jueves, 11 de octubre de 2007

1996 Pepe Criado SOÑAR EL MISMO SUEÑO

PRESENTACIÓN DEL LIBRO ENTRE LOS OLIVOS DE JAÉN, DE JUAN BALBÍN Y ANTONIO ZAVALA.
Jaén, 1996.


NO ES CASUAL QUE YO ESTE AQUI

Vengo de Almería, de la comarca de La Alpujarra. Y no es casual que yo esté aquí, presentando este nuevo y necesario libro, porque es imprescindible que el mismo aire almeriense que ha sido una constante en la vida de Don Juan Balbín, esté presente aquí y ahora.

De Almería era su madre y bien joven, nuestro autor ya leía en sus ratos libres largas novelas que le narraban los misterios, gracias y desgracias, de mi tierra, de la comarca donde yo vivo, como es el caso de aquella ya antigua novela titulada La Maga de las Alpujarras .

Vaya, pues, mi apoyo consciente y decidido para este hombre que nos abre su corazón en este libro a propios y extraños.

Y como quien da siempre recibe, para el corazón de Don Juan Balbín vayan estos versos como regalo de los trovadores alpujarreños, poetas orales como él, que transmiten la sabiduría de la vida:

Aunque la literatura
nosotros no hemos leído
libros de sabia escritura,
tenemos luz y sentido
para transmitir cultura.
(EL TROVO..., 1992:295)

Los siguientes versos del poeta cubano Francisco Riverón observamos, igualmente, el mensaje humano que nos transmite Don Juan Balbín en su libro Entre los olivos de Jaén :

Yo sólo soy corazón,
puro pueblo que trabaja,
yo sólo tengo por caja
una caja de ilusión.
Estaré en una canción,
en un libro, en una rima;
no es este el último clima
que desata mis asombros,
ni están cansados mis hombros
de andar con un sueño encima.
(ORTA, 1992:206)


Un mensaje personal, nacido de la intimidad del ser y, por lo tanto, universal, común al corazón de todos los hombres. Las vivencias, las experiencias y los versos de Don Juan Balbín son tan singulares, tan interiores, que alcanzan en profundidad a todo lo creado, a todo lo vivo.

Por esto, la sencillez de las palabras y los mensajes de Don Juan Balbín resaltan en esta publicación. Su experiencia se entiende sola, se comunica directa y precisa, con el candor de la inocencia necesaria a todo espíritu y el amor imprescindible por las personas, por las vivencias, por lo cotidiano.

Tal es el caso de este libro y como muestra veamos los siguientes versos, con los que el autor dedica este libro a sus padres:

A vuestra abnegada labor,
a vuestros sabios consejos,
a vuestro gran pundonor,
a vuestros gratos recuerdos.
(BALBIN/ZAVALA, 1996:7)

El sentimiento que recorre estas ideas es intrasferible, eterno y común a todos los hombres. Como los juegos de niñez que Don Juan recuerda en su libro, como el pueblo, como el calor de aquellas tierras de Cazalilla regadas por el sudor del trabajo y el amor de las risas.

Un calor desnudo, puro, bebido directamente de la naturaleza, del aire, del agua, de la tierra de aquél Jaén de agricultores que, tanto antes como ahora, apuestan por lo humilde y por los sencillo, por un entorno pacífico e íntegro para darse por entero, para entregarse sin objección a los designios del Dios de la vida. Como bien afirma Don Juan Balbín en su libro:

Cuando llegábamos a la era, lo primero que hacía
era quitarme las alpargatas...
(BALBIN/ZAVALA, 1996:59)

Así, los hombres nos entregamos descalzos, puros, a nuestro Creador.

Y es en la sensación de escribir poesía, en la sensación de cantar, en ese estado de postración y contemplación, cuando los hombres nos sentimos uno. Es como si nuestra propia integridad y nuestra propia conciencia fueran una, común a todas las personas, compartida.

Seguramente que por esta singularidad, Don Juan Balbín escribe:

La música es algo muy grande y que hace mucho
bien a la gente".




