viernes, 12 de octubre de 2007

2007 Pepe Criado ACTUALIDAD DEL TROVO DE CARTAGENA









La intención de estas notas sobre el trovo de Cartagena, una de las poesías improvisadas más documentadas de España, es la de ofrecer una visión general de este arte cartagenero.

Resulta de suma importancia señalar las distintas etapas que el trovo de Cartagena ha tenido a lo largo de su historia, y que podríamos dividir en:

. Los orígenes mineros (1860-1880)
. Primera época (1880-1950)
. Segunda época (1950-1990)
. Tercera época (Desde 1990)

Por supuesto las fechas son aproximadas, pero indicativas de los distintos procesos vividos por esta poética improvisada, y que, excepcionalmente en comparación a otros fenómenos paralelos, son una síntesis de esta magnífica expresión poética nacida y desarrollada en Cartagena.

Desde que el trovo creció como expresión del arte minero hasta la actualidad que se muestra en Trovalia, uno de los festivales de este género más importantes de España, el trovo de Cartagena se ha situado en un lugar de privilegio dentro del panorama internacional de vigencia de la poesía improvisada.


LOS ORÍGENES MINEROS: LA SIERRA DE GÁDOR

El investigador almeriense Antonio Sevillano aportó una interesante reflexión al I Congreso Provincial Los Cantes y el Flamenco de Almería, celebrado en 1994, cuando formuló la siguiente pregunta: ¿Por qué los cantes mineros son considerados de Cartagena-La Unión o de Linares cuando en realidad proceden de Almería? (SEVILLANO, 1996:133)

En línea con Antonio Sevillano la investigadora murciana Génesis García (1993) observa que el nacimiento de los cantes mineros indisolublemente está unido a la producción minera que a principios del siglo XX se inició en la Sierra de Gádor y concluyó en las explotaciones de Cartagena-La Unión y Linares en el siglo XX.

La misma Génesis García especifica diez años después (GARCÍA, 2004:23) que

los tarantos alpujarreños hicieron a Linares cantaora y a Cartagena trovera.


Los cantes mineros surgieron, pues, como expresión artística y liberadora de la gran masa de obreros que necesitó la minería a partir de 1820 en la Sierra de Gádor y que se trasladó en bloque desde 1840 a Sierra de Almagrera y a partir de 1870 a La Unión-Cartagena y a Linares.

Génesis García destaca el dato de que, como mínimo, de los mineros desplazados tanto a Murcia como a Jaén el 70% eran almerienses. (GARCÍA, 2004:28)

También coinciden las investigaciones de Luís Díaz Martínez (DÍAZ, 1977:24) que sitúan los orígenes del trovo cartagenero en la forma de trovar de La Alpujarra y señala dos modalidades: Una sin música (sin especificar si la improvisación era hablada o cantada) y otra con música de guitarra, bandurria y violín.

En base a estas investigaciones señaladas y a un extenso trabajo de campo personalmente realizado en Almería y Granada, sugiero, junto al etnomusicólogo Enrique Durán, que el trovo en La Alpujarra se concretó en la Sierra de Gádor durante la primera época de explotación minera, entre 1820 y 1840, en dos formas:

. El trovo de La Contraviesa.
Basado en el tradicional fandango primitivo, o cortijero, aún vigente en la improvisación alpujarreña.

. El trovo del Campo de Dalías.
Que se cantaba con una sola guitarra o sin ella. Ahora esta forma no está en uso.

Estas dos maneras de improvisación fueron características de la cultura minera del siglo XIX en Almería y viajaron con los mineros hasta Cartagena-La Unión.

Así, podemos encontrar una explicación natural a la innovación que el trovero José María Marín (1865-1936) hizo al trovo en Cartagena: Como no sabía cantar se le ocurrió dictar su quintilla a un cantaor, pero desde el estilo de trovo del Campo de Dalías.

Si a partir de 1850 el trovo de Cartagena-La Unión se hacía con la forma del trovo de los mineros, procedentes de Almería, debieron de coexistir las dos formas de improvisación mencionadas: La del Campo de Dalías y la de La Contraviesa.

