jueves, 11 de octubre de 2007

1993 Pepe Criado UN VIAJE A CUBA

VUELO MADRID-CANADÁ-LA HABANA



En la delegación alpujarreña al II Encuentro Festival Iberoamericano de la Décima, en Las Tunas, vamos muy animados en el vuelo.

“Candiota”, Sevilla, Isabel, José Antonio Barranco y yo cantamos y gastamos bromas. Y pronto, algunos de los pasajeros participan de nuestra alegría, con lo que las doce horas de avión se nos pasan, nunca mejor dicho, volando.

El vuelo es Madrid-La Habana, haciendo escala técnica en Gander (Canadá). ¡Hasta el aire pertenece a alguien en este mundo!

Pronto una pareja, de entre los pasajeros, conecta con nosotros. Él se llama Carlos y es cubano mulato y ella se llama Pilar y es gaditana. “Candiota” les dedica unos versos:

Cuba, para conocerte,
hay que sentirse cubano,
tener corazón humano
y no temerle a la muerte.
Los que venimos a verte
traemos flores y rosas
y denuncias generosas
por los que te dan tormentos
y no tienen sentimientos
para comprender tus cosas.

Y también le envía sus versos Sevilla, en dos espinelas:

Cuba, el mundo no sabe
dónde están tus sentimientos,
yo sigo tus movimientos
como el mar una nave.
¿Cuándo será esa hora clave
que a Cuba le pertenece
para ver yo cómo crece?
Crecerá, no cabe duda,
cuando se le preste ayuda
que es lo que Cuba merece.

Como el cubano rescata
en el mundo lo mejor,
porque se llevó la flor
de la tacita de plata.
Cuéntame cómo te trata
si es que te sientes capaz
ante una gran realidad
afrontando esa sorpresa,
que cuando la española besa
es que besa de verdad.

Pronto recibimos una nota de Carlos Morales, dedicada “Para Miguel Candiote de Carlos Morales (un cubano)”:

Quien va a Cuba y es feliz,
buen compañero “Candiote”,
es como de Camalote
-la tierra donde nací-
Allí te sentirás mambí
(en el vuelo eres cubano)
y nos sentimos ufanos
de ver gente portentosa.
Sólo te diré una cosa:
Ya tienes muchos hermanos.

Carlos y Pilar van sentados unos cinco o seis asientos más adelante y los trovos se los enviamos escritos. Yo los copio de los trovadores y se los paso a ellos. Nos llaman la atención, entre risas, y nos dicen que están muy sorprendidos.

Isabel y yo estamos pidiendo unos refrescos cuando nos llega una aeromoza con una botella de buen ron cubano y con otra nota de parte de Carlos Morales: “Para José López Sevilla y para Miguel Candiota, a quien le hice una décima con el nombre de Candiote. Ahora tengo que hacer OTA”

Tengo derroteros fijos
para apreciar a la gente,
si que me quieran no exijo
me basta un corazón ardiente.
El trabajo al sol caliente
o en la fábrica que espera
que el obrero le transfiera
su energía y su cabeza,
así tendrás la certeza
de lo que un hombre expresa.

Pocos ricos de heredad
aman, si una vez lo hicieron
siempre está la caridad
supliendo lo que no tuvieron,
un poco de piedad
honradez y sentimientos.
Hay siempre un impedimento
a un campesino, un obrero
y lo que dan a un sombrero
lo extraen de los sustentos.

“Candiota” va un poco melancólico porque su primera nieta nació hace muy pocos días. Y le improvisa:

¡Qué será lo que me inquieta
y no puedo desechar!
En mi corazón de poeta
veo en el fondo del mar
el corazón de mi nieta.

¡Y hasta “Candiota” que nunca toma alcohol bebe del ron cubano! Claro, los trovadores le agradecen el detalle a Carlos:

“CANDIOTA” Estimado amigo Carlos,
los amores de Pilar
tú sabrás apreciarlos
sin que te puedan faltar
sentimientos para darlos.

SEVILLA Mis versos quiero adornarlos
para que tengan renombre
y después purificarlos
para saludar a un hombre
que tiene por nombre Carlos.

“CANDIOTA” Carlos, yo soy andaluz
lo mismo que tu señora,
que en tu vida encantadora
puso ventanas de luz.
Fácilmente vuestra cruz
la lleváis con alegría
y en tu cara cada día
nace de amor un altar
y en los ojos de Pilar
las flores de Andalucía.