Este entendimiento llevaba a Don Juan y a sus compañeros a cantar aquellas coplas tradicionales, populares, cuando trabajaban en la siega u otras labores. Coplas como la que sigue:

Eres chiquita y bonita,
eres como yo te quiero,
eres una campanita
en las manos de un platero.
(BALBIN/ZAVALA, 1996:102)

Y por esta misma sensación de expresar lo divino a través del conocimiento humano, generalmente a partir del amor físico, los campesinos de la comarca de La Alpujarra también entonaban cantes parecidos a los de Cazalilla, como el que sigue:

Mientras más chica es una rosa
más fino tiene el olor
por eso yo estoy queriendo
a una pequeñita flor.
(EL TROVO..., 1992:232)

















DON ANTONIO ZAVALA O LA VIRTUD DE LA ENTREGA

Al igual que en la canción hay que entregarse para llegar a saborear lo completo, la unidad entre todo y todos, también se necesita de esa entrega con mayúsculas para narrar lo que otras personas piensan y sienten. Esto es lo que ha hecho Don Antonio Zavala al trabajar este libro de Don Juan Balbín, y todos lo que como este están siendo publicados, afortunadamente, por la Editorial Sendoa en la colección Biblioteca de Narrativa Popular .

El mismo Don Antonio Zavala, en otra de sus múltiples publicaciones, da una precisa explicación sobre su planteamiento básico a la hora de trabajar con los poetas y narradores populares:

En nuestros años de estudiantes, cuando volvía
de tierras lejanas, sobre todo de Extremo Oriente,
algún misionero y nos ofrecía una charla, no era
raro que apostillara sus palabras diciendo que el
occidental que a aquellas regiones llegara debía al
principio abstenerse de formular juicios sobre lo que
veía, dado que las ideas, las palabras, las
costumbres, toda la cultura en suma, tenía en
aquellas latitudes un valor y sentido completamente
distintos al nuestro.
(ZAVALA, 1996:246)

Don Antonio no nos traduce lo que son las personas sobre las que escribe, no quiere que las ideas de esas personas sean las suyas propias, sino que muestra en sus trabajos a poetas y narradores tal como son, dejándoles absoluta libertad de expresión, siendo, únicamente, un testigo, un eficiente notario de lo que acontece.

Así, los libros de Don Antonio Zavala son el testimonio directo de los hombres de su tiempo. Y como Don Antonio lleva bastantes años realizando su labor de recopilador de la expresión popular ha logrado obtener un corpus sobre la tradición oral imprescindible en el ámbito de la lengua castellana.

A Don Antonio Zavala tenemos que agradecer su constante dedicación a difundir el arte de la improvisación poética en Euskadi. Su labor en este campo de estudio es pionera a nivel mundial, tanto por haberla iniciado en unos años en que la improvisación no contaba con el apoyo de los estudiosos, como por haber reunido una cantidad tal de material de campo que ahora mismo no conozco que exista un archivo semejante en América del Sur o España.






Ahora, Don Antonio dedica parte de sus energías a realizar los volúmenes que la Editorial Sendoa publica en la Biblioteca de Narrativa Popular . Esta colección es una obra magna que nos está dando a conocer a poetas y narradores orales de toda España, atendiendo a esa laguna que la actual sociedad mantiene en todo lo referido a la oralidad. Esta colección de libros nos enseña una manera de comunicarnos, una forma de relacionarnos con los demás que es divina porque es humana.

Para concluir, quiero leer aquí la siguiente décima espinela del canario Pedro Lezcano, que su autor leyó en la jornada de inauguración del Simposio Internacional sobre la Décima celebrado en Las Pamas de Gran Canaria en 1992.

En estos versos se resume el espíritu envolvente, el gozo unificador que acerca el hombre al hombre:

Palmeros, venezolanos,
puertorriqueños, gomeros,
grancanarios, majoreros,
andaluces y cubanos.
De los llanos mexicanos
hasta el volcán tinerfeño,
todos con el mismo empeño
de reformar la amistad,
decir la misma verdad
y soñar el mismo sueño.
(LEZCANO, 1994:33)

SOÑAR EL MISMO SUEÑO


PRESENTACIÓN DEL LIBRO ENTRE LOS OLIVOS DE JAÉN,
DE JUAN BALBÍN Y ANTONIO ZAVALA.
JAÉN, 1996.


