Resulta imposible que Marín fundara el trovo de Cartagena partiendo del estilo de La Contraviesa, pues el improvisador ha de adaptarse cantando a la música del fandango, que le aboca a una tremenda velocidad en la improvisación, y rompería el ritmo y la estructura musical si el trovador tuviera que dictar sus versos.

Pero sí es viable que Marín hiciera ese cambio a partir del trovo del Campo de Dalías, donde el hecho de que el improvisador dicte sus versos a un cantaor no interrumpe en absoluto el tiempo de la controversia.

Observemos las siguientes descripciones de la música del trovo del Campo de Dalías. Juan G. García Escobar, músico y hermano del cantante Manolo Escobar, que en su familia estuvieron muy ligados al trovo cuando vivían en El Ejido, dice:

La guitarra solía acompañar las coplas con el ritmo clásico del fandango, es decir, como una seguidilla lenta y los mismos troveros que sabían tocar algo lo hacían así. (GARCÍA ESCOBAR, 1992)


El trovador de El Ejido José Barranco López, nacido en 1926, también definió esta música:

Este trovo se hacía con guitarra, era un toque de guitarra mu adecuao al trovo, que ni se parecía al flamenco ni a la música del trovo alpujarreño. (EL TROVO…, 1993:82)

Es de notar que cuando José Barranco nombra “trovo alpujarreño” se está refiriendo al trovo de La Contraviesa.

Y veamos también algunas descripciones sobre la música del trovo de Cartagena. El musicólogo Juan Lanzón Meléndez la analiza:

La malagueña trovera escapa a encasillamientos y se nos hace en cierto modo inasequible; el compás se difumina y pierde, derivando en un canto que podríamos considerar “ad limitum”, que resulta melismático y acompañado de vibratos y micro-intervalos inferiores al semitono y que evidencian un origen claramente oriental o incluso africano. (LANZÓN, 2004:17)


Casimiro Bonmatí (1988:43) señaló un origen a esta malagueña cartagenera:

La malagueña del trovo, también llamada “cante del trovo”, es un cante de personalidad bien definida, más sobrio y desgarrado que otras malagueñas y deriva de un cante autóctono, el “cante de madrugá”, que entonaban los mineros por la sierra unionense hace más de cien años.

Un análisis musical comparativo entre el trovo del Campo de Dalías y el trovo de Cartagena determinará hasta qué punto el uno es la evolución del otro.


PRIMERA ÉPOCA (1880-1950)

En estos años se define el trovo en Cartagena. Marín regresó del servicio militar en Cuba y estableció su hogar en La Unión (SERRANO, 1980:66) y José Castillo llegó en 1884 a la sierra minera de Cartagena y comenzó a improvisar (DÍAZ, 1994:13).

Marín fundó las bases del trovo al dictar su quintilla a un cantaor y junto con Castillo y “El Minero”, principalmente, revitalizaron la poesía improvisada de su época introduciendo la décima y el trovo (la glosa) en las controversias.


SEGUNDA ÉPOCA (1950-1990)

Podemos describir esta época trovera en Cartagena como de consolidación de la poesía improvisada.

Después de los deslumbrantes años de Marín, Castillo y “El Minero” una nueva generación de troveros tomó el relevo en el verso: Ballesta, “Cantares”, David Castejón, “Picardías” y, entre otros, Ángel Roca.

En estos años nace y se desarrolla el Certamen Nacional del Trovo de Cartagena, desde 1970, en el que participan improvisadores de Cartagena y Murcia y, muy ocasionalmente, de Almería.


TERCERA ÉPOCA (Desde 1990)

La voluntad de la Asociación Trovera José María Marín, junto a un decidido apoyo institucional al trovo, son las características principales de esta época de la poesía improvisada en Cartagena.

La apertura de los troveros cartageneros a la improvisación de otras comarcas y países a partir de 1990 es síntoma de profunda madurez en el trovo de Cartagena y también de una gran capacidad de conectar con el esfuerzo que a nivel internacional desde ese mismo año se está realizando para difundir y dignificar la poesía improvisada en todo el ámbito de la lengua castellana.