SEVILLA ¡Qué fuerza tiene el amor
cuando alguien se enamora,
lo mismo que esta señora
que no le importa el color!
Sólo le saca sabor
a su vida y su experiencia,
al tener inteligencia
y apreciar todo lo bueno
se enamoró de un moreno
por ser hombre de conciencia.

Existe algo en la vida
que es lo que más me engrandece
de la forma que me ofrece
su botella de bebida.
Soy persona agradecida,
el que muestra la ilusión,
yo la botella de ron
la junto con su mensaje
¡también llevo vuestra imagen
dentro de mi corazón!

Pero “Candiota”, aunque participa del jolgorio general y nos da ánimo a todos con sus bromas, va pensando en su nieta recién nacida:

Los besos que yo te di
no los supiste contar
porque no sabías llorar
cuando lloré yo por ti.
Con tu alma me rompí
la nata del alma mía,
¡yo que en tu frente ponía
los besos de mi ilusión
sigo con el corazón
en dos trozos todavía!

Me hallo recién nacido
en otro mundo mejor,
cuando un gramo de mi amor
una rosa me ha traído.
Y como no te olvido
y vives dentro de mí,
rosa, desde que te vi,
voy con el alma partida,
tengo en el aire la vida
y mi pensamiento en ti.

José Antonio Barranco, que va absorto, muy impresionado por el viaje, escribe, perdiendo su imaginación a través de la ventanilla:

Si la poesía no es obra
apoyada en un cimiento
yo soy en este momento
albañil que está de sobra.
Mi personaje recobra
vida en un sueño de hadas,
muerte en un sueño de espadas,
y al dejar mi personaje
viste a un polluelo el coraje
que fue temor en la nada.

¿Acaso tuve la culpa
de nacer en este tiempo?
La vida dura un momento,
la muerte es la disculpa.
Yo no soy el que se exculpa
diciendo: Quiero vivir,
mi instinto me hace existir;
mi cuerpo a vivir se hace,
soy de nuevo el que renace
para volver a morir.

“Candiota” contesta a José Antonio, ilusionado, por la profundidad de mensaje:

José, sin culpa ninguna
era tu dicha nacer
para que con tu poder
alumbrara más la luna.
Eres tú desde la cuna
el todo de un porvenir;
serás feliz con sufrir
lo malo que el mundo encierra,
serás polvo de la tierra
para de nuevo vivir.

Recibimos otra décima de Carlos Morales, esta vez contestando a la espinela de Sevilla, en la que le instaba a que le contara cómo le iba con Pilar:

El rescate fue glorioso
-la flor colgaba a un barranco-
hubo algún tiempo penoso
y salimos del estanco.
Después todo fue un encanto
¡no lo sabes bien, Sevilla!
seguimos a pie juntilla
corazón con corazón,
once años de ilusión
y un beso de maravilla.

Y “Candiota” vuelve a ensimismarse pensando en su nieta. Estamos ya en Canadá y nieva. ¡Isabel y yo vestimos pantalones cortos!:

Me limpié con el pañuelo
aquellas lágrimas mías
cuando tú también tenías
tu cara en la de tu abuelo.
Como me importa tu pelo
no hay cosa que más me importe,
te veo en mi pasaporte,
te suspendo en mis reflejos
y, ¿cómo estando tan lejos
te veo desde el Polo Norte?

Sevilla también nos improvisa una décima mientras esperamos a que el avión despegue de nuevo:

En esta escala que he hecho
junto con mis compañeros,
entre músicos y troveros
estoy más que satisfecho.
Todo nos sale derecho
entre chistes y poesía.
Esto no es Andalucía,
es una zona más dura,
cambia su temperatura
como de la noche al día.

Otra vez en el aire, “Candiota” quiere improvisar de nuevo para su nieta. Yo le pido que le dedique una guajira alpujarreña, la espinela irregular de doce versos, dado que en La Habana yo voy a dictar una conferencia sobre esta estrofa:

Saber lo que no sabía
lo sé desde que naciste,
porque al nacer tú me diste
más vida en la vida mía.
El croquis de mi alegría
ya tiene más extensión
y el faro de mi ilusión
tiene un resplandor más fuerte:
No podré vivir sin verte,
pensando en ti moriré,
por eso que Dios me dé
sentido para quererte.