NO ES CASUAL QUE YO ESTE AQUI

Vengo de Almería, de la comarca de La Alpujarra. Y no es casual que yo esté aquí, presentando este nuevo y necesario libro, porque es imprescindible que el mismo aire almeriense que ha sido una constante en la vida de Don Juan Balbín, esté presente aquí y ahora.

De Almería era su madre y bien joven, nuestro autor ya leía en sus ratos libres largas novelas que le narraban los misterios, gracias y desgracias, de mi tierra, de la comarca donde yo vivo, como es el caso de aquella ya antigua novela titulada La Maga de las Alpujarras .

Vaya, pues, mi apoyo consciente y decidido para este hombre que nos abre su corazón en este libro a propios y extraños.

Y como quien da siempre recibe, para el corazón de Don Juan Balbín vayan estos versos como regalo de los trovadores alpujarreños, poetas orales como él, que transmiten la sabiduría de la vida:

Aunque la literatura
nosotros no hemos leído
libros de sabia escritura,
tenemos luz y sentido
para transmitir cultura.
(EL TROVO..., 1992:295)

Los siguientes versos del poeta cubano Francisco Riverón observamos, igualmente, el mensaje humano que nos transmite Don Juan Balbín en su libro Entre los olivos de Jaén :

Yo sólo soy corazón,
puro pueblo que trabaja,
yo sólo tengo por caja
una caja de ilusión.
Estaré en una canción,
en un libro, en una rima;
no es este el último clima
que desata mis asombros,
ni están cansados mis hombros
de andar con un sueño encima.
(ORTA, 1992:206)


Un mensaje personal, nacido de la intimidad del ser y, por lo tanto, universal, común al corazón de todos los hombres. Las vivencias, las experiencias y los versos de Don Juan Balbín son tan singulares, tan interiores, que alcanzan en profundidad a todo lo creado, a todo lo vivo.

Por esto, la sencillez de las palabras y los mensajes de Don Juan Balbín resaltan en esta publicación. Su experiencia se entiende sola, se comunica directa y precisa, con el candor de la inocencia necesaria a todo espíritu y el amor imprescindible por las personas, por las vivencias, por lo cotidiano.

Tal es el caso de este libro y como muestra veamos los siguientes versos, con los que el autor dedica este libro a sus padres:

A vuestra abnegada labor,
a vuestros sabios consejos,
a vuestro gran pundonor,
a vuestros gratos recuerdos.
(BALBIN/ZAVALA, 1996:7)

El sentimiento que recorre estas ideas es intrasferible, eterno y común a todos los hombres. Como los juegos de niñez que Don Juan recuerda en su libro, como el pueblo, como el calor de aquellas tierras de Cazalilla regadas por el sudor del trabajo y el amor de las risas.

Un calor desnudo, puro, bebido directamente de la naturaleza, del aire, del agua, de la tierra de aquél Jaén de agricultores que, tanto antes como ahora, apuestan por lo humilde y por los sencillo, por un entorno pacífico e íntegro para darse por entero, para entregarse sin objección a los designios del Dios de la vida. Como bien afirma Don Juan Balbín en su libro:

Cuando llegábamos a la era, lo primero que hacía
era quitarme las alpargatas...
(BALBIN/ZAVALA, 1996:59)

Así, los hombres nos entregamos descalzos, puros, a nuestro Creador.

Y es en la sensación de escribir poesía, en la sensación de cantar, en ese estado de postración y contemplación, cuando los hombres nos sentimos uno. Es como si nuestra propia integridad y nuestra propia conciencia fueran una, común a todas las personas, compartida.

Seguramente que por esta singularidad, Don Juan Balbín escribe:

La música es algo muy grande y que hace mucho
bien a la gente".