El factor que en realidad define la actualidad del trovo de Cartagena y que inaugura una nueva visión de la poesía improvisada y, por tanto, una nueva etapa en su historia, es la acertada iniciativa de la Asociación Trovera José María Marín de crear el Festival Internacional de Poesía Improvisada denominado TROVALIA.

Pero antes ya hubo algunos interesantes contactos nacionales e internacionales, síntoma tal vez del cambio de estructuras que se avecinaba. Uno de ellos fueron las veladas que ofrecieron “Cantares” y Ángel Roca con el gran payador uruguayo Carlos Molina en la década de 1960, tanto en Murcia como en Cartagena, en el Aula de Cultura de la CASE (ROCA, 2002:355).

Otro antecedente importante a esta apertura y adaptación del trovo de Cartagena a las nuevas tendencias mundiales de intercambio de experiencias sobre la poesía improvisada vino dada en 1993 cuando Miguel Luengo y Casimiro Bonmatí me pidieron ofrecer una actuación de trovadores de Almería en el Certamen Nacional del Trovo de Cartagena y yo ofrecí, además, la participación de repentistas cubanos y de un grupo de Poetas del Genil.

Trovalia celebró su primera edición en el año 2003 con un doble objetivo: Dar a conocer en Cartagena las diferentes formas y manifestaciones de la improvisación poética a nivel mundial y, por otra parte, mostrar al emergente mundo de la poesía improvisada en castellano el arte del trovo de Cartagena.

Así, han improvisado en Cartagena artistas canarios, cubanos, chilenos o argentinos junto a los cartageneros y del resto de Murcia y los trovadores de Almería. También, los troveros de Cartagena asisten a los principales eventos internacionales como piezas insustituibles en el marco mundial de la improvisación.

Trovalia, festival impulsado por el Ayuntamiento de Cartagena, es el digno heredero del Certamen Nacional del Trovo y es un acontecimiento ya consolidado como uno de los encuentros de poetas improvisadores más importantes del Mediterráneo.










Documentación

- BONMATÍ LIMORTE, Casimiro. Los trovos. En: NARRIA, n. 49-50. Madrid, 1988.

- CRIADO, Pepe.:
.1997 El trovo en el Campo de Dalías. En: 10 DE ABRIL. La Mojonera, nov. 1997.
.1999 Hombres de versos. IEA. Almería.
- CRIADO, Pepe/DURÁN, Enrique. Música y poesía de tradición oral en El Ejido. En: Mirando al tiempo. Asociación Cultural Athenaa. El Ejido (Almería), 2007.

- DÍAZ MARTÍNEZ, Luís.:
.1977 Marín-Castillo-“El Minero”. Los tres puntales del trovo. Edición del autor. Murcia.
.1994 Vida del trovero Castillo. Arráez Editores. Almería.

- EL TROVO EN EL FESTIVAL DE MÚSICA TRADICIONAL DE LA ALPUJARRA 1982-1991. Libro + casete. Dirección y Coordinación Pepe Criado y Francisco Ramos. CDMA. Granada, 1993.

- GARCÍA ESCOBAR, Juan G. Carta a Pepe Criado. Mairena del Alcor (Sevilla), 26.2.1992.
- GARCÍA GÓMEZ, Génesis.
.1993 Cante flamenco, cante minero. Anthropos. Barcelona.
.2004 Sociología del trovo cartagenero. En: Revista Murciana de Antropología, n. 11. Universidad de Murcia.

- LANZÓN MELÉNDEZ, Juan. El cante por cartageneras y el cante del trovo. En: Revista Murciana de Antropología, n. 11. Universidad de Murcia, 2004.

- ROCA, Ángel.: El trovo (1865-2002). Editorial KR. Murcia, 2002.

- SERRANO SEGOVIA, Sebastián.: Marín, rey del trovo. Ministerio de Cultura. Madrid, 1980.
- SEVILLANO, Antonio. Cantes de Levante: Denominación errónea. En: Los cantes y el flamenco de Almería. IEA. Almería, 1996.

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