Miguel “Candiota” me pregunta si me ha gustado y, como tantas veces me pasa con sus versos, yo no le respondo porque me quedo como atrapado por su capacidad de creación poética.

También le pido a Sevilla que improvise una guajira. Y como está, como estamos todos, muy receptivo, no tarda en crear la siguiente:

Los lazos de la amistad
crecen cuando la cultura
se enraíza en la ternura,
cuando sea una realidad.
Y entre cultura y bondad
miro y le digo al Señor:
Escúchame por favor,
porque ese es tu deber,
para poder responder
en lo que este mundo encierra,
pare de pronto la guerra
que esa es mi forma de ver.

Y propongo a José Antonio Barranco que escriba una, que practique con la estrofa a ver qué tal se siente con ella:

Así empieza la guajira
que aún no tiene final,
no sé si está bien o mal
más bien parece una lira.
De la décima brota ira
porque se parece a ella,
¡maldita sea la gemella
que le dio dos versos más!
Dodecasílaba vas,
sin mérito a mí me dejas,
soy la décima, doy quejas,
pero sigues siendo más.

Todavía José Antonio no ha terminado de leernos su guajira cuando Sevilla está improvisando a tres mujeres que van en los asientos justo detrás a los nuestros, a petición de una de ellas. Muy simpáticas, se rien y lo agradecen:

Me pide usted una poesía
con cariño y con halago,
ahora mismo se la hago
porque esa es mi alegría.
Soy trovero de Almería,
donde se practica el cante.
La encuentro tan importante
que no quiero que se asombre
y como no sé su nombre,
usté, rubia, es un diamante.

“Candiota” también les dedica su improvisación:

Volando por luz extraña
encima del mar profundo
me honra vuestra compaña
porque las flores del mundo
son las mujeres de España.

Estos trovos generan un diálogo abierto entre las tres mujeres y todos nosotros. Los troveros, claro, aprovechan para piropearlas.

SEVILLA Una mujer a mi lado
con su belleza sin fin,
su aroma es de un jazmín
que me lleva perfumado.
La suerte que Dios le ha dado,
ser generosa y humana,
engrandece y engalana
esta cariñosa flor,
que me creo que es lo mejor
que hay en la región murciana.

“CANDIOTA” De Málaga tienes sal,
es tu cara Andalucía,
por eso te desafía
la belleza universal.
Mujer de brisa y cristal
eres en puro reflejo
porque tienes el espejo
en el marco de tu nombre
en donde se mira el hombre
para no sentirse viejo.

SEVILLA Mujer tan bella y morena
que vas en el avión
donde ningún corazón
puede conocer la pena.
Al ser tan sencilla y buena
yo quiero que se respete
la belleza de Albacete,
que tampoco sé su nombre
pero al verla cualquier hombre
yo sé que lo compromete.

Animados por las mujeres, Sevilla y “Candiota” inician una controversia en décimas. Escribo el final de una de ellas y no recuerdo cual de los dos trovadores la hizo:
...
por él me meto en batalla
¡me cago en el canalla
que humille al pueblo cubano!

De tratar el tema de Cuba pasan a improvisar sobre las tres mujeres. Les hacen quintillas fáciles, de esas que adaptan el mismo piropo a cualquier mujer. Yo no les presto atención y también escribo una décima:

Cuando la luz es estrella
en los múltiples colores
y los eternos calores
que este día destella,
imagino a Cuba bella
en el más fuerte resplandor
que siempre derrama el calor
de los hombres que se unen
y para todos reunen
sólo poesía y amor.

Se la leo a José Antonio y a Isabel y le pido a José Antonio que escriba otra décima como si estuviera pisando ya suelo cubano. José Antonio escribe varias:

¿Cómo será la reacción
de mi cuerpo al verte, Cuba?
Te veo como caña y uva
a ti en mi imaginación.
El tic tac del corazón
que a todo tu cuerpo encierra
será sierra de mi sierra:
Besaré tierra cubana
y haré de mi mano plana
cóncavo pozo de tierra.

El ruido del arado
que parte la tierra en dos
es constanza de que Dios
rezuma a crucificado.
Ese tajo acuchillado
que rompe el nivel del suelo,
ese interminable vuelo
hace que el sudor me suba
desde la frente hasta Cuba
y desde Cuba hasta el cielo.