Este entendimiento llevaba a Don Juan y a sus compañeros a cantar aquellas coplas tradicionales, populares, cuando trabajaban en la siega u otras labores. Coplas como la que sigue:

Eres chiquita y bonita,
eres como yo te quiero,
eres una campanita
en las manos de un platero.
(BALBIN/ZAVALA, 1996:102)

Y por esta misma sensación de expresar lo divino a través del conocimiento humano, generalmente a partir del amor físico, los campesinos de la comarca de La Alpujarra también entonaban cantes parecidos a los de Cazalilla, como el que sigue:

Mientras más chica es una rosa
más fino tiene el olor
por eso yo estoy queriendo
a una pequeñita flor.
(EL TROVO..., 1992:232)



























DON ANTONIO ZAVALA O LA VIRTUD DE LA ENTREGA

Al igual que en la canción hay que entregarse para llegar a saborear lo completo, la unidad entre todo y todos, también se necesita de esa entrega con mayúsculas para narrar lo que otras personas piensan y sienten. Esto es lo que ha hecho Don Antonio Zavala al trabajar este libro de Don Juan Balbín, y todos lo que como este están siendo publicados, afortunadamente, por la Editorial Sendoa en la colección Biblioteca de Narrativa Popular .

El mismo Don Antonio Zavala, en otra de sus múltiples publicaciones, da una precisa explicación sobre su planteamiento básico a la hora de trabajar con los poetas y narradores populares:

En nuestros años de estudiantes, cuando volvía
de tierras lejanas, sobre todo de Extremo Oriente,
algún misionero y nos ofrecía una charla, no era
raro que apostillara sus palabras diciendo que el
occidental que a aquellas regiones llegara debía al
principio abstenerse de formular juicios sobre lo que
veía, dado que las ideas, las palabras, las
costumbres, toda la cultura en suma, tenía en
aquellas latitudes un valor y sentido completamente
distintos al nuestro.
(ZAVALA, 1996:246)

Don Antonio no nos traduce lo que son las personas sobre las que escribe, no quiere que las ideas de esas personas sean las suyas propias, sino que muestra en sus trabajos a poetas y narradores tal como son, dejándoles absoluta libertad de expresión, siendo, únicamente, un testigo, un eficiente notario de lo que acontece.

Así, los libros de Don Antonio Zavala son el testimonio directo de los hombres de su tiempo. Y como Don Antonio lleva bastantes años realizando su labor de recopilador de la expresión popular ha logrado obtener un corpus sobre la tradición oral imprescindible en el ámbito de la lengua castellana.

A Don Antonio Zavala tenemos que agradecer su constante dedicación a difundir el arte de la improvisación poética en Euskadi. Su labor en este campo de estudio es pionera a nivel mundial, tanto por haberla iniciado en unos años en que la improvisación no contaba con el apoyo de los estudiosos, como por haber reunido una cantidad tal de material de campo que ahora mismo no conozco que exista un archivo semejante en América del Sur o España.






Ahora, Don Antonio dedica parte de sus energías a realizar los volúmenes que la Editorial Sendoa publica en la Biblioteca de Narrativa Popular . Esta colección es una obra magna que nos está dando a conocer a poetas y narradores orales de toda España, atendiendo a esa laguna que la actual sociedad mantiene en todo lo referido a la oralidad. Esta colección de libros nos enseña una manera de comunicarnos, una forma de relacionarnos con los demás que es divina porque es humana.

Para concluir, quiero leer aquí la siguiente décima espinela del canario Pedro Lezcano, que su autor leyó en la jornada de inauguración del Simposio Internacional sobre la Décima celebrado en Las Pamas de Gran Canaria en 1992.

En estos versos se resume el espíritu envolvente, el gozo unificador que acerca el hombre al hombre:

Palmeros, venezolanos,
puertorriqueños, gomeros,
grancanarios, majoreros,
andaluces y cubanos.
De los llanos mexicanos
hasta el volcán tinerfeño,
todos con el mismo empeño
de reformar la amistad,
decir la misma verdad
y soñar el mismo sueño.
(LEZCANO, 1994:33)

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