensa en los buenos consejos
que aunque parezca reacio
circulando más despacio
se puede llegar más lejos.

El mundo de las carreras
nunca trajo nada bueno,
hay que adaptarse al terreno
respetando las aceras.
O buscar otras maneras
que ocasionen más ventaja
pensando que el que viaja
a mucha velocidad
no tendrá felicidad
cuando encuentre la mortaja.


Constantino Berenguer (n. 1948) es un prolífico narrador en décimas que ha escrito, entre otros textos, Décimas del festival benéfico a Alfonso Salmerón Cano dado en El Parador, El Parador de Roquetas a los cubanos acoge y Ronda y su serranía.

Las siguientes estrofas componen el prólogo a su poema Coplas a la vida y muerte del gran trovero que fue José Castillo, escrito en 12 sonetos, 29 quintillas y 65 décimas:

De tu existir gran trovero
yo tenía conocimiento
y desde mi nacimiento
conocerte tanto quiero.
Mi sueño no lo espero
por más versos que trillo
por no ser nada sencillo
porque cuando me despierto
veo que tú estás muerto
desde hace tiempo, Castillo.

Al tener entre mis manos
de tu vida su tal libro
con todos sus versos vibro
al no encontrarlos vanos.
Yo con mis versos urbanos,
desde un punto de partida,
lanzo en versos tu vida
para todo el paisano
y todo aquel murciano
que tu trovo no olvida.


















La narrativa decimística de Francisco López Archilla



A Paco, como familiarmente se le conoce, le llegó la pasión por la poesía oral porque nació inmerso en ella, en el trovo, en las canciones, tanto en el ambiente social como en el familiar.

Además de trovador, improvisador poético, Paco escribe poemas. En 2003 publicó su primer libro, Verdades versificadas, donde plasmó las realidades emocionales de su vida dedicando poemas a sus propias experiencias, a su familia y a sus amigos.

En este primer libro Paco utiliza con la misma intensidad la quintilla y la décima en sus poemas, la quintilla porque es la estrofa tradicional de la poesía oral, improvisada o no, en la zona donde nació y la décima como estrofa propia del trovo de Almería, de la comarca donde actualmente vive.

Comienza su poema Un sueño para el recuerdo así:


Una noche que dormía
un sueño me aconteció
y mi mente lo anotó
y fue de la tierra mía.
Recibí mucha alegría
mientras el sueño duró
pero cuando terminó
¡impracticable teoría,
sólo fue una fantasía
pero a mí me emocionó!

Hubo en el sueño grandeza
difícil para contar,
lo intentaré relatar
con la máxima entereza.
Achicaré mi torpeza
dando al tema su sentido,
contaré lo percibido
con sus formas fabulosas,
cómo en sueños se ven cosas
tal cual fue lo acontecido. (LÓPEZ, 2003:245)

La mayoría de los poemas en décimas de este libro son cartas que el autor ha dirigido a sus amigos poetas y trovadores e incluso publica sus respuestas. El número medio aproximado de décimas por poema está entre 15 y 20.

Paco publicó su segundo libro en 2004 y lo tituló El sendero de los no elegidos, volumen definido por dos elementos destacados: El tema, por narrar la injusticia de la dictadura franquista durante su infancia y primera juventud, y el empleo de la décima para contar y desarrollar el tema.

Las siguientes son las primeras estrofas del libro:


No me resulta una gloria
lo que pretendo plasmar,
se me trastoca el pensar
y se atrofia mi memoria
por motivos de una historia
que hace años percibí
y en su fragor coincidí
en todas sus dimensiones
con sus formas y actuaciones
tal cual como yo la vi.

Para empezar el relato
gran tiempo lo medité,
desasosiego ostenté
porque quiero ser sensato
y que no resulte ingrato.
Quiero ser lo más sincero,
lo más justo y verdadero
siendo fiel a mi recuerdo,
pido excusa si me pierdo
pero quiero ser certero.

El uso narrativo de la décima es ya claro en este libro, dividido en cuatro capítulos; cada uno de ellos una historia distinta y todos están escritos en décimas.

El primer capítulo, titulado Juanillo, está escrito en 226 décimas y 9 quintillas. El segundo, Las dos maneras, está compuesto por 231 décimas y 12 quintillas. El tercer capítulo, Baldomero, tiene 395 décimas y la cuarta narración, Los hombres llamados maquis, se extiende en 122 décimas.

Resalta, pues, el cambio de función en la estrofa poética en este segundo libro de Paco López, donde incide totalmente en el carácter narrativo de la décima.

Ahora que en 2007 Paco nos presenta éste su tercer libro, titulado El secreto del molino, encontramos que insiste en narrar en décimas y que felizmente nos muestra un oficio de escritor visible en los entresijos de los versos, en el ritmo de la estrofa, en la estructura de la narración.

El pulso narrador nos motiva a devorar décima tras décima para seguir con ansiedad el tema, pero inmersos en la dulce musicalidad de la rima espineliana. A veces Paco, tras el esfuerzo de haber escrito este libro, me ha comentado, medio en broma, que ya no va a escribir más y yo le he contestado que no es buena idea porque ya no sólo transmite emoción, como en su primer libro, sino que en pocos años está ya dominando la escritura y en sus trabajos literarios nos ofrece su desbordante emoción aparejada a una técnica literaria propia.

Con esto no me refiero a esa técnica externa de la estrofa como es la perfección en el número de sílabas del verso y la rima en consonante. Hablo de la técnica literaria personal, de ese sutil y complejo entramado que permite al poeta la comodidad en la expresión y la conjunción entre tema, comunicación y poesía.

Esta madurez en la escritura de Paco se traduce en:

1- La nitidez temática. El mensaje dado en cada décima tiende cada vez más a ser claro y conciso, ceñido a las posibilidades expresivas de los diez versos.

2- La invención de palabras perfectamente entendibles y lógicamente integradas en las reglas del idioma.

3- La exploración de nuevos campos expresivos. En este libro Paco incluye un capítulo de narrativa en prosa.


El secreto del molino está dividido en cinco capítulos. El primero, La bondad de una pastora, está escrito en 181 décimas. El segundo capítulo, La maestra y la perdición, se compone de 452 décimas. El tercero, titulado El molinero y la maldición, tiene 173 décimas. El cuarto capítulo, La tía Tola y el manijero, cuenta con 84 décimas y el quinto capítulo, Nacido para sufrir, está escrito en prosa.

Las décimas que siguen son las primeras del primer capítulo, La bondad de una pastora:


Siempre se le pone empeño
y te esfuerzas al pensar
cuando quieres coordinar
los recuerdos de pequeño.
A veces pierdes el sueño
produciéndote sofoco
y te pones medio loco
para darte forma al caso
pues no quieres el fracaso
ni la mentira tampoco.

Lo digo con sentimiento
porque a mí me ha sucedido,
bastante tiempo he sufrido
para darle fundamento.
Se me contó como un cuento
con mucha delicadeza,
emplearon la pureza
y le dieron fantasía
camuflando la teoría,
fomentando su grandeza.


El esfuerzo de Paco López resulta considerable en el uso de la décima en la narrativa. En Almería es el poeta más destacado en este aspecto y uno de los más sobresalientes de España.





Documentación



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Colaboradores

.Lolita Acosta. Colombia.
.Abel Zabala. Argentina.
.José Regato. Ecuador.
.Virgilio López Lemus. Cuba.
.Philip Pasmanick. Estados Unidos.
.Wilson Saliwonczyk. Argentina.
.César Huapaya. Perú.
.Francisco Camacho. México.

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