Marcho hacia tierra lejana
para revivir la historia
donde España obtuvo gloria
con la conquista cubana.
Allí veré otro mañana
diferente a la que veo
y en un futuro recreo
al presente volveré
con un pasado que sé
y un futuro que no veo.

El tiempo muere despacio
en un espacio vacío,
en el mar se muere el río,
yo muero en tu pelo lacio.
Tu pelo, Cuba, es espacio
perdido en mi alma inerte
y tu hendidura es tan fuerte
que hace recordarme que
antes de nacer sembré
la flor que verá mi muerte.

Unos gallegos que van unos cuantos asientos por delante, se animan también a cantar. Uno de ellos, Benigno Campos, de Vigo, nos deleita con unas pandeiradas. El ambiente en todo el avión es de fiesta:

Viaxamos rumbo a Cuba
con unha gran compañía,
cinco ilustres regueifeiros
que veñen dende Almería.

Son homes de verso fácil
os que hay que ben cuidar
porque de non ser así
pronto se van a acabar.

A regueifa e parte importante
da cultura popular
e sería unha desgracia
que non se sepa coidar.

A regueifa e os regueifeiros
e todo o tradicional
coidemoslos con moito mimo
para que non teñan final.

Los viajeros que hay alrededor de nosotros no son ya gentes desconocidas, sino personas dispuestas a compartir sus experiencias y su amistad.

Tras oír cantar a Benigno, “Candiota” se levanta del asiento y canta:

¡Qué alegría, qué locura,
qué viaje, qué delicia
es conocer la cultura,
el cariño y la ternura
del corazón de Galicia!

Y José López Sevilla también canta para los gallegos:

Es para mí una delicia
conocer esta figura,
el mundo se beneficia
si contempla la cultura
de la tierra de Galicia.

Benigno aprecias el arte
de la popular poesía
y si quieres formar parte
del trovo de Andalucía
estoy dispuesto a invitarte.

En este momento nos llega una nota de Pilar Zamora Pérez, la gaditana compañera de Carlos, que nos dedica:

UNDÉCIMA Y PAREADO
A los compañeros y compañera trovadores de El Ejido.


Yo décimas no sé hacer
pero voy a expresar lo que siento
y es lo que llevo adentro:
Mucho amor para ofrecer
a la humanidad que siente
como vosotros el querer.

Sobre el cubano decir
que yo rescaté la flor,
la mejor que imaginé.
Y es que Cuba es otra historia,
la que no nos quieren dejar ver.

Quisiera encuentren a bien
estos versos a la “VIRULÉ”.

Los trovadores “Candiota” y Sevilla ya son el centro de atención. Están improvisando de pie, sin cante, y todos les animamos y les aplaudimos. ¡Tantas horas en el avión y se están pasando tan rápido!

“CANDIOTA” Con lágrimas de emoción
yo de todos me despido
y tendré en el corazón
a todos los que han venido
conmigo en la embarcación.

SEVILLA Gente con gracia y salero
que nunca jamás la olvido
y como tanto os quiero
que sepan que me despido
igual que mi compañero.

“CANDIOTA” ¡Qué alegría es conocer
a amigos tan importantes,
azafatas, comandantes,
los que nos saben querer!
Siempre sabré comprender
los actos de simpatía
que habéis tenido este día.
Sé que en Cuba no me pierdo,
me llevo vuestro recuerdo
en mi alma para Almería.

Aunque de noche me acueste
porque quiero descansar
me cueste lo que me cueste
yo nunca podré olvidar
un viaje como este.

SEVILLA Yo con el alma en la mano
estoy loco de contento
porque soy buen ciudadano,
estoy en Cuba y me siento,
señores, otro cubano.

“CANDIOTA” Aprétate el cinturón
dice Felipe González,
que todos no son iguales
lo digo y tengo razón.
Al dejar este avión
donde no he pasado miedo
tan sólo deciros puedo
que al deciros lo que digo
todos se quedan conmigo
y yo con todos me quedo.

Justo antes de aterrizar en La Habana, “Candiota”, eufórico y pensativo, alegre y triste, tiene otros versos para su nieta:

Las nubes del oceano
se duermen sobre la espuma
igual que yo con mi pluma
mi pensamiento desgrano.
Buscando el aire cubano
recuerdo verte dormida
y en esa senda florida
del calor de tus pañales
igual que un ángel me sales
volando sobre mi vida.